Es noticia
Parón en la gran regularización de falsos autónomos: solo hubo 7.000 en 2024
  1. Economía
Tras el efecto rider

Parón en la gran regularización de falsos autónomos: solo hubo 7.000 en 2024

La Inspección legaliza a menos de la mitad de autónomos que en los dos años anteriores. Influye la mayor dispersión sectorial y la falta de medios del organismo para investigar irregularidades detectadas

Foto: Un repartidor de Glovo. (EFE/ Quique García).
Un repartidor de Glovo. (EFE/ Quique García).
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El desarrollo de las nuevas plataformas colaborativas en la última década ha ido acompañado de un auge en la aparición de falsos autónomos. Trabajadores por cuenta ajena que realmente no disponen de una infraestructura empresarial propia y que prestan sus servicios a un único cliente que define las condiciones laborales. Por ello, la Inspección de Trabajo se ha centrado en demostrar su “laboralidad” y en darles de alta en el Régimen General de la Seguridad Social, lo que ha llevado a un elevado número de regularizaciones en los últimos años.

Los datos de la Inspección reflejan que los récords se produjeron en 2022 y 2023, con 39.044 y 32.424 regularizaciones, respectivamente. Pero en 2024 se ha producido un descenso significativo de este trasvase de autónomos a asalariados, registrándose solo 7.030 hasta noviembre, la cifra más baja desde el año 2017, según la información obtenida a través de una solicitud de transparencia. Los motivos detrás de este descenso son varios, aunque el fundamental es la caída en regularizaciones de riders.

Si se desglosan las cifras por sectores se observa una caída del 95,4% en las regularizaciones efectuadas en el transporte y el almacenamiento, pasando de más de 20.000 anuales en 2022 y 2023 a solo 1.134 en 2024. Este ámbito incluye, por ejemplo, a los repartidores de comida a domicilio y a los transportistas de mercancías, ocupaciones con un elevado volumen de falsos autónomos centralizados en unas pocas empresas.

Aunque este es el descenso más significativo, también hay 1.997 regularizaciones menos en las actividades administrativas y servicios auxiliares. Y, por el contrario, se ha producido un auge en el sector de información y comunicaciones, convirtiéndose en el que más regularizaciones sumó el año pasado, 1.446. Cabe destacar que los datos proporcionados por la Inspección no incluyen los procesos ni del País Vasco ni de Cataluña, comunidades autónomas con las competencias transferidas y que no reportan datos de manera centralizada al Estado.

En los años de récords, el número de empleos regularizados superaba con creces a las actuaciones. Esto indica que una sola actuación lograba regularizar a miles de falsos autónomos al estar tan generalizada esta práctica en determinadas empresas. Un ejemplo claro es el de Deliveroo, que finalmente se marchó de España tras regularizar a 7.504 trabajadores, según datos de la Inspección.

No obstante, los procedimientos de regularización y sanciones continúan con Uber Eats y Glovo, lo que podría llevar a un repunte de los datos en 2025. Estos procesos, especialmente los de Glovo, se han dilatado mucho en el tiempo porque la empresa emite de manera reiterada escritos de oposición contra los expedientes de la Inspección. Existen dos maneras de regularización una vez que los inspectores detectan que hay falsos autónomos, la voluntaria y la no voluntaria. La primera es a priori más rápida y no conlleva sanciones, pero las empresas suelen cambiar sus estrategias, según señalan fuentes del organismo, lo que obliga a iniciar nuevamente el proceso.

Aunque la institución adscrita al Ministerio de Trabajo ya ha logrado regularizar a miles de falsos autónomos de Glovo, aún quedan al menos otros 15.000 riders que la empresa ha anunciado que contratará próximamente coincidiendo con el procedimiento judicial al que se enfrenta su consejero delegado, Oscar Pierre. El dirigente de la empresa de reparto a domicilio está acusado de un delito de contratación ilegal contemplado en el Código Penal y endurecido en 2023 por el Gobierno.

El uso de autónomos para puestos de trabajo asalariados supone una infracotización a la Seguridad Social por parte de las empresas, que deben abonar lo no pagado si se demuestra la irregularidad, además de la sanción si se oponen a la regularización. Y también plantea una competencia desleal para las empresas que sí cumplen contratando a sus trabajadores, como ha demandado recientemente Just Eat. Está por ver si en el caso de Glovo se termina regularizando al elevado número de riders o se finaliza la relación laboral con parte de ellos, como ya ha sucedido en anteriores procesos de regularización.

Más allá de los riders

Fuera del sector del transporte, los falsos autónomos están más dispersos en muchas empresas, por lo que las actuaciones logran menos regularizaciones. Según fuentes de la Inspección, esto no significa que haya menos falsos autónomos, sino que es más difícil detectarlos y legalizar su situación. Esto se da especialmente en ocupaciones con más opciones de teletrabajo o trabajo en los domicilios, menos visibles.

Eduardo Abad, presidente de UPTA, coincide en este fenómeno y ha pedido una reunión a la Dirección General de la Inspección que se producirá en las próximas semanas para tratarlo. “Todo se ha centrado en los riders, pero tenemos un incipiente aumento de falsos autónomos en actividades de alta cualificación. Se está poniendo en marcha un modelo de subcontratación”, asegura, según las percepciones de su organización.

Irregularidades sin investigar

Por otra parte, desde la Inspección inciden en sus mejorables condiciones laborales y organizativas que, denuncian, no son suficientes para abordar la realidad de las relaciones laborales actuales. “Tenemos la estructura y la organización de la Inspección del último tercio del siglo pasado”, protestan, al no cumplirse la nueva relación de puestos de trabajo prometida desde 2021, lo que hace que las nuevas incorporaciones de los últimos años no alivien la sobrecarga de trabajo y desorganización.

Esto lleva a la situación de que la herramienta de lucha contra el fraude implantada en los últimos años para rastrear irregularidades con inteligencia artificial “detecta muchísimas más infracciones de lo que la Inspección tiene capacidad de gestionar”, por lo que el personal inicia menos procedimientos de los que tiene al menos una constancia inicial. “Nosotros seguimos funcionando como si el trabajador fuera a la empresa a una jornada de ocho horas y estuviera clarísimo que es por cuenta ajena”, lamentan, a pesar de que la digitalización ha transformado los trabajos. Aseguran que entre los trabajadores del organismo hay “un ambiente de desánimo generalizado” ante la falta de mejoras.

El desarrollo de las nuevas plataformas colaborativas en la última década ha ido acompañado de un auge en la aparición de falsos autónomos. Trabajadores por cuenta ajena que realmente no disponen de una infraestructura empresarial propia y que prestan sus servicios a un único cliente que define las condiciones laborales. Por ello, la Inspección de Trabajo se ha centrado en demostrar su “laboralidad” y en darles de alta en el Régimen General de la Seguridad Social, lo que ha llevado a un elevado número de regularizaciones en los últimos años.

Glovo Inspección de Trabajo Trabajo
El redactor recomienda