La era Álvarez-Pallete en Telefónica: las cinco claves de casi 9 años de mandato
Nueve años que se recordarán en la principal teleco nacional por la reestructuración estratégica que le llevó a enfocarse en cuatro mercados y los esfuerzos por reducir la deuda
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El mandato de José María Álvarez-Pallete al frente de Telefónica ha durado casi nueve años. El economista cogió el testigo de César Alierta en abril de 2016 y este sábado se consumaba su marcha tras la celebración de un consejo extraordinario en el que se elegía al presidente de Indra, Marc Murtra, como su sustituto. Ha sido casi una década que se recordará en los anales de la principal teleco nacional por la reestructuración estratégica que le llevó a enfocarse principalmente en cuatro mercados y por los esfuerzos para reducir la deuda. Aunque, quizás, su gran asignatura pendiente han sido las cifras que reflejan las cuentas.
'Plan Nueva Telefónica'
El primer golpe de timón que dio Álvarez-Pallete como capitán de Telefónica llegó cuando llevaba algo más de tres años dirigiendo el transatlántico. Fue a finales de noviembre de 2019, cuando presentó el plan 'Nueva Telefónica', que consistía en centrar la mayoría de los esfuerzos en los cuatro países que suponen la mayor parte de sus ingresos y la base de clientes más sólida: España, Alemania, Reino Unido y Brasil.
Ese plan estratégico también buscaba reforzar la posición de Telefónica como una empresa que va más allá de vender servicios de telefonía e internet. Con esa perspectiva creó nuevas unidades de negocio que se mantienen vigentes a día de hoy. Como Telefónica Tech, enfocada en la ciberseguridad, el Big Data o la nube; o Telefónica Infra, que se dedica a gestionar activos propios como las redes de fibra óptica.
En definitiva, los objetivos del plan 'Nueva Telefónica' fueron acelerar el crecimiento en mercados con gran potencial, al tiempo que aprovechaban las oportunidades de negocio que por aquel entonces ofrecía la digitalización y las nuevas tecnologías. Eso sí, buscando siempre vías para reducir el endeudamiento, que había sido su principal reto desde que asumió la presidencia.
Reducción de deuda
Cuando Álvarez-Pallete se sentó por primera en la butaca de presidente, la deuda de Telefónica superaba los 50.000 millones de euros. Esa herencia de su predecesor limitaba la capacidad de inversión de la compañía, por lo que a mediados de su mandato dio el visto bueno a una serie de operaciones corporativas destinadas a ir reduciendo el pasivo. El problema no está resuelto a día de hoy y Murtra deberá seguir esforzándose por minimizar las obligaciones financieras, pero la deuda ha disminuido casi a la mitad. Concretamente, asciende a 28.748 millones, según las cifras del tercer trimestre de 2024, cifra que se actualizará cuando en febrero se conozcan las cuentas del ejercicio completo.
El 2021 fue clave para la reducción de la deuda, llegando a situarla por debajo de los 26.000 millones, lo que supuso su nivel más bajo en casi 15 años. Para conseguirlo tuvo que deshacerse de activos que no consideraba estratégicos, como las torres de Telxius, que vendió a American Tower por 7.700 millones. Además, completó la fusión de su filial británica O2 con Virgin Media, consiguiendo una mejora significativa de su balance financiero.
Para alcanzar los niveles actuales, también tuvo que desinvertir en Latinoamérica. La decisión fue agrupar todas sus operaciones en ese territorio bajo una misma sociedad, denominada Telefónica Hispam, a la vez que buscaba socios para reducir su exposición al otro lado del Atlántico. Brasil fue el único mercado que quedó fuera de ese movimiento, ya que opera por libre al ser uno de los cuatro países considerados estratégicos desde que se ejecutó en plan 'Nueva Telefónica' en 2019.
Menos ingresos y cotización
Su gran debe se observa en las cifras económicas. En 2017, su primer ejercicio completo al frente de la compañía, obtuvo unos ingresos de 52.000 millones, en línea con el año anterior. Aunque pudo sacar pecho al elevar en un 32% interanual su beneficio neto, hasta los 3.132 millones. Sin embargo, con el paso de los años esas cifras han menguado.
