Es noticia
¿España, locomotora económica europea? Hay cinco motores con gasolina hasta 2030
  1. Economía
Puede ser líder en crecimiento

¿España, locomotora económica europea? Hay cinco motores con gasolina hasta 2030

A mediados de mes el FMI, la AIReF y Funcas volvieron a elevar las previsiones de crecimiento de España. El reto es conseguir ganancias de la productividad que mejoren la calidad de vida

Foto: Planta de Stellantis en Figueruelas, Zaragoza. (EFE)
Planta de Stellantis en Figueruelas, Zaragoza. (EFE)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Una vez más, los coyuntureros han tenido que volver a elevar las previsiones de crecimiento para España que habían hecho. A mediados de este mes, en poco más de 24 horas, el FMI, la Autoridad Fiscal (AIReF) y Funcas elevaron sus cálculos del cierre de 2024 y sus proyecciones para 2025. Ahora anticipan un avance del PIB de entre el 2,3% y el 2,5%, a lo largo del año, esto es más del doble que la eurozona. Una vez más, España será la locomotora del crecimiento en el continente. La gran pregunta es: ¿Cuánto tiempo podrá mantenerse por encima?

Durante meses, la interpretación era que España crecería más mientras durase la recuperación del turismo. Pero con 94 millones de visitantes extranjeros en 2024, el margen de crecimiento es ya limitado. Sin embargo, los analistas siguen pensando que España crecerá por encima de la eurozona y en línea con las grandes economías avanzadas, al menos hasta el final de la década.

El FMI prevé que el crecimiento de España se desacelerará en los próximos años, pero se mantendrá por encima del 1,6% hasta 2029. Por el contrario, la eurozona se estabilizará en el 1,2%, con Alemania e Italia por debajo del 1%. Si se toma todo el periodo, España crecerá casi un 13% real desde 2024 hasta 2029. En estos años, la eurozona avanzará un 7% y Alemania e Italia, un pírrico 4%.

El turismo seguirá siendo un gran apoyo durante estos años, pero esa no es la única causa. España cuenta con cinco puntos fuertes que soportan el crecimiento económico. Reformas estructurales adoptadas desde la crisis financiera, competitividad gracias a la mano de obra barata y abundante, especialización productiva en actividades con una elevada demanda, la llegada de los fondos europeos y disponibilidad de energía renovable abundante.

Pocos países europeos aúnan estas cinco fortalezas. Es posible que solo Portugal y Grecia lo hagan, lo que explica que el crecimiento económico de España se haya descorrelacionado del europeo. Si tradicionalmente el ciclo de España estaba muy ligado al europeo, ahora va por libre. El motivo es que se ha producido un cambio en la demanda que no solo se apoya en el turismo, sino en otros servicios, desde programación informática, hasta consultoría, ingeniería, legal… Esto permite que siga contando con demanda externa a pesar de que la economía europea no tire.

España tiene buenos profesionales a bajo coste, en comparación con el resto de países líderes del continente. Pero incluso la industria española se comporta mejor que la europea, como muestran mes a mes los datos de la encuesta PMI. La industria de la eurozona suma ya dos años y medio en contracción, mientras que España acumula un año de intenso crecimiento.

Una comparativa reciente que elaboró el Banco de España muestra que las manufacturas de España no solo se comportan mejor por los productos en los que está especializada, sino que cada industria registra mejores datos que sus pares europeas. Es probable que la disponibilidad de energía más barata esté en la base de este comportamiento diferencial, algo que debería ser un cambio estructural una vez que el norte del continente ha perdido el ‘chute’ de gas ruso.

Cambio en la demanda

Tras la pandemia, se ha producido un cambio en las preferencias de consumo de la población. Los ciudadanos están dispuestos a renunciar a comprar bienes y prefieren vivir experiencias. Y España está especializada en ello. Por ejemplo, el consumo de ropa y calzado era, en 2023, un 7% inferior al que había antes del covid. Por el contrario, el gasto en restaurantes era un 2% superior; el de alojamientos, un 31% superior, el de servicios culturales, un 19% superior y el de bienes culturales, nada menos que un 67%.

Estos servicios y bienes culturales incluyen espectáculos, conciertos, películas, suscripciones a plataformas… Son sectores en los que España está bien posicionada y ha ganado cuota de mercado en los últimos años. Por ejemplo, las producciones de cine y series están creciendo intensamente gracias al clima del país, las ventajas fiscales y el esfuerzo de muchas administraciones por atraer a las productoras.

Este cambio de preferencias de los hogares refuerza las ventajas competitivas de España y explica el buen comportamiento de los últimos años. La otra gran ventaja es el potencial de las energías renovables. La producción está creciendo intensamente en los dos últimos años, hasta el punto de que generaron en 2024 el 56% de la energía eléctrica consumida. Las renovables ofrecen a España la capacidad para ser un referente europeo en energía barata, lo que podría suponer un impulso industrializador.

Por último, España cuenta con un gran estímulo al crecimiento en los fondos europeos. Es, junto con Italia, el país que más dinero va a recibir, con inversiones que se prolongarán más allá del año 2026. En el peor de los casos, serán un estímulo al empuje de la demanda interna, y en el mejor de los casos, provocarán cambios de productividad en la oferta. Los países del norte de Europa tienen muchos menos fondos asignados y algunos ni siquiera han comenzado a utilizarlos.

Crecer mejor

España tiene los mimbres para liderar el crecimiento de los grandes países europeos. Sin embargo, tiene por delante el reto de que los avances del PIB se conviertan en mejora de la calidad de vida. En los últimos años, el crecimiento ha venido por la incorporación de nuevos trabajadores, especialmente inmigrantes. Sin embargo, quienes ya estaban ocupados no han experimentado mejoras de su productividad ni de su calidad de vida.

Foto: Las cicatrices de la crisis inmobiliaria son visibles. (Getty/Gonzalo Arroyo)

El avance del PIB, por sí solo, no mejora la situación de las familias. Además, es necesario un incremento de la productividad y un reparto de sus beneficios. Este es el gran desafío al que se enfrenta España. Como dicen los economistas, pasar de un crecimiento extensivo a otro intensivo.

Para lograr ese objetivo es fundamental recuperar la inversión productiva, que lleva más de una década a medio gas. La apuesta por los servicios de alto valor añadido es una buena palanca, pero tiene el inconveniente de que acelera la despoblación de la España interior, ya que estas empresas se concentran en las grandes urbes. El objetivo es ambicioso, pero la inercia de crecimiento tan fuerte que genera recursos para invertir y apostar por los cambios necesarios.

Una vez más, los coyuntureros han tenido que volver a elevar las previsiones de crecimiento para España que habían hecho. A mediados de este mes, en poco más de 24 horas, el FMI, la Autoridad Fiscal (AIReF) y Funcas elevaron sus cálculos del cierre de 2024 y sus proyecciones para 2025. Ahora anticipan un avance del PIB de entre el 2,3% y el 2,5%, a lo largo del año, esto es más del doble que la eurozona. Una vez más, España será la locomotora del crecimiento en el continente. La gran pregunta es: ¿Cuánto tiempo podrá mantenerse por encima?

Economía Previsión de crecimiento PIB
El redactor recomienda