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El rechazo de Trump al impuesto a las multinacionales reducirá inversiones en Europa
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Tipo mínimo del 15%

El rechazo de Trump al impuesto a las multinacionales reducirá inversiones en Europa

La ruptura del consenso en torno al Pilar Dos abre la puerta a una redirección de las inversiones hacia EEUU, cuya nueva administración se ha comprometido a adoptar represalias en los próximos 60 días

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump, en el Despacho Oval. (Reuters/ Carlos Barria).
El presidente de EEUU, Donald Trump, en el Despacho Oval. (Reuters/ Carlos Barria).
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La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca ha hecho saltar por los aires uno de los consensos internacionales que más ha costado en las últimas décadas: el establecimiento de un acuerdo fiscal global de mínimos. Un total de 142 países, entre ellos EEUU, habían acordado implementar una tributación mínima global del 15% para los grupos multinacionales en el marco de la OCDE (Pilar Dos) y otras medidas del Pilar Uno, pero el nuevo presidente ya ha firmado un memorándum en el que confirma que EEUU se borra del acuerdo. Esto pone contra las cuerdas a quienes ya han implementado el impuesto, como es el caso de España desde diciembre de 2024 y de la mayor parte de la UE, y los expertos anticipan una redirección de las inversiones, además de represalias.

En concreto, el texto firmado por Trump declara que “cualquier compromiso asumido por la administración anterior en nombre de los Estados Unidos con respecto al Acuerdo Fiscal Global no tendrá fuerza ni efecto dentro de los Estados Unidos”. Y, aunque seguidamente se abre a “implementar de otra manera las conclusiones” de la declaración de la OCDE, no cabe esperar la aprobación del impuesto mínimo. Los de Trump consideran que esta medida invade la soberanía estadounidense y es contraria a la generación de riqueza. De hecho, la promesa electoral del presidente va totalmente en el sentido contrario, bajando el tipo nominal del Impuesto de Sociedades al 15% respecto al 21% actual.

Pablo Gómez-Acebo, abogado especializado en fiscalidad de Andersen, anticipa que la administración Trump aplicará el acuerdo fiscal global de la OCDE “solo en los aspectos que atraigan tributación a EEUU, pero no en aquellos que permitan gravar en otros estados los resultados de empresas norteamericanas”. El objetivo del impuesto mínimo global es que los países con baja tributación importadores de capital suban su tributación directa del Impuesto sobre Sociedades como mínimo al 15% y evitar así la deslocalización fiscal de los grupos multinacionales. Para ello, tanto las matrices como las filiales de los grupos que facturen más de 750 millones de euros deben tributar el mínimo y, si un país no lo implementa, son el resto los que recaudan lo no cobrado en la otra jurisdicción.

El problema es que EEUU es la primera economía mundial. Su decisión distorsiona todo el sistema diseñado y genera perjuicios a los países que se arriesgan a implementarlo, más aún teniendo en cuenta que por el momento solo lo han aprobado o están en vías de hacerlo 32 países y la mayoría son europeos. Juan José Sánchez, asociado senior de A&O Shearman, cree que el memorándum de la Casa Blanca marca “un punto de inflexión”. “Trasciende de la mera no implementación del Pilar Dos (...) la contundencia del lenguaje empleado y la articulación de mandatos específicos al Departamento del Tesoro sugieren una evolución hacia un unilateralismo tributario significativamente más agresivo que el anticipado en nuestros análisis previos”, señala.

Represalias

El documento firmado por la administración Trump ya anticipa represalias a los países que implementen el acuerdo de la OCDE y lo considera un conjunto de “medidas fiscales discriminatorias y extraterritoriales”. En concreto, se presentará en un plazo de 60 días “una lista de opciones de medidas de protección u otras acciones que los Estados Unidos deberían adoptar o emprender en respuesta”.

Los expertos piensan ya en aranceles porque la situación recuerda a lo sucedido en 2019 con la conocida como Tasa Google. Gómez-Acebo anticipa “sanciones en forma de mayores aranceles y otro tipo de iniciativas políticas frente a los estados de la UE que lo apliquen o a la propia UE”. Sánchez cree que la referencia explícita en el comunicado de Trump a “protective measures” sugiere “una potencial instrumentalización de la política arancelaria como mecanismo de presión para forzar una renegociación del marco fiscal internacional en términos más favorables a los intereses estadounidenses”. También se pueden dar "mecanismos de represalia más sofisticados", opina Sánchez, a través de penalizaciones de pagos transfronterizos.

¿Qué harán los países cumplidores?

En cualquier caso, la tensión está servida y los países europeos tienen poco margen de maniobra. Según López, “la Unión Europea tiene poco espacio de acción porque todos los países con un nivel de deuda elevado o medio tienen que recaudar impuestos para pagarla y para financiar el estado del bienestar”.

Además, la directiva de 2022 obliga a la implementación del Pilar Dos en todos los Estados miembros, por lo que ve poco probable que la UE cambie de posición. “Sería una señal negativa de debilidad”, advierte. Más incierta es la postura del resto del mundo que no son ni la UE ni EEUU y para España es especialmente importante lo que hagan los países latinoamericanos.

La opinión de Gómez-Acebo difiere al considerar que el coste económico de las represalias de EEUU podría llevar a los estados cumplidores con el mínimo a “repensar” el impuesto complementario secundario en su actual formulación. Además, si este no se aplica a matrices de EEUU, el impuesto mínimo global limitará su influencia a países más pequeños, no “exportadores de capital”.

Foto: Noche de las elecciones presidenciales de EEUU de 2024. ( REUTERS/Brian Snyder)

En cuanto a la recaudación que logren los países con el mínimo establecido, dependerá de si finalmente hay una suma masiva a la implementación o no, de las decisiones empresariales y de la respuesta de la OCDE a las medidas de Trump. Hay pocas estimaciones oficiales del impacto tributario, aunque desde el Ministerio de Hacienda calcularon previamente a este escenario que España ingresará unos 2.600 millones adicionales al año desde 2024, ya que la ley del impuesto complementario tiene carácter retroactivo.

La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca ha hecho saltar por los aires uno de los consensos internacionales que más ha costado en las últimas décadas: el establecimiento de un acuerdo fiscal global de mínimos. Un total de 142 países, entre ellos EEUU, habían acordado implementar una tributación mínima global del 15% para los grupos multinacionales en el marco de la OCDE (Pilar Dos) y otras medidas del Pilar Uno, pero el nuevo presidente ya ha firmado un memorándum en el que confirma que EEUU se borra del acuerdo. Esto pone contra las cuerdas a quienes ya han implementado el impuesto, como es el caso de España desde diciembre de 2024 y de la mayor parte de la UE, y los expertos anticipan una redirección de las inversiones, además de represalias.

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