A la espera de que publique en febrero sus estados financieros de todo el 2024, los últimos datos disponibles para un ejercicio completo son los de 2023. Ese año, sus ingresos ascendieron a 40.652 millones, un 1,6% más que el ejercicio anterior, pero un 22% menos que en 2017. En cuanto al resultado final de esas cuentas, obtuvo unas pérdidas de 892 millones, debido principalmente a la promoción del expediente del ERE y un deterioro del fondo de comercio en Virgin Media O2. Eso sí, sin tener en cuenta esos extraordinarios, el beneficio neto hubiese alcanzado los 2.369 millones, un 17% más que en 2022, pero un 25% menos que en 2017.
La realidad de esas cifras se ha trasladado a la cotización, que es la principal asignatura que le queda pendiente al final de su mandato. No solo porque las acciones lleven casi cinco años sin poder sobrepasar con holgura la barrera de los cuatro euros, sino que, echando la vista al comienzo de su presidencia, cuando se pagaban a unos diez euros, ha perdido alrededor del 60% de su valor.
Nuevas tecnologías y adiós al cobre
En el momento en que Álvarez-Pallete fue elegido para presidir Telefónica se estaba cociendo la implementación de la tecnología 5G en todo el mundo. Como líder de la principal teleco española, le correspondía encabezar su despliegue y en septiembre de 2020 lanzó de forma oficial ese servicio, cubriendo inicialmente el 75% del territorio nacional. Posteriormente, ha ido expandiendo su cobertura.
En cuanto a la fibra óptica, pudo aprovechar algo más el legado que le dejó Alierta. Las primeras investigaciones se llevaron a cabo a comienzos de los 2000 y en 2008 la compañía inició el despliegue de fibra hasta el hogar (FTTH) en España. Por lo tanto, su cometido fue ir ampliándolo hasta cubrir la mayor parte del país y comenzar a hacer lo propio en otros mercados. A finales de 2024 superó el 90% del territorio nacional y también está expandido en los otros tres lugares considerados estratégicos, con mayor implementación en Brasil.
Para implantar estas nuevas tecnologías, es necesario que se marchen otras que han quedado obsoletas. Así ha sucedido con la red de cobre, que Telefónica apagó definitivamente el 19 de abril de 2024, coincidiendo con la celebración de su centenario. El proceso de desactivación comenzó en 2020, por lo que fue completamente dirigido por el recién cesado presidente.
Fuerte descenso del empleo
Aunque el trasvase de una tecnología a otra supone grandes mejoras para los clientes, la parte negativa es que se necesitan menos trabajadores para su mantenimiento, porque en la mayoría de los casos se puede hacer desde un ordenador, sin tener que desplazarse in situ.
Esta es la razón de que durante el mandato de Álvarez-Pallete se haya reducido la plantilla en un 8% a nivel global, lo que para una empresa de las dimensiones de Telefónica supone una pérdida neta de 10.000 empleados. Concretamente, ha pasado de unos 130.000 a comienzos de 2016 a unos 120.000 a finales de 2024. Se debe a la automatización de los procesos, el despliegue de infraestructuras digitales, reestructuraciones internas y la venta de los activos no estratégicos.
El grueso de esas marchas se han producido en España, donde Pallete ha firmado hasta cuatro grandes reducciones de empleo. La última se concretó hace un año al acordar la marcha de 3.421 empleados, con lo que ahorrará 285 millones de euros anuales en gastos directos a partir de este 2025, según los cálculos de la propia compañía. Conviene explicar que no es algo exclusivo de Telefónica, ya que otras compañías han llevado a cabo recientemente procesos similares en nuestro país.
El mandato de José María Álvarez-Pallete al frente de Telefónica ha durado casi nueve años. El economista cogió el testigo de César Alierta en abril de 2016 y este sábado se consumaba su marcha tras la celebración de un consejo extraordinario en el que se elegía al presidente de Indra, Marc Murtra, como su sustituto. Ha sido casi una década que se recordará en los anales de la principal teleco nacional por la reestructuración estratégica que le llevó a enfocarse principalmente en cuatro mercados y por los esfuerzos para reducir la deuda. Aunque, quizás, su gran asignatura pendiente han sido las cifras que reflejan las cuentas.