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El problema de las clases medias españolas con la inmigración cualificada latina
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El problema de las clases medias españolas con la inmigración cualificada latina

La contratación en trabajos cualificados de jóvenes con recursos que provienen de Hispanoamérica es vista como una buena noticia en parte de la derecha. Otra lo percibe como un problema

Foto: Un estudiante latino en un laboratorio. (EFE/Rodrigo Sura)
Un estudiante latino en un laboratorio. (EFE/Rodrigo Sura)
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Entre la derecha española circulan historias que les preocupan mucho acerca de la cada vez más frecuente preferencia en la contratación de hispanoamericanos en empresas de servicios cualificados. Son personas jóvenes, con recursos propios, con una buena formación y muy dedicadas. Saben que sus jornadas serán largas, pero vienen a hacer carrera, ya en España, para acumular currículum, y los salarios relativamente bajos tampoco son un inconveniente grave, puesto que reciben ayuda de sus familias. Son trabajadores idóneos y hay firmas para las que son objetivo prioritario.

Los jóvenes españoles de clase media y media alta, que suelen ser los que ocupan los puestos en esas empresas, se muestran cada vez más descontentos en firmas cuyas jornadas son extensas, con una retribución baja en relación con la cualificación que aportan y que les ofrecen poca seguridad respecto de su futuro, ya que la rotación es elevada. Algunas de esas compañías tienen nombres muy prestigiosos; otras no tanto.

A pesar de que, especialmente en los jóvenes de clases medias altas, este tipo de empresas cada vez les genera más desconfianza, es en ellas donde muchos tratan de situarse. El prestigio profesional y la posibilidad de triunfar siguen funcionando como un imán. De modo que la competencia de nuevos trabajadores puede ser un factor perturbador, también en términos políticos. Especialmente porque atañe a uno de los elementos en los que más énfasis han puesto las derechas en los últimos tiempos, la inmigración. El cambio de perspectiva en este sentido es significativo, ya que las derechas europeas están insistiendo en poner freno de manera contundente a la inmigración ilegal, y hay muchos aspectos en los que los partidos liberales terminan estando de acuerdo con las derechas populistas. Cada vez más.

Las dos inmigraciones

Hay que resaltar, en este sentido, la buena acogida que tuvo entre votantes del PP y de Vox la conferencia que pronunció Jesús Fernández-Villaverde en la Fundación Rafael del Pino. Y era esperable, porque introducía varios elementos que establecían puentes para forjar un ideario común. La inmigración era uno de ellos. La derecha tradicional ha sido favorable a ella porque convenía económicamente: la percibían como una fuente imprescindible de crecimiento. En los últimos tiempos, esa posición ha ido variando, y la fórmula ofertada por Fernández-Villaverde encaja en las nuevas perspectivas, freno a la inmigración poco cualificada y respaldo a la cualificada: "Si viene con un doctorado, es fantástico; si viene con educación media, es una idea horrorosa".

Justamente eso afirmaba hace pocos días Elon Musk. Necesita más inmigrantes que pueda emplear en sus empresas, ya que "el número de ingenieros supertalentosos y supermotivados en EEUU es demasiado bajo". EEUU debería sacar ventaja de las personas de fuera del país que poseen notables cualidades. Musk abogaba por conceder más visados H-1B que permitieran tales contrataciones.

Trump se pronunció en su favor en una entrevista publicada en el New York Post, en la que afirmaba que "siempre le habían gustado" los permisos concedidos a trabajadores extranjeros calificados. También se hizo circular un vídeo anterior a las elecciones en el que aseguraba que "si te gradúas de una universidad estadounidense (de dos años, de cuatro años o de doctorado), deberías obtener automáticamente una green card que te permitiera quedarte. Con demasiada frecuencia, los graduados talentosos se ven obligados a irse y fundan empresas multimillonarias en India o China en lugar de aquí".

Las bases de las derechas

Como era de esperar, las afirmaciones de Musk generaron mucha animadversión entre las bases del republicanismo trumpista. Quien más se significó en su contra fue Steve Bannon, que afirmó "esa narrativa sobre la necesidad de visado H-1B para los genios es una mentira. Si hay un Einstein, tal vez podamos hacer una excepción, en el caso de que se demuestre. Pero esto es una estafa de los oligarcas y de Silicon Valley para quitarles empleos a los ciudadanos estadounidenses, dárselos a trabajadores extranjeros que utilizan como sirvientes y a los que les pagan menos. Los están dejando entrar por la puerta dorada". Bannon hizo referencia a los oligarcas tecnofeudales como un grave problema para los estadounidenses. Desde luego, no fue el único que utilizó estos términos.

Antes, los inmigrantes poco cualificados se quedaban con los empleos mal pagados; ahora también les van a quitar los buenos

Era previsible que las bases del MAGA entendieran las exigencias de Musk como una traición a las promesas de campaña. Los votantes se habían manifestado en contra de la inmigración; de toda la inmigración, también de la cualificada. Antes, los trabajadores pobres les habían robado los empleos mal pagados, ahora también les iban a quitar los buenos. Habían votado contra el neoliberalismo, ese que ya se había terminado, según Trump, por el regreso a la industria, por el aumento de trabajos mejor retribuidos, y lo de Musk iba justo en contra.

