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Todos a cubierto: comienza la guerra comercial más estúpida de la historia
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LOS AFECTADOS PREPARAN REPRESALIAS

Todos a cubierto: comienza la guerra comercial más estúpida de la historia

Los mercados capean hoy la onda expansiva de los aranceles que EEUU impondrá a China, México y Canadá, una medida a la que pocos economistas le ven un sentido y que, anticipan, perjudicará a todo el mundo, incluido al ciudadano estadounidense

Foto: Cuenta atrás para los aranceles de EEUU a México y Canadá. (EFE)
Cuenta atrás para los aranceles de EEUU a México y Canadá. (EFE)
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Los mercados tendrán la oportunidad de reaccionar hoy al inicio de una guerra comercial que, no por anunciada y polémica, va a ser menos devastadora para la economía mundial. El presidente de EEUU, Donald Trump, anunció el viernes aranceles del 25% a México y Canadá, y del 10% a China, amparándose en poderes extraordinarios por cuestiones de seguridad nacional. Como sus vecinos no están haciendo lo suficiente para combatir el tráfico de fentanilo, ni la inmigración ilegal, los aranceles empiezan a aplicarse mañana martes.

Los primeros movimientos están siendo los esperados tras una decisión de este tipo. Por una parte, una guerra comercial global, salvo el caso de empresas concretas que puedan verse beneficiadas, encarece los costes de la mayoría de compañías y reduce sus beneficios, lo que es negativo para las bolsas. Además, los aranceles tienen un efecto inflacionario directo, lo que complicará que la Reserva Federal baje los tipos de interés al ritmo que tenía previsto, lo que fortalece la demanda de dólares.

Foto: Donald Trump, en el Despacho Oval. (Reuters) Opinión

De este modo, los futuros sobre los principales índices estadounidenses, el S&P 500, el Dow Jones de Industriales y el Nasdaq Composite, abrían a medianoche con caídas del 1,7%, el 1,2% y el 2,2%, respectivamente, y los del europeo Eurostoxx 50 anticipaban una apertura un 2,8% a la baja. Y en cuanto a las divisas, en los primeros compases de negociación en Asia, el dólar canadiense y el peso mexicano sufrían pérdidas del 2,5% y del 1,4% frente al dólar estadounidense, pero también lo hacía el euro, que llegó a dejarse inicialmente un 2%, para recuperarse poco después y dejar los descensos en el 1%.

Estos movimientos de los mercados no son más que un reflejo de la incertidumbre que rodea la política económica y diplomática de Trump y del impacto que la mayor economía del planeta tiene en el resto. Una incertidumbre que no puede entenderse sin incluir en la ecuación el debate ideológico sobre los aranceles que existe en estos momentos en el seno del Gobierno de EEUU y en la propia Casa Blanca. Pero vayamos por partes.

Economistas perplejos

El movimiento, que afecta especialmente a México y Canadá, ha dejado perplejos a economistas y analistas de todo el mundo, que confiaban en un uso más táctico y gradual de la guerra arancelaria por parte de Trump. Y, por supuesto, no esperaban que los primeros afectados fuesen dos países tan integrados económicamente con EEUU ni que los aranceles anunciados para ellos superasen los de China, un país que sí podría considerarse un rival estratégico, económica, geopolítica y militarmente hablando.

Además, fue el propio Trump quien, en su primer mandato, firmó con México y Canadá el tratado comercial vigente, el USMCA, que sustituyó al NAFTA. Un pacto internacional que Washington ha dinamitado unilateralmente en las últimas 72 horas y que amenaza con ser el primero de un efecto en cadena que acabe en una guerra comercial global.

Foto: Los grandes tecnoligarcas de EEUU en la toma de posesión de Trump. (EFE)

Canadá ya ha anunciado aranceles para productos de EEUU con exportaciones valoradas en 20.000 millones de dólares y está preparando una segunda lista de 85.000 millones. México y China han asegurado que responderán y la propia Unión Europea, viendo el riesgo acercarse, ha asegurado a través de un portavoz que "responderán con firmeza a aranceles impuestos de forma injusta o arbitraria". Justo hoy se reúnen en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno de los 27, muchos de ellos miembros de la OTAN, para abordar la Seguridad y la Defensa común, una vez que Trump ha exigido a los socios de la alianza aumentar el gasto en Defensa hasta un 5% del PIB. El miedo es que, de no hacerlo, el magnate utilice los aranceles.

El mayor shock desde el colapso de Bretton Woods

La medida anunciada por Trump ha generado multitud de reacciones durante el fin de semana. Un informe del departamento de Divisas (FX) de Deutsche Bank aseguraba este domingo que estamos ante "el mayor shock comercial desde el colapso de Bretton Woods", en referencia a la suspensión de la convertibilidad del oro en dólares anunciada en 1971 por Richard Nixon, lo que dilapidó de facto el sistema monetario de tipos cambiarios fijos creado tras la II Guerra Mundial.

El analista del banco alemán advierte que estas medidas son cinco veces superiores en impacto a todas las medidas punitivas adoptadas contra estos países en todo su primer mandato: "Para México y Canadá vemos este shock comercial, si se mantiene en el tiempo, con un impacto bastante más grande en magnitudes económicas que el del Brexit para Reino Unido". Un dato: prácticamente cuatro quintas partes de las exportaciones de ambos países tienen como destino EEUU.

