La subida del SMI de 50 euros al mes propuesta por Díaz ya incluye el pago del IRPF
Los expertos calculan el salario mínimo necesario para que sea el 60% del salario medio neto teniendo en cuenta el mínimo exento de 2024 en el IRPF. Si finalmente este aumentara y el SMI sube lo propuesto por Trabajo, superará la ratio de referencia
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La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, propone a los agentes sociales una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 50 euros al mes en 2025, siguiendo la horquilla máxima señalada por la comisión de expertos en su informe presentado oficialmente este miércoles. Esto se traduce en un aumento del 4,41% anual y sirve para alcanzar un SMI de 1.184 euros brutos mensuales repartidos en 14 pagas, es decir, 16.576 euros al año y un aumento de 700 euros respecto al SMI de 2024.
Según explica el documento elaborado por los 12 miembros de la comisión, que también recomienda una subida inferior de un 3,44% (39 euros mensuales), los cálculos se han hecho proyectando el salario medio bruto y neto de 2024 a través de distintas fuentes estadísticas y teniendo en cuenta que el mínimo exento del IRPF se mantiene como el año anterior. Este cambio evidencia que las tesis del Ministerio de Hacienda se han impuesto al menos en el informe y supone un cambio relevante respecto a los dos anteriores, de 2022 y 2021, en los que se daba por descontado que el mínimo exento de tributar en el IRPF subiría hasta el nuevo valor del SMI.
El hecho de que los contribuyentes que reciben el salario mínimo paguen o no IRPF determina el salario neto que les queda una vez descontada esta tributación variable y el abono de las cotizaciones sociales, que es igual para todos los asalariados. Precisamente el salario medio neto y el salario mínimo neto son las piezas centrales de todo el informe de los expertos, ya que los calculan en primer lugar para después determinar cuál debe ser el salario mínimo bruto que aparezca en el BOE.
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El sentido de este ejercicio inverso es que un salario “digno” o suficiente que permita al trabajador cubrir mínimamente sus necesidades personales y sociales no puede obviar la parte que se paga a Hacienda y a la Seguridad Social. “Si el objetivo es alcanzar un salario que permita cubrir esas necesidades básicas, tiene sentido que el salario de referencia sea el salario neto, esto es, el disponible para la persona trabajadora, y no el salario bruto (...) que nunca llega a estar disponible para la persona asalariada”, explican.
Por tanto, los expertos han determinado cuál debe ser el SMI bruto de 2025 que permita que todos los SMI netos sean el 60% del salario medio neto y aquí entra en juego el planteamiento del Ministerio de Hacienda de no modificar el mínimo exento de 2024, 15.876 euros. Tras su ejercicio técnico concluyen que “situar el SMI de 2025 en el 60% del salario medio neto de 2024 exigiría un aumento del SMI bruto en 2025 del 3,44% o del 4,41%, dependiendo de la forma específica de estimar el salario medio neto”.
Esto implica que la propuesta de Díaz de una subida del 4,41% ya tiene en cuenta que algunos perceptores del SMI en 2025 tendrían que empezar a pagar IRPF. Sin embargo, la vicepresidenta segunda defendió el domingo en una entrevista en La Vanguardia que la intención del Ministerio de Trabajo es que “el salario mínimo quede exento” haciendo “lo mismo que en ejercicios anteriores”. Fuentes del entorno de la vicepresidenta confirman que esta sigue siendo la postura e inciden en que la regulación del IRPF no es competencia suya, sino del Ministerio de Hacienda. Díaz es consciente de que los sindicatos se lo van a poner difícil para acceder a lo que defiende la cartera de la vicepresidencia primera.
Pero, realmente, si el SMI sube un 4,41% (la horquilla máxima) y se vuelve a elevar el mínimo exento en el IRPF, se estaría efectuando un incremento mayor del que hubieran recomendado los expertos si el cálculo se hubiera hecho contando con un nuevo mínimo exento. “Si se aumentara dicho nivel, sería necesario recalcular la retención correspondiente al nuevo mínimo, que, al ser mayor, se traduciría también en un menor crecimiento del SMI bruto, para un mismo SMI neto”, advierten. Es decir, si la postura de la vicepresidenta y de los sindicatos respecto al IRPF prevalece y la subida del SMI es la de la horquilla alta de los expertos, el SMI estaría situándose ligeramente por encima del ratio de referencia del 60% del salario medio neto.
Por otra parte, según explican los expertos, “se estima que el 80% de los perceptores del SMI en 2025 no sería objeto de retención por sus circunstancias personales” debido a que los contribuyentes casados y con hijos, que son mayoritariamente los que perciben este sueldo mínimo, se seguirían quedando en un umbral personal dentro del mínimo exento. En el peor de los casos, un contribuyente soltero y sin descendientes ni ascendientes a su cargo que cobre el SMI propuesto para 2025, la máxima retención que se le efectuaría sería de 5.550 euros al año. En términos absolutos, los expertos estiman a partir de datos de la Agencia Tributaria que esto puede afectar a unas 542.380 personas.
Se avecina otra batalla política y en el diálogo social
A diferencia de lo que ocurrió con el SMI en 2024, la batalla política en el interior del ejecutivo está servida y se suma a la de la reducción de jornada. El escenario tampoco es más fácil en la mesa de diálogo social. Por una parte, CEOE y Cepyme llevan sin sumarse a una subida del salario mínimo desde 2021 y han rechazado incluso estar en la comisión de expertos, según aclara el propio informe. Por otra, UGT ya ha avisado de que no pactará el SMI si no se eleva el mínimo exento.
Según un comunicado emitido el pasado viernes, “UGT no firmará un acuerdo sobre el SMI si este no queda exento de IRPF” porque “la prioridad del sindicato es garantizar que el importe del SMI llegue neto a las personas trabajadoras que lo perciben, quienes representan a las capas más desfavorecidas de la población y requieren un mayor apoyo institucional”. Además, tanto la organización liderada por Pepe Álvarez como CCOO pedirán un incremento del SMI para 2025 de entre el 5% y el 6%, por encima de la propuesta de Trabajo. La primera reunión tripartita se producirá este mismo miércoles.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, propone a los agentes sociales una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 50 euros al mes en 2025, siguiendo la horquilla máxima señalada por la comisión de expertos en su informe presentado oficialmente este miércoles. Esto se traduce en un aumento del 4,41% anual y sirve para alcanzar un SMI de 1.184 euros brutos mensuales repartidos en 14 pagas, es decir, 16.576 euros al año y un aumento de 700 euros respecto al SMI de 2024.