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El nuevo 'hub' militar-industrial: oportunidad para Aragón, pesadilla para Cataluña
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El nuevo 'hub' militar-industrial: oportunidad para Aragón, pesadilla para Cataluña

Hace 20 años que la Generalitat de Cataluña no intenta captar una inversión en el sector industrial de Defensa, que necesita de la complicidad administrativa para sus proyectos

Foto: La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca. (Europa Press/Jesús Hellín)
La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca. (Europa Press/Jesús Hellín)
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Un futuro hub de un complejo militar-industrial que concentre miles de millones de inversión en Defensa se ve como una oportunidad en Aragón, pero, de nuevo, algo radiactivo para Cataluña. No es la primera vez que esta columna alerta de cómo Aragón va aprovechando oportunidades que pierde una Cataluña que sigue obsesionada en competir con Madrid. En el caso de la industria de defensa, se prevé un crecimiento millonario a caballo de una UE que tendrá que aumentar su gasto militar por el riesgo ruso, mientras que la presidencia de Donald Trump defina una OTAN con menos apoyo financiero de los Estados Unidos.

Aragón aspira a absorber el grueso de estas inversiones. Así lo cuenta tanto la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, del PP, como el presidente autonómico, Jorge Azcón, en un post en LinkedIn. Chueca explica una reunión de diciembre muy clarificadora: "Esta mañana he asistido al Ministerio de Defensa, junto con el presidente de Aragón, Jorge Azcón, para presentarle a la ministra Margarita Robles la propuesta de creación de un hub logístico e industrial de defensa en Zaragoza, en la que llevamos más de un año trabajando".

"No se trata de un clúster, sino algo más: un ecosistema transversal de Defensa que reúne en un mismo equipo de trabajo a grupos de empresas (nada menos que los tres clústeres aeroespacial, telecomunicaciones y logístico de Aragón), universidades, institutos de formación e instituciones públicas: Ayuntamiento de Zaragoza, Gobierno de Aragón y Ministerio. Un hub que abordará toda la cadena de valor del sector de la Defensa: formación, emprendimiento, investigación, producción y actividades de operaciones de defensa", remata la alcaldesa.

Fuentes del sector empresarial de Defensa enfrían un poco el entusiasmo de Natalia Chueca y explican que el de Aragón no es el único proyecto que se mueve en este sentido en España. Sevilla, alrededor de Airbus, o Asturias, con la empresa pública Santa Bárbara, están intentando movilizar iniciativas similares y se encuentran en un estado más avanzado. Ven en Chueca una posición de marketing político, pero que denota un estado de la cuestión: ha empezado la carrera entre CCAA para captar inversiones en Defensa.

Foto: Impresora metálica de Meltio a bordo del barco USS Somersen.

Natalia Chueca argumenta que, además de la disponibilidad de suelo y de generación de energía disponible, "Zaragoza puede presumir también de ser la segunda ciudad de España con mayor personal militar, alrededor de 15.000 personas, solo por detrás de Madrid. Además de disponer de amplias capacidades en infraestructura dual, logística y educación militar por todos conocidas: base aérea, Academia General Militar, Hospital Militar o el campo de maniobras de San Gregorio. Lo que ahora queremos es aprovechar toda esa potencialidad para transformarla en mayor riqueza, en empleo vinculado a la innovación y la tecnología, y en prosperidad".

Último intento

Cataluña ni está ni se le espera en esta carrera. El último intento fue hace 20 años, en 2004, cuando la Generalitat de Pasqual Maragall intentó atraer una fábrica de helicópteros de combate de EADS. La fábrica iba a instalarse en Reus, lo que hubiera facilitado una reindustrialización de la zona. Al final, el contrato se lo llevó Francia. Maragall, en aquel momento, gobernaba con ICV y ERC. Era el primer tripartito, y la frustrada fábrica de helicópteros fue uno de los muchos focos de tensión que tuvo aquel gobierno.

El PP presentó en el Parlament una proposición no de ley aprobada por la Cámara para presentar la candidatura catalana para obtener la sede de la fábrica de helicópteros. Logró los votos a favor de PSC, CiU y PP, la abstención de ERC y el 'no' de ICV. El conseller de Empresa, Josep Maria Rañé, presentó la candidatura. La resolución del Parlament defendía la positiva repercusión del proyecto en la competitividad del tejido productivo catalán, mejorando la diversificación y aumentando el peso de actividades de mayor valor añadido, investigación y desarrollo. El Gobierno catalán consideraba el sector aeronáutico estratégico. Los argumentos de entonces eran en muchos casos calcados a los de la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, 20 años después.

Hace veinte años, la Generalitat intentó su último esfuerzo por captar una inversión de Defensa

La oposición de ICV y de colectivos pacifistas como Justícia i Pau abortaron el proyecto en Cataluña. Desde entonces no se ha vuelto a plantear nada, como si la situación geoestratégica de Europa no hubiese cambiado de manera radical con la guerra de Ucrania.

Razones de peso

Cataluña representa el 22% del PIB industrial español. El gasto en Defensa está creciendo en España, hasta los 15.000 millones en este año. Siguiendo la lógica macroeconómica, un 22% de este gasto debería venir a Cataluña. No es así. Y no parece que vaya a ser así en los próximos años, por mucho que Salvador Illa acudiera al día de las Fuerzas Armadas.

La industria de Defensa sigue siendo tabú en Cataluña. Los partidos independentistas reniegan de ella. Y también los comunes. La política sigue lastrando la economía, incluso con el procés en fase de liquidación. Mientras tanto, otras comunidades autónomas mueven ficha, conscientes de que la complicidad administrativa facilita en gran manera conseguir este tipo de inversiones.

Un futuro hub de un complejo militar-industrial que concentre miles de millones de inversión en Defensa se ve como una oportunidad en Aragón, pero, de nuevo, algo radiactivo para Cataluña. No es la primera vez que esta columna alerta de cómo Aragón va aprovechando oportunidades que pierde una Cataluña que sigue obsesionada en competir con Madrid. En el caso de la industria de defensa, se prevé un crecimiento millonario a caballo de una UE que tendrá que aumentar su gasto militar por el riesgo ruso, mientras que la presidencia de Donald Trump defina una OTAN con menos apoyo financiero de los Estados Unidos.

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