Foto: Donald Trump. (Reuters)

Desde los editoriales de los diarios financieros más influyentes del mundo también le han caído palos. The Wall Street Journal no ha dudado en tildarla como "la guerra comercial más estúpida de la historia" y el Financial Times ha resaltado "la absurdez" de las medidas. Más diplomáticamente, desde la mayor patronal estadounidense, la Cámara de Comercio, han advertido de que, si bien Trump hace bien en tratar de fortalecer las fronteras y luchar contra el drama del fentanilo, las medidas que ha adoptado "no van a corregir ninguna de las dos y solamente encarecerán los precios para las familias americanas".

El sector agroalimentario y el de automóviles son dos casos de manual de lo que va a ocurrir. En el primer caso, el 90% de los aguacates consumidos en EEUU provienen de México. En el segundo, se estima que las partes y componentes de un automóvil fabricado en Norteamérica cruzan al menos media docena de veces las fronteras de México, Canadá y EEUU. Por no hablar de las materias primas. Canadá es el principal proveedor energético extranjero de EEUU, sumando petróleo (1.400 millones de barriles en 2023), gas natural y electricidad. En el caso del crudo, representa un 60% de las importaciones estadounidenses.

¿Por qué? División intelectual en la Casa Blanca

Precisamente por eso se suceden las muestras de incomprensión con los aranceles anunciados por Trump: aunque el presidente de EEUU prometió en campaña subir los impuestos a los productos foráneos, también prometió bajar los precios. Larry Summers, secretario del Tesoro en la Administración de Bill Clinton, ha afirmado que los aranceles son "una herida autoinfligida" y ha pronosticado que "el IPC podría subir hasta un 1% en los próximos nueve meses".

Pero no hace falta recurrir a economistas identificados con el Partido Demócrata. Incluso el secretario del Tesoro escogido por Trump para su segundo mandato, el gestor de hedge funds Scott Bessent, escribía a sus inversores hace un año que "los aranceles son inflacionarios y van a fortalecer el dólar; difícilmente es un buen primer paso para un renacimiento industrial de los EEUU". Bessent, que asumió el cargo el 28 de enero pasado, aseguraba en 2024 que "el arma de los aranceles siempre estará cargada y encima de la mesa, pero muy pocas veces se disparará".

Bessent forma parte del grupo de economistas que rodean a Trump que le aconsejan el uso táctico de los aranceles. Pero para entender la decisión del inquilino de la Casa Blanca hay que fijarse en las teorías de otro grupo de economistas, que realmente aseguran que estos pueden tener un efecto beneficioso. Y entre ellos está Stephen Miran, elegido presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca.

Con 41 años y doctor en Economía por Harvard, Miran defiende que existe un arancel óptimo, que beneficia a la economía que los adopta. Este sería del 20% y, en algunos casos, podría llegar al 50%. El problema de su teoría es que, no solo es minoritaria, sino que él mismo asegura que es muy difícil de aplicar en la vida real y que necesita que los socios comerciales a los que se impone el arancel, no apliquen aranceles de vuelta a modo de represalia.

Foto: Foto de archivo de exportaciones en Los Ángeles. (Getty)

Las dudas no han frenado a Trump. El propio presidente admitía ayer en su red social Truth Social que los aranceles "podrían causar algo de dolor" a los ciudadanos estadounidenses en los primeros compases de las medidas, pero que "el precio que hay que pagar valdrá la pena".

¿Camino de la autarquía?

Queda la incógnita de cuál es ese premio al final del camino. Ante el escepticismo de que los aranceles puedan acabar con el tráfico de fentanilo o con la inmigración ilegal, el objetivo al que se refiere el presidente de EEUU solo puede ser el renacimiento industrial del país. El mismo renacimiento industrial que mencionaba Bessent, quien, en menos de una semana en el cargo, ya ha visto cómo tiene que empezar a cabalgar contradicciones. Las medidas que está adoptando Trump son exactamente las que él desaconsejaba hace doce meses y, aplicadas al extremo, llevan al país a la autarquía, un sistema económico con unos costes elevadísimos en un mundo cada vez más globalizado e interconectado digitalmente.

Trump no parece opinar lo mismo. "No necesitamos nada de lo que ellos tienen. Tenemos energía ilimitada, deberíamos fabricar nuestros propios coches y tenemos más madera de la que podríamos usar jamás", aseguró ayer mismo en su red social.

Los mercados todavía recuerdan las caídas sufridas en las bolsas durante la primera guerra arancelaria de Trump en 2018. Una de las pocas esperanzas la dio ayer Goldman Sachs. Según el banco de inversión estadounidense, los efectos de las medidas de Trump pueden ser tan adversos que "es muy probable que los aranceles sean solo temporales" y que la Casa Blanca aproveche la vaguedad de las acusaciones contra México y Canadá para argumentar de algún modo que ya ha habido progresos suficientes que justifiquen su desaparición o, como mínimo, una moderación significativa.

Si esto se cumple, Canadá y México podrán volver a la normalidad económica. El resto del mundo no las tiene todas consigo.

Los mercados tendrán la oportunidad de reaccionar hoy al inicio de una guerra comercial que, no por anunciada y polémica, va a ser menos devastadora para la economía mundial. El presidente de EEUU, Donald Trump, anunció el viernes aranceles del 25% a México y Canadá, y del 10% a China, amparándose en poderes extraordinarios por cuestiones de seguridad nacional. Como sus vecinos no están haciendo lo suficiente para combatir el tráfico de fentanilo, ni la inmigración ilegal, los aranceles empiezan a aplicarse mañana martes.

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