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La primera tacada de aranceles ya está aquí: 25% a México y Canadá
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EL DÓLAR CAE TRAS LA JURA DE BIDEN

La primera tacada de aranceles ya está aquí: 25% a México y Canadá

La primera reacción en los mercados de divisas al discurso de Trump se ha traducido en un descenso del dólar. Pero los aranceles llegarán. Mientras tanto, toca esperar y ver. Eso sí, el comercio mundial contiene la respiración.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump, pasa revista a las tropas. (EFE/EPA/Pool/Greg Nash)
El presidente de EEUU, Donald Trump, pasa revista a las tropas. (EFE/EPA/Pool/Greg Nash)
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Los aranceles anunciados por Donald Trump llegarán, lo que no se sabe es su intensidad. Pero lo que se conoce, por el momento, es que la primera reacción de los mercados tras su discurso de toma de posesión ha sido debilitar al dólar, que sería el principal beneficiario de un incremento de los aranceles debido a que la Reserva Federal será más cauta a la hora de manejar los tipos de interés. El dólar retrocedió este pasado lunes alrededor de un 1%, una suave caída, después de cuatro meses de subidas continuadas hasta acercarse a la paridad con el euro. A modo de aperitivo, lo que ha sugerido Trump el día 1 de su presidencia es que habrá aranceles del 25% para México y Canadá, sus socios del Tratado de Libre Comercio, aunque sin dar plazos.

Lo que interpretan los mercados es que la aplicación de los aranceles no será tan inmediata como podría ser previsible a la luz de algunas declaraciones del propio Trump, por lo que cabe interpretar que lo que ocurrió ayer fue simplemente un esperar y ver. Cuando lleguen, sin embargo, lo que está claro es que alterarán el comercio mundial, que hoy contiene el aliento ante las órdenes ejecutivas que ha anunciado Trump. También el propio funcionamiento de la economía estadounidense.

Lo decían recientemente los analistas del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE, por su siglas en inglés) en su último informe: “Los consumidores estadounidenses pronto se enfrentarán a precios más altos por los bienes fabricados en el extranjero si el presidente electo Donald Trump lleva a cabo los aumentos esperados en los aranceles de importación de EEUU”.

Peterson, uno de los centros de pensamientos de mayor prestigio del país, lo argumentaba con un razonamiento simple: ningún impuesto es gratuito y si vender es más caro en un determinado territorio, en última instancia eso es lo que significan los aranceles, comprar una mercancía, lógicamente, también lo será. Entre otras razones, porque los aranceles de Trump no sólo afectarán a los bienes terminados, aquellos que se compran en las tiendas o en los grandes almacenes, donde hay mayor competencia, sino también a los intermedios. Es decir, a aquellos bienes que sirven para fabricar productos, donde China tiene una posición de privilegio, en particular la maquinaria electrónica y eléctrica.

Foto: El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. (Reuters/Carlos Barria)

China, según datos de Peterson, es el principal proveedor de juguetes y equipos deportivos de EEUU, aporta el 40% de las importaciones de calzado y es la fuente de aproximadamente una cuarta parte de las importaciones de productos electrónicos, textiles y prendas de vestir. Es más, envía el 18,3% de la maquinaria y los aparatos mecánicos importados y sólo la electrónica y la maquinaria eléctrica procedente de China representan un valor cercano a los 120.000 millones de dólares (una cantidad casi similar en euros).

El futuro de Europa

Europa también está en el punto de mira, aunque en este caso hay un matiz importante. El comercio, cabe recordar, forma parte de la relación transatlántica, como se acordó en una Declaración conjunta firmada en 2021, lo que significa que cualquier alteración de las reglas actuales en forma de aranceles también podría tener consecuencias geopolíticas. Esto es así porque, pese a que EEUU es el principal socio comercial y de inversión de la UE, no existe un acuerdo de libre comercio específico entre ambos, lo que le concede un amplio margen de maniobra a la nueva Administración estadounidense para actuar.

