La inflación se eleva en diciembre al 2,8%, pero 2024 deja atrás lo peor de la crisis de precios
El IPC medio del año es siete décimas inferior al de 2023 y marca la menor cifra desde 2020, aunque continúa por encima del objetivo del BCE del 2%
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El Índice de Precios de Consumo (IPC) de diciembre adelantado este lunes por el INE constata una variación del 2,8%, por lo que el año cierra con una inflación media aproximada de esa misma cifra, la más baja desde 2020, cuando se registró deflación. Con este dato, España cierra la peor etapa de la crisis de precios iniciada en 2021, aunque todavía queda algo lejos del objetivo del 2% del Banco Central Europeo, que ya se encuentra en una política de bajada progresiva de los tipos de interés.
La inflación ha subido cuatro décimas en el último mes del año respecto a noviembre debido a los efectos base producidos por los precios de los carburantes, que bajaron en diciembre de 2023. También influyen, aunque en menor medida, los precios del ocio y la cultura, que suben más que en el mismo mes del año anterior.
Además, se espera un nuevo repunte en enero por el fin del IVA rebajado de ciertos alimentos básicos y de la luz, aunque continuarán hasta junio de 2025 los precios reducidos de los transportes públicos, según el real decreto-ley aprobado la semana pasada en Consejo de Ministros. En la inflación subyacente, sin energía ni alimentos no elaborados, también se registra un repunte de dos décimas respecto al mes anterior, hasta el 2,6%.
Si se compara el 2,8% de inflación media de 2024 con la media de los años anteriores, se observa una reducción de siete décimas respecto a 2023, de 5,6 puntos respecto a 2022 y de tres décimas respecto a 2021. Con las previsiones que había a finales de 2023, se constata una evolución mejor de la anticipada a pesar del repunte desde el mes de septiembre. Por ejemplo, el Banco de España calculaba un 3,3%; la Comisión Europea un 3,4%; el FMI un 3,9% y la OCDE un 3,7%. Para 2025, el Banco de España anticipa en su último ejercicio de previsiones una inflación del 2,1% y el FMI incluso la sitúa ya por debajo del 2%.
La situación a nivel de la UE también está cada vez más encauzada, con una inflación media hasta noviembre del 2,7%. Aunque algunos países como Rumanía, Bélgica y Croacia todavía se encuentran en valores elevados, por encima del 4% anual. Esta evolución está permitiendo al BCE relajar la política monetaria con un nuevo descenso de los tipos de 0,25 puntos en diciembre. De hecho, en su último comunicado eliminó la mención a mantener una política monetaria restrictiva e incorporó la advertencia de una desaceleración de la economía en los países de la unión en la recta final del año.
Relajación de los tipos a la espera de Trump
Dado este contexto de tenue crecimiento económico e inflación aparentemente controlada, en 2025 se verán más bajadas del precio del dinero, que actualmente se sitúa en el 3%, y que irán orientadas a dejar los tipos en el nivel "neutral", no cifrado nunca de manera exacta. No obstante, hay incertidumbres para la inflación del próximo año que pasan, sobre todo, por el impacto que puedan tener las políticas de Donald Trump, que toma posesión de su segundo mandato en enero.
En la última reunión del año, la Reserva Federal bajó los tipos un 0,25%, hasta el entorno del 4,25%-4,5%, pero recortó a la mitad los descensos previstos para 2025, dejándolos en dos en vez de en cuatro. Oficialmente esto se debe al alza en las previsiones de inflación (del 2,5% para 2025) y a que la economía y el empleo aguantarían más de lo estimado anteriormente.
Pero también puede estar influyendo el temor a que Trump arranque su mandato imponiendo nuevos aranceles, expulsando inmigrantes y llevando a cabo una política fiscal expansiva, medidas que provocarían un repunte de la inflación y que han podido determinar la mayor prudencia de los miembros del FOMC en un escenario con tantos riesgos e incertidumbre.
Si este escenario se consolida en 2025, la hoja de ruta que seguirán el BCE y la Fed diferirá en ritmo, como también lo harán sus economías. En la UE se espera un crecimiento de apenas el 1,1% para el próximo año y del 1,4% y el 1,3% para los dos siguientes, mientras que EEUU aguantaría con un 2,1%, un 2% y un 1,9%, respectivamente.
El Índice de Precios de Consumo (IPC) de diciembre adelantado este lunes por el INE constata una variación del 2,8%, por lo que el año cierra con una inflación media aproximada de esa misma cifra, la más baja desde 2020, cuando se registró deflación. Con este dato, España cierra la peor etapa de la crisis de precios iniciada en 2021, aunque todavía queda algo lejos del objetivo del 2% del Banco Central Europeo, que ya se encuentra en una política de bajada progresiva de los tipos de interés.