La escalada de tensión arancelaria amenaza ahora las cadenas globales de suministro
La escalada de la tensión comercial que vive el mundo amenaza ahora el símbolo de la integración económica: las cadenas globales de suministro. Los aranceles obligarán a muchas compañías a encontrar nuevos proveedores
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La guerra comercial abierta entre EEUU y China a cuenta de los aranceles tiene, incluso, un aspecto más preocupante si cabe. Lo que está en juego ahora es el normal funcionamiento de las cadenas globales de suministros en la medida que hoy la fabricación de cualquier bien industrial está fragmentado, lo que supone que una disputa entre ambos colosos afecta a las empresas del conjunto del planeta. El mundo ya conoce lo que pasó durante la pandemia, cuando las cadenas globales se bloquearon, lo que llevó a un formidable aumento de la inflación.
¿Cómo? Por la vía de los costes y por la prohibición de reexportar a terceros países materias primas y minerales raros. Los aranceles son impuestos que se pagan al entrar una mercancía en frontera. Esto obligará a las empresas —se trata de bienes intermedios que sirven para fabricar productos finales— a encontrar proveedores alternativos, mientras que las empresas chinas intentarán obtener licencias de exportación a través de otros países.
China, como se sabe, ha anunciado, como represalia a una decisión anterior de la Casa Blanca en igual sentido, la imposición de aranceles de entre el 10% y el 15% sobre el gas natural licuado, el carbón, el petróleo crudo y los equipos agrícolas estadounidenses. La medida entrará en vigor el 10 de febrero. Pekín también avanzó que impondrá aranceles a algunas exportaciones de automóviles de EEUU, además de controles adicionales a las exportaciones de metales raros. Google, por su parte, será objeto de una investigación antimonopolio. Aunque el buscador está bloqueado en China, al igual que la mayoría de los negocios de la empresa matriz Alphabet, el grupo se beneficia de la publicidad de empresas chinas en el extranjero. Los fabricantes de teléfonos chinos también utilizan ampliamente su sistema operativo Android.
Minerales críticos
La imposición de aranceles a los minerales raros, considerados críticos para la fabricación de bienes con un fuerte componente tecnológico, es un punto importante porque ya el año pasado, durante la era Biden, Pekín ya impuso restricciones muy severas a la exportación de materiales críticos, esenciales para las nuevas tecnologías, y eso irritó a EEUU, ya que los necesita para la fabricación de semiconductores y material de defensa.
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En diciembre de 2024, en concreto, impuso restricciones a los envíos de galio, germanio, antimonio y materiales superduros, además de endurecer las normas para la exportación de grafito. China representa cerca del 77% de la producción de grafito natural, más del 95% de la producción de grafito sintético y casi el 100% del refino de grafito, mientras que EEUU posee apenas el 1% de las reservas mundiales de grafito.
China, igualmente, mantiene una posición dominante en la producción mundial de galio, germanio y antimonio. Según estimaciones del Servicio Geológico de EEUU, China suministra el 98% del galio primario de baja pureza, el 60% del germanio y el 48% del antimonio del mundo.
Aquella decisión no fue un arrebato. El anuncio de China llegó poco después de que la administración Biden decidiera tomar medidas contra la industria de semiconductores china. En respuesta, Pekín ya ha publicado una lista de 28 contratistas de defensa estadounidenses a los que se les ha prohibido acceder a las exportaciones chinas de doble uso, es decir, que pueden servir tanto para fines militares como civiles.
Como consecuencias de estas restricciones, los precios del germanio y el antimonio han alcanzado máximos históricos, mientras que los del galio aumentaron un 15,4% en un mes. Ni qué decir tiene que, al aumentar los precios de las materias primas, los productos finales son más caros, lo que afecta a las cadenas globales de suministro.
Los precios del germanio y el antimonio han alcanzado máximos históricos, mientras que los del galio aumentaron un 15,4% en un mes
Es en este contexto en el que hay que entender el anuncio de Trump este pasado lunes de negociar un acuerdo con Ucrania para tener acceso a sus tierras raras, imprescindible en electrónica civil y militar. Las tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos muy utilizados en la industria automovilística, que viene a ser el símbolo de las cadenas globales de valor, ya que en la fabricación de un vehículo interviene un buen número de países. Esto es lo que explica que tras conocerse los aranceles de Trump, las empresas del automóvil fueran las más perjudicadas en Bolsa.
Arancel sobre arancel
La cadena de suministro automotriz global es tan compleja e interconectada que un componente fabricado en México puede terminar en una planta estadounidense antes de regresar a México para su ensamblaje final y luego venderse en el mercado estadounidense o en cualquier otro lugar del mundo, lo que podría resultar en una situación de ‘arancel sobre arancel’.
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Los compradores de galio y germanio chinos se encuentran principalmente en Europa, EEUU, Japón y Corea del Sur. Dado que China ha advertido explícitamente de las repercusiones legales por infracciones a las normas de exportación, los comerciantes son cautelosos a la hora de gestionar los pedidos destinados al mercado estadounidense.
En noviembre, el gigante químico alemán Henkel informó a sus clientes en una carta que había suspendido las entregas de cuatro tipos de adhesivos y lubricantes a base de antimonio ampliamente utilizados por los fabricantes de automóviles, informó Reuters. Entre los posibles objetivos de futuras restricciones se encuentran las tierras raras y el tungsteno.
Las aleaciones de tungsteno son cruciales para la industria y la defensa modernas y pueden utilizarse para fabricar engranajes, protección contra la radiación y munición perforante. En 2023, China produjo el 80% del suministro mundial de tungsteno, y las reservas nacionales de tungsteno representaron el 52% del total mundial.
EEUU ha estado tratando de construir cadenas críticas de suministro de minerales fuera de China, lo que le ha obligado a cooperar con algunos países, así como a hacer nuevas exploraciones en busca de materiales críticos.
La guerra comercial abierta entre EEUU y China a cuenta de los aranceles tiene, incluso, un aspecto más preocupante si cabe. Lo que está en juego ahora es el normal funcionamiento de las cadenas globales de suministros en la medida que hoy la fabricación de cualquier bien industrial está fragmentado, lo que supone que una disputa entre ambos colosos afecta a las empresas del conjunto del planeta. El mundo ya conoce lo que pasó durante la pandemia, cuando las cadenas globales se bloquearon, lo que llevó a un formidable aumento de la inflación.