Cabe recordar que las negociaciones entre EEUU y Europa para crear una Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP) se iniciaron en 2013, pero finalizaron sin que hubiera ningún acuerdo tres años más tarde. Sin embargo, el comercio transatlántico sigue disfrutando de uno de los aranceles promedio más bajos del planeta (por debajo del 3%), regido por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Y Trump ha prometido imponer aranceles situados entre el 10% y el 60%, según regiones. Los más bajos para los países o zonas ‘amigas’, y los más elevados para el resto, aunque esto está sujeto a negociación.

No es un asunto menor teniendo en cuenta que la relación transatlántica es una arteria clave de la actual correlación de fuerzas en el planeta. Las economías de ambos territorios representan un tercio del comercio mundial de bienes y servicios y cerca de un tercio del PIB mundial en términos de poder adquisitivo.

No puede extrañar, por eso, que la Comisión Europea haya sido hasta el momento extremadamente prudente ante las amenazas de Trump, que ya ha avanzado que aprobará de forma urgente un centenar de órdenes ejecutivas que entrarán de forma inmediata, y alguna de ellas puede afectar al comercio.

Foto: El presidente electo de EEUU, Donald Trump. (EFE/Justin Lane)

La cautela tiene que ver con que la maquinaria de Bruselas acaba de echar a andar, pero también por las crecientes dificultades de la UE para tener una sola voz ante Washington cuando Trump tiene hoy más aliados que antes de las últimas elecciones al Parlamento Europeo (Orbán, Meloni…).

Petróleo por aranceles

En tiempos de Biden, por el contrario, se creó un Consejo de Comercio y Tecnología cuyo futuro está hoy en el limbo si se materializa la escalada de tensiones comerciales que muchos esperan, aunque con Trump todo es imprevisible en medida que actúa como un negociante a la hora de gestionar los intereses de su país. Ya ha advertido a Europa, por ejemplo, que o bien adquiere más gas y petróleo a EEUU o habrá aranceles. El problema es que cada país tiene su propia política de aprovisionamiento, por lo que difícilmente puede haber un acuerdo global. Entre otras cosas, paradójicamente, porque el procedente de Rusia es sensiblemente más barato. La presidenta Von der Leyen es la más abierta a complacer a Trump.

En todo caso, hoy por hoy, la litigiosidad entre la UE y EEUU sigue siendo escasa, aunque eso podría cambiar, dependiendo de la ambición de Trump, ya Europa quiere mostrarse muy prudente para evitar una escalada. El número de aranceles impuestos por la UE (la política comercial es común) ha crecido hasta su nivel más alto desde 2009, con 141 en vigor en 2023. Si se comparan con las importaciones totales, EEUU, Australia y Canadá tienen escudos protectores diez veces mayores.

Foto: Ilustración: Sofía Sisqués.
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La propia Organización del Comercio Mundial, que en 2025 cumple 30 años, habla en sus últimos informes, en tono algo más que diplomático, de las incertidumbres que se ciernen sobre el tráfico de mercancías más que sobre los servicios, aunque con una particularidad. Cada vez hay más evidencias de una fragmentación del comercio mundial por razones geopolíticas, y la estrategia anunciada por Trump puede intensificar este proceso. O, expresado de otra forma, el comercio se realiza cada vez más entre economías con ideas afines, una tendencia acelerada por la guerra en Ucrania. Sin embargo, todavía no se ha observado un cambio más amplio hacia la deslocalización a escala global. Esperar y ver, será la palabra más utilizada en las próximas semanas en el comercio mundial.

Los aranceles anunciados por Donald Trump llegarán, lo que no se sabe es su intensidad. Pero lo que se conoce, por el momento, es que la primera reacción de los mercados tras su discurso de toma de posesión ha sido debilitar al dólar, que sería el principal beneficiario de un incremento de los aranceles debido a que la Reserva Federal será más cauta a la hora de manejar los tipos de interés. El dólar retrocedió este pasado lunes alrededor de un 1%, una suave caída, después de cuatro meses de subidas continuadas hasta acercarse a la paridad con el euro. A modo de aperitivo, lo que ha sugerido Trump el día 1 de su presidencia es que habrá aranceles del 25% para México y Canadá, sus socios del Tratado de Libre Comercio, aunque sin dar plazos.

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