España creció un 3,2% en 2024, cuatro veces más que Europa, por el tirón de los servicios
El PIB volvió a crecer un 0,8% en el último trimestre del año, igualando las mejores previsiones de los expertos, con un impulso importante del consumo privado y la inversión
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El PIB de España cerró el año con un nuevo avance trimestral del 0,8%, lo que deja el crecimiento agregado del año 2024 en el 3,2%. Es algo más del doble de las expectativas que manejaban los expertos hace un año, lo que muestra el inesperado dinamismo de la actividad en España. Esta vez, además, ha venido acompañado por un importante aumento de la inversión en la recta final del año y por un repunte de la productividad, que eran los puntos débiles del crecimiento en el inicio del ejercicio.
El crecimiento de 2024 fue medio punto superior al de 2023. Si se compara con los años de la recuperación económica posterior a la crisis financiera, sólo en 2015 se logró un avance superior, llegando al 4,1%. Se trata, por tanto, de un ritmo que duplica los cálculos de crecimiento potencial que hacen los economistas para España. El buen momento de los servicios, tanto turísticos como no turísticos, explica en gran medida el comportamiento diferencial de España y, en general, los países del sur de Europa, respecto a sus socios del norte del continente. El INE ha revisado levemente al alza el crecimiento logrado en el inicio del año, lo que también está ayudando a superar las previsiones de los expertos. Según sus nuevos cálculos, la economía española creció un 1% en el primer trimestre frente al 0,9% calculado hasta ahora.
En tasa trimestral, el PIB volvió a avanzar un 0,8% en los tres últimos meses de 2024, con un importante impulso de la campaña navideña. El consumo de los hogares aumentó un 1% a lo largo del trimestre y son ya tres trimestres consecutivos creciendo por encima del PIB. España suma cuatro trimestres con un crecimiento económico del 0,8%, lo que muestra la estabilidad y la inercia que ha logrado el país en este momento del ciclo.
En el último trimestre del año, el consumo público sufrió una importante raltentización, con un avance del 0,4% frente al 2,5% de crecimiento del trimestre anterior. Su hueco lo ocupó la inversión (formación bruta de capital fijo), que aumentó un 2,8% trimestral. En este avance tuvo un mayor peso la inversión productiva: las compras de material de transporte se dispararon un 15% y las de maquinaria y bienes de equipo, un 4%. Por el contrario, la inversión en construcción de vivienda sigue muy lejos de las necesidades del país y apenas avanzó un 0,9%.
Por el lado de la oferta, los servicios volvieron a ser protagonistas con un crecimiento anual del 3,7%. Los servicios de bajo valor añadido (comercio, hostelería y transporte) avanzaron un 3,4%, pero el gran crecimiento vino por el lado de actividades más productivas. Las actividades de información y comunicación crecieron un 3,7% y las actividades profesionales, científicas y técnicas, un 3,9%. Compensaron así el pobre desempeño de la construcción, que creció un 1,9%. La industria también creció por debajo de la media nacional, pero aún así mantuvo un alto dinamismo en comparación con los niveles europeos y aumentó su producción un 2,9%.
La productividad siguió creciendo, aunque a un ritmo algo más lento. En el caso de la productividad por hora trabajada, el nivel del cuarto trimestre fue un 0,7% superior al del año anterior, mientras que la productividad por puesto de trabajo fue un 1,2% superior. Los salarios, por su parte, aceleraron en el final del año, con un aumento del 4,9% interanual, cuatro décimas más que en el tercer trimestre. El crecimiento del empleo, sumado a la subida salarial explican el dinamismo del consumo de los hogares.
Si se compara con los niveles previos a la pandemia, la economía española acumula un crecimiento real del 7,6%. El mayor avance ha sido el del consumo público, con un incremento del 20,3%, frente al 3,6% del consumo privado. La inversión es apenas un 2,5% superior a la del año 2019, con el agravante de que la inversión en vivienda es todavía un 1,4% inferior. La inversión productiva ha aumentado un 2,2%, pero la compra de material de transporte para la producción se ha desplomado un 13%. El gran motor, además del consumo público, han sido las exportaciones, con un avance del 44% de las exportaciones turísticas.
El PIB de España cerró el año con un nuevo avance trimestral del 0,8%, lo que deja el crecimiento agregado del año 2024 en el 3,2%. Es algo más del doble de las expectativas que manejaban los expertos hace un año, lo que muestra el inesperado dinamismo de la actividad en España. Esta vez, además, ha venido acompañado por un importante aumento de la inversión en la recta final del año y por un repunte de la productividad, que eran los puntos débiles del crecimiento en el inicio del ejercicio.