De la cerámica de Castellón a los molinos de Guipúzcoa: las provincias más expuestas a la ira de Trump

Las palabras del nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, retumban todavía por numerosas regiones españolas. Tras confundir a España con uno de los BRICS, amenazó con establecer aranceles del 100%. Bromas aparte sobre la equivocación, la amenaza de endurecer la guerra comercial ha generado una importante preocupación en provincias que tienen una elevada exposición a Estados Unidos.

Es cierto que, a nivel nacional, el comercio entre España y EEUU es inferior a la media de la Unión Europea. Sin embargo, hay cinco provincias que obtienen más de un 2% de su PIB de las exportaciones de bienes a Estados Unidos: Castellón, Huelva, Guipúzcoa, Álava y Almería. Una cifra significativa que implica una exposición grave a la cólera arancelaria del presidente.

Si algo caracteriza a estas provincias es que no tienen nada en común, y esa es una de las sorpresas. Por una parte está el tercio sur de España que exporta alimentos; la zona del Levante, con su potente industria de la construcción y, finalmente, el norte de España, que vende bienes de equipo y productos químicos. Todo el interior oeste de España es la zona con menores relaciones comerciales.

Castellón es la provincia más vulnerable con mucha diferencia, ya que obtiene cerca del 5% de su PIB de las ventas a Estados Unidos. Entre enero y noviembre obtuvo 916 millones de euros, principalmente por exportaciones relacionadas con la cerámica. El gran sector de la provincia está amenazado como pocos por la nueva posición agresiva de Estados Unidos.

Huelva es la segunda provincia con mayor exposición a Estados Unidos, aunque en su caso se debe a la planta de refino de Palos de la Frontera. Esta central exporta al otro lado del Atlántico sus carburantes y en lo que va de año ha facturado más de 425 millones de euros. Sin embargo, Huelva también importa muchos productos energéticos procedentes de Estados Unidos, en especial crudo para su refino y gas natural. En lo que va de año, ha pagado más de 1.500 millones de euros por estas compras. Esto es, su posición frente a Estados Unidos es claramente deficitaria y no está claro que vaya a sufrir el impacto de los aranceles, porque España forma parte de la cadena de valor de los hidrocarburos norteamericanos.

Guipúzcoa y Álava son otras dos de las provincias más amenazadas por la escalada arancelaria. En este caso, es su industria la que tiene una alta dependencia de EEUU, por lo que golpearía directamente al corazón del tejido productivo vasco. Ambas obtienen más de un 2,5% de su PIB de las exportaciones a Estados Unidos.

Estas exportaciones son, principalmente, venta de bienes de equipo. Esto es, máquinas que forman parte del proceso productivo y que van desde molinos de generación de energía eléctrica hasta maquinaria industrial. También tiene un peso relevante la exportación de hierro y acero, especialmente desde Álava.

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M. Redondo A. Sanz

Almería es otra de las comunidades involucradas. La semana pasada EEUU anunció un veto en la importación de pimientos desde la provincia. Una noticia que se temía que pudiera llegar a lo largo del mandato de Trump, pero que se produjo de forma precipitada, lo que cambia los planes de todo el sector.

Pero la actividad que tiene mayor dependencia americana es la minería. En concreto, la cantera de yeso de Sorbas, que es una de las más productivas del mundo. En total, las ventas de materiales de construcción a EEUU suponen más del 2% del PIB de la provincia y son una diversificación clave para la economía.

El sector agroalimentario andaluz también mira con preocupación a Trump, sobre todo en el caso del aceite de oliva. Las provincias de Córdoba y Sevilla obtienen algo más del 1% de su PIB de ventas de alimentos a EEUU. En este grupo también se cuela Palencia, gracias al empuje de su sector galletero.

Si se mide en términos absolutos, Barcelona, Madrid y Valencia son las provincias que más venden a EEUU. Entre enero y noviembre de 2024 consiguieron una facturación conjunta de 6.500 millones de euros. Sin embargo, su participación en el PIB es reducida, por lo que la dependencia total es menor que las provincias señaladas anteriormente. Aunque el saldo de la balanza de bienes de España con EEUU es negativo, la mayor parte de las provincias venden más de lo que compran. Por lo tanto, tendrían más que perder si Trump activa una escalada arancelaria.

En concreto, 32 de las 50 provincias españolas obtuvieron superávit con EEUU en el comercio de bienes. Las peor situadas son provincias costeras que tienen infraestructuras energéticas: Huelva, Tarragona, A Coruña, Asturias, Cádiz o Vizcaya. Es un déficit que realmente no es suyo, sino que es por donde entran los hidrocarburos a España a través de los puertos. España llega a esta situación después de haber estrechado lazos comerciales con EEUU durante el mandato de Joe Biden. En 2024 las exportaciones fueron 4.100 millones superiores a las de 2019, el último año completo de Trump previo al covid, esto es un crecimiento del 33% en precios corrientes.

Barcelona es la que ha protagonizado mayor crecimiento, ya que ha generado casi un tercio de este crecimiento de las exportaciones. De hecho, la provincia ha elevado nada menos que un 77% las ventas de bienes a EEUU. El grueso de este crecimiento se centra en medicamentos y perfumes, que se han disparado en más de 600 millones de euros. Ahora hay miles de empleos en la provincia de Barcelona pendientes de las relaciones de España y de la Unión Europea con la nueva Administración Trump.