El bar familiar, en retirada: lo que las altas en Seguridad Social dicen de la hostelería
La restauración registra el menor número de autónomos de los últimos 15 años y una pérdida de miles de negocios de una o dos personas. Su lugar lo ocupan empresas más grandes con asalariados y trabajadores extranjeros
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La economía española está compuesta mayoritariamente por microempresas de menos de diez trabajadores, pero existe una tendencia reciente a que los negocios más grandes y productivos reemplacen a los pequeños establecimientos familiares tradicionales. El fenómeno se evidencia especialmente en el comercio, ya que la pérdida de empleo entre los autónomos del sector ha sido notable en los últimos años; sin embargo, también se produce en la hostelería, donde las buenas cifras generales ocultan un goteo de destrucción de empleo por cuenta propia.
La afiliación a la Seguridad Social en la hostelería ha crecido un 9,5% entre 2019 y 2024, pero ese auge se debe exclusivamente a la creación de empleo en el régimen general (con un crecimiento del 12,2%), mientras que los autónomos registran una caída progresiva tras la pandemia (-1,7%). El descenso se produce en el sector de comidas y bebidas, que abarca bares, restaurantes y cafeterías. Por otro lado, la sección de servicios de alojamiento registra aumentos tanto entre asalariados como entre autónomos, impulsados por el auge del turismo.
En definitiva, la restauración tuvo, de media, 296.945 trabajadores autónomos en 2024, el menor dato de los últimos 15 años, de modo que los trabajadores por cuenta propia han pasado de representar el 30,3% del total en 2009 al 20,7%. Existe una clara sustitución del empleo autónomo por el asalariado: los servicios de restauración perdieron 8.289 autónomos entre 2019 y 2024, mientras que ganaron 107.141 asalariados.
“Esta inercia hacia el cierre de pequeños establecimientos dirigidos por parejas, familias y pequeños empresarios autónomos es una tendencia que se ha venido observando en los últimos años”, señala Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España. Califica el fenómeno de un “ligero goteo a la baja” por distintos motivos, entre los que se encuentran, en su opinión, la mayor complejidad de la actividad en un entorno más competitivo, la burocracia y el “continuo incremento de costes de todo tipo”, tanto en el aprovisionamiento de alimentos y bebidas como en los laborales.
Según Gallego, su organización detecta cierres especialmente en el medio rural despoblado y envejecido y en el cinturón de las grandes ciudades, “en barrios donde la figura de la pequeña empresa familiar, el pequeño autónomo, va desapareciendo paulatinamente”, explica. En su lugar, se imponen los bares y restaurantes que consiguen escalar el negocio y expandirse, así como las grandes cadenas extranjeras.
Los datos de empresas inscritas en la Seguridad Social confirman la transformación del sector: las más grandes le están ganando terreno a las pequeñas. En diciembre de 2013, primer año disponible, había 155.574 empresas de hostelería, de las cuales el 90,3% tenía nueve o menos trabajadores, concentrándose el grueso (el 53,5%) en la franja de uno a dos personas.
En diciembre de 2024, los últimos datos disponibles, el porcentaje había caído al 84,3% de un total de 176.366 empresas. Los negocios unipersonales o de solo dos miembros son los que más protagonismo han perdido, cayendo al 42,7%. El fenómeno es generalizado en todos los sectores, pero ha sido más notable en el comercio y en la hostelería, con una destrucción de empresas solo en la franja de uno a dos trabajadores y un aumento en el resto. En concreto, se produjo una pérdida de 7.951 empresas entre los años señalados.
Un relevo generacional diferente
Varias estadísticas apuntan a una creciente dificultad para encontrar profesionales que quieran trabajar en el sector de la hostelería. Aunque las vacantes oficialmente recogidas por el INE para el sector son pocas, solo 8.049 en el tercer trimestre de 2024, otras fuentes reflejan las tensiones que suelen señalar las patronales del sector.
Por ejemplo, la última EBAE del Banco de España, referida al cuarto trimestre de 2024, detecta que el 58,5% de las empresas encuestadas de la hostelería tienen dificultades para disponer de mano de obra. De manera similar, la Encuesta Anual Laboral del Ministerio de Trabajo indica que el 58,4% de las empresas de la hostelería que necesitaron cubrir algún puesto en 2023 tuvieron dificultades para hacerlo.
No es un problema exclusivo de la hostelería; también se da en la construcción y en la agricultura, donde son los trabajadores extranjeros quienes están tomando el relevo. Las afiliaciones a la Seguridad Social de personas no nacidas en España explican el 40% del crecimiento del empleo en el último año, e incluso llegan a suponer la totalidad del crecimiento de algunas ocupaciones en determinadas provincias.
Este es el caso de la hostelería, el sector con mayor incidencia de empleo extranjero (el 27,1%), aunque en Barcelona, Alicante y Madrid se acerca al 40%. De hecho, si se compara la afiliación entre diciembre de 2024 y diciembre de 2019, hasta 26 provincias han perdido trabajadores españoles en la hostelería, pero los extranjeros han compensado la caída.
La economía española está compuesta mayoritariamente por microempresas de menos de diez trabajadores, pero existe una tendencia reciente a que los negocios más grandes y productivos reemplacen a los pequeños establecimientos familiares tradicionales. El fenómeno se evidencia especialmente en el comercio, ya que la pérdida de empleo entre los autónomos del sector ha sido notable en los últimos años; sin embargo, también se produce en la hostelería, donde las buenas cifras generales ocultan un goteo de destrucción de empleo por cuenta propia.