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Hacienda apunta al SMI: por qué no es una línea roja que los sueldos más bajos paguen IRPF
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A partir de 2025

Hacienda apunta al SMI: por qué no es una línea roja que los sueldos más bajos paguen IRPF

Quienes perciben el salario mínimo en España solo pagan cotizaciones sociales, una anomalía en comparación europea, mientras que la presión fiscal sobre el resto de los salarios ha crecido por la inflación

Foto: María Jesús Montero y Yolanda Díaz. (Europa Press)
María Jesús Montero y Yolanda Díaz. (Europa Press)
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El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha sido el que más ha subido en España en los últimos años, un 54% entre 2018 y 2024, pero su crecimiento no ha ido acompañado de una contribución equivalente a las arcas públicas. Año tras año, el Gobierno ha adaptado la tributación en el IRPF, de manera que las personas que perciben el SMI en España solo soportan la carga fiscal de las cotizaciones sociales porque el mínimo exento llega a los 15.876 euros brutos anuales (el SMI de 2024), lo que supone un caso peculiar en comparación con el panorama europeo.

El SMI era muy bajo en 2018 tanto en comparación con los sueldos medios de España como con los salarios de otros países europeos, pero actualmente ya se ubica en torno al 60% del salario medio neto que recomienda la Carta Social Europea. Además, su rápido crecimiento, mayor al del resto de los salarios, ha llevado a concentrar a un elevado número de contribuyentes en esta franja salarial (2,7 millones en 2023) y en las inmediatamente superiores, lo que ha llevado a Hacienda a plantear que la exención termine porque cada vez el SMI resta más recaudación al afectar a más personas con salarios mayores.

Si la decisión finalmente se aplica en 2025 absorberá gran parte de la subida del salario mínimo en un determinado perfil de contribuyentes (los solteros sin hijos), pero lo cierto es que los salarios bajos de España tienen la tasa impositiva más reducida de la UE y Hacienda necesita aumentar la recaudación por todas las vías posibles dadas las presiones en el gasto público y la complicada aritmética parlamentaria para aprobar nuevos impuestos.

La tasa impositiva entendida como la define Eurostat es el porcentaje del salario que los trabajadores pagan en IRPF y en cotizaciones a la Seguridad social menos transferencias. Según Eurostat, las personas solteras y sin hijos que cobran en España el 50% del salario medio bruto solo pagan el 6,69% al Estado, la cifra más baja de la UE y muy alejada de la media, que se sitúa en el 19,58%. El dato se refiere al año 2023 y equivale a cobrar 15.050 euros anuales en términos brutos, muy cerca del SMI de aquel año (15.120 euros), por lo que es una cantidad exenta de pagar IRPF y la contribución se debe exclusivamente a las cotizaciones sociales.

A juzgar por los tipos impositivos que soportan los salarios más bajos del resto de los países y teniendo en cuenta las cotizaciones sociales que pagan, la exención de España del pago del IRPF hasta el total del SMI es una anomalía. No obstante, sí existen otro tipo de exenciones para aligerar la carga de los salarios más reducidos. Por ejemplo, en Alemania se exime parcial o totalmente del pago de las cotizaciones sociales a los trabajadores que cobran hasta 2.000 euros al mes.

Tasa impositiva inferior y salarios más bajos

España también se ubica en la parte inferior del ranking impositivo para el resto de los salarios debido a la reducida tasa de las cotizaciones sociales que pagan los empleados y a que la imposición del IRPF no es elevada comparativamente. Por ejemplo, los solteros sin hijos que cobraron el 67% del salario medio bruto en 2023 pagaron un 16,6% entre cotizaciones (un constante del 6,5% para todos los trabajadores) e IRPF (progresivo según el salario).

Los que percibieron el salario medio (28.766 euros brutos en 2023) pagaron un 22,1% y quienes cobraron un 67% más que el salario medio, la máxima horquilla que contempla la estadística, aportaron un 27,9% del mismo a Hacienda y a la Seguridad Social. Aunque estas tasas han crecido en los últimos años por la inflación y por no actualizar la tarifa, España sigue muy por debajo de la media europea en la fiscalidad sobre las rentas salariales. En concreto, 7,2 puntos menos que la media de la UE y 8,8 puntos menos que la media de la eurozona.

De hecho, esto explica en gran medida la brecha de ingresos sobre el PIB que históricamente mantiene España respecto a los vecinos europeos. Si se compara la presión fiscal de 2023, España recauda 3,6 puntos menos sobre el PIB que la media de la UE y la mayor diferencia (2,2 puntos) se debe a las cotizaciones sociales pagadas por los empleados; seguido de 0,9 puntos de diferencia en los impuestos directos sobre las rentas de los hogares y los beneficios de las empresas y de 0,6 puntos en el IVA.

Por tanto, los datos muestran que existe margen recaudatorio sobre los salarios si se atiende a la comparación europea, pero cabe tener en cuenta también otros factores. Por una parte, los sueldos medios de España son inferiores a los de la media de la UE en paridades de poder adquisitivo, por lo que dejan menos margen para pagar impuestos.

Por otra parte, la presión fiscal sobre los salarios ha subido en los últimos años y las rentas de las personas físicas son cada vez una parte mayor de la recaudación tributaria, un efecto muy influido también por la creación de empleo. En 2023, solo el IRPF aportó un 44,23% de la recaudación total, 8,5 puntos más que hace veinte años, mientras, el peso de la recaudación por los beneficios de las empresas y por el IVA se ha reducido hasta el 12,9% y el 30,9%, respectivamente. De hecho, el libro blanco de 2022 para la reforma fiscal de los expertos no se centró en los salarios a la hora de proponer medidas de aumentos de los ingresos tributarios, prefiriendo actuaciones sobre otros impuestos como Patrimonio, Sucesiones o IVA.

Hacienda decidirá después que Trabajo

Por el momento, el Ministerio de Hacienda continúa sin concretar si 2025 será el primer año en el que quienes cobren el SMI paguen IRPF. Desde la cartera de María Jesús Montero señalan que la decisión se tomará después de que se conozca la subida, algo que previsiblemente cerrará el Ministerio de Trabajo el próximo miércoles.

Es cierto que en años anteriores el mínimo exento se elevó después de que el Gobierno anunciara el nuevo SMI, pero es la primera vez en la que este aspecto interfiere en la negociación tripartita entre los agentes sociales y Trabajo.

Los sindicatos piden un aumento mayor del que recomiendan los expertos para compensar el posible pago del IRPF y, en caso de no conseguirlo, intentarán lograr otras medidas como la prohibición de la absorción del salario mínimo a través de pluses. Todo ello sin descartar una batalla próxima con Hacienda.

El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha sido el que más ha subido en España en los últimos años, un 54% entre 2018 y 2024, pero su crecimiento no ha ido acompañado de una contribución equivalente a las arcas públicas. Año tras año, el Gobierno ha adaptado la tributación en el IRPF, de manera que las personas que perciben el SMI en España solo soportan la carga fiscal de las cotizaciones sociales porque el mínimo exento llega a los 15.876 euros brutos anuales (el SMI de 2024), lo que supone un caso peculiar en comparación con el panorama europeo.

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