El problema va más allá de las bases trumpistas de zonas rurales, porque este giro abre una brecha entre el conjunto de sus seguidores. Dieron su confianza a Trump porque creyeron en su visión de una América que beneficiara a todos los estadounidenses. Lo que les ofrecen no es que, en este nuevo EEUU, tengan preferencia los hijos de las clases medias altas de las costas, sino que la tienen los hijos de las clases medias altas de todas partes.

Madrid, España

Este choque tiene también lectura española, y específicamente madrileña. La capital atrae a inmigrantes de muchos lugares y es una de las ciudades preferidas por los latinoamericanos de alto poder adquisitivo. Es una urbe refugio, ya que cuenta con un nivel de vida europeo, y con las comodidades aparejadas, es más segura que muchas ciudades latinoamericanas y constituye un buen punto de conexión.

Sin embargo, la adquisición de residencias por parte de hispanoamericanos acaudalados en zonas céntricas de Madrid, como el barrio de Salamanca, está comenzando a incomodar a sectores de las clases medias altas madrileñas. Además, empujan hacia arriba el coste de los pisos y de los alquileres, y no solo en el centro de la ciudad. Hay barrios en la zona norte de Madrid en los que los precios suben como efecto de la demanda de esos nuevos inquilinos. Empresas de tamaño significativo gestionan edificios destinados a personas con cierto poder adquisitivo, que acaban siendo alquilados, en régimen de temporada, a trabajadores cualificados de procedencia latinoamericana.

"La inmigración formada hará a las clases medias lo mismo que el libre comercio y la poco formada hicieron a las clases trabajadoras"

Hasta ahora, la inmigración era bien percibida tanto económica como socialmente por la derecha, en la medida en que proveía de mano de obra asequible que además estaba dispuesta a desempeñar los trabajos que los españoles no querían. Pero la inmigración cualificada es otra cosa. Si los hijos de las clases medias y medias altas se ven desplazados (o si sus salarios se devalúan) como efecto de la competencia de los inmigrantes de elevado poder adquisitivo, es probable que su percepción cambie. Las razones de Musk o de Fernández-Villaverde no serán bien acogidas en la derecha. Los populistas estadounidenses insisten en que "lo que la inmigración formada hará a las clases medias y medias altas es lo mismo que el libre comercio y la inmigración poco cualificada hicieron a las clases trabajadoras". Es un discurso que fácilmente puede tener recorrido en las grandes ciudades españolas.

Además, ese giro también atenta contra el nuevo discurso contra la inmigración. Existía una doble selección. Los liberales afirmaban que los inmigrantes cualificados eran convenientes y el resto no. En Vox veían bien a los inmigrantes latinoamericanos, ya que compartían idioma y, en cierta medida, cultura, y mal a los que procedían de África o de Oriente Medio. Si los inmigrantes hispanoamericanos cualificados se convierten en una fuerza de trabajo en sí misma, ambos discursos quedarán rotos.

La brecha del dinero

Este asunto es relevante más allá de que haya quien piense que la inmigración es buena o mala o de que se prefiera o no unos inmigrantes a otros. Señala una brecha en las derechas que es difícil de cerrar. Parte del voto contra la inmigración esgrime argumentos culturales, pero también los hay económicos. Ambos suelen ir de la mano. Sin embargo, la inmigración cualificada es otra cosa, porque incide precisamente allí donde los elementos culturales tienen menos importancia: sería simplemente la salvaguarda de los mercados laborales nacionales lo que estaría en juego, porque no hay tensiones culturales con las clases medias hispanoamericanas, que están bien integradas.

Los votantes de Trump señalan a Musk que con la proliferación de los visados cualificados se traiciona a los estadounidenses. La confianza que han otorgado al próximo presidente proviene de una promesa: hacer a EEUU grande otra vez conllevaría que sus ciudadanos comunes y corrientes tuvieran mejores condiciones de vida. Había una cuestión material de fondo, y los seguidores de Trump que han atacado a Musk lo han subrayado en primer lugar. Les ha prometido unos EEUU diferentes, no lo mismo de siempre, pero sin los woke. Tendrá difícil cumplir ese programa de la mano de Musk. La derecha española prefiere a Musk.

Entre la derecha española circulan historias que les preocupan mucho acerca de la cada vez más frecuente preferencia en la contratación de hispanoamericanos en empresas de servicios cualificados. Son personas jóvenes, con recursos propios, con una buena formación y muy dedicadas. Saben que sus jornadas serán largas, pero vienen a hacer carrera, ya en España, para acumular currículum, y los salarios relativamente bajos tampoco son un inconveniente grave, puesto que reciben ayuda de sus familias. Son trabajadores idóneos y hay firmas para las que son objetivo prioritario.

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