La gran banca gana más que nunca, pero la productividad está por los suelos
La banca, sostiene McKinsey, es el sector que más beneficios genera en el mundo. Sin embargo, el mercado se muestra escéptico sobre la creación de valor a largo plazo. Mucha musculatura, pero pocos golpes ganadores
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El análisis lo ha hecho McKinsey y, en síntesis, concluye que la banca a nivel global —no solo en España— gana más dinero que nunca desde 2008, pero, la cara amarga es que la productividad del sistema financiero clásico está por los suelos. O expresado en otros términos, la rentabilidad, solvencia y liquidez de la gran banca está por las nubes, pero los nuevos operadores, más eficientes, le están ganando la partida pese a que la banca tradicional gasta más en tecnología que cualquier otro negocio. Ni siquiera la inteligencia artificial generativa puede ser una solución a corto plazo para mejorar la productividad de forma significativa.
La gran banca invierte cada año alrededor de 600.000 millones de dólares en tecnología, cerca del 10% de sus ingresos, pero su contribución al crecimiento de la productividad sigue siendo muy limitada. En 2023, en concreto, el gasto en tecnología creció un 9%, más del doble que lo que aumentaron los ingresos. Sin embargo, la productividad en algunos mercados importantes, por ejemplo en EEUU, está disminuyendo.
Las estadísticas laborales muestran que desde 2010 la productividad de los bancos estadounidenses ha caído un 0,3% en promedio anual, mientras que la mayoría de los demás sectores no financieros ha experimentado incrementos. Además, la correlación entre los ingresos de los bancos y su número de empleados a tiempo completo es muy alta, independientemente del tamaño de la institución, lo que sugiere, asegura Mckinsey, que la industria "no ha sido capaz de generar economías de escala en el gasto en tecnología". Es más, sostiene que si un banco gasta más en tecnología que sus pares, "eso no necesariamente le otorga una ventaja competitiva".
La inteligencia artificial generativa podría cambiar eso, pero en la mayoría de los bancos se encuentra todavía en modo piloto. Sin olvidar que su integración en los sistemas productivos supone más gastos y requisitos normativos, por lo que muchos bancos han adoptado una postura prudente a la hora de aplicarla en su negocio.
Más de un billón de beneficios
A nivel mundial, según McKinsey, los bancos obtuvieron unos ingresos equivalentes a 7 billones de dólares (6,6 billones de euros), con unos beneficios equivalentes a 1,1 billones de dólares. La rentabilidad sobre el capital tangible alcanza ya el 11,7%, lo que les ha permitido aumentar los niveles de calidad hasta el 12,8%. De hecho, como dicen sus analistas, la banca genera más ganancias totales que cualquier otro sector en todo el mundo.
También en España. Según datos de la patronal bancaria, el resultado atribuido el año pasado ascendió a 23.000 millones de euros (20,3% de incremento) gracias a la mejora del margen de intereses y de la eficiencia pese al incremento de las provisiones para ganar en solvencia.
No es oro, sin embargo, todo lo que reluce. El informe destaca que el valor contable de la gran banca está todavía por debajo de su valor en libros (0,9), la proporción más baja de todas las industrias [ver gráfico]. Eso significa que los mercados de capitales aplican un descuento significativo en la valoración de los bancos pese a su elevada rentabilidad. Esto hace pensar a Mckinsey que la mejora de los ratios puede ser "efímera" debido a que hay que relacionarla con factores coyunturales, como el ensanchamiento del margen financiero derivado de los recortes de los tipos de interés.
Es decir, lo que ha mejorado es la diferencia entre el coste del capital y lo que la banca cobra a sus clientes. Frente a lo que suele creerse, el ahorro apenas viene de la contención de los gastos operativos, ya que representa menos del 10%. Esto es así porque la eficiencia de los gastos, aunque puede generar resultados relativamente predecibles y rápidos, no es suficiente para que un banco supere a sus pares, lo que se achaca a que posiblemente la mayoría de los pares pueden utilizar fácilmente la misma palanca, lo que la hace menos diferenciadora.
Aunque los autores del estudio admiten que los modelos utilizados son todavía imperfectos, llegan a la conclusión de que sin el ensanchamiento del margen financiero la rentabilidad de los bancos se habría situado por debajo del coste de capital. "Si se cree que los tipos serán más bajos que hoy, algunos de nuestros escenarios sugieren que el ROTE (rentabilidad sobre el capital tangible, en inglés) de la industria podría volver a acercarse a su coste de capital en los próximos dos años”. Por lo tanto, se producirá una pérdida de rentabilidad.
Fuera de balance
Buena parte de los problemas de la gran banca tienen que ver con la proliferación de operadores no tradicionales que erosionan su hegemonía histórica, y cuya principal ventaja competitiva son los menores costes de transacción. Según sus cálculos, alrededor de dos tercios del crecimiento del valor de los activos financieros corresponden a activos fuera de balance. Es decir, la gestión de activos o servicios de intermediación que escapan de las normas contables tradicionales, y que son gestionados por fondos mutuos o alternativos. "Los neo bancos, bien financiados, picotean las ganancias", en palabras de Mckinsey.
¿Puede ser la solución una nueva ronda de fusiones? No en todos los casos. Según sus analistas, este tipo de operaciones a gran escala "no han sido un camino seguro hacia el éxito". Se trata, en todo caso, de un sector muy concentrado, aunque con matices a la hora de captar resultados. Hoy en día, el 14% de los bancos obtiene el 80% de las ganancias económicas del sector, frente al 11% de 2013. La cifra es casi cinco veces superior a la media de todos los demás sectores, en los que el rendimiento está mucho más concentrado en unos pocos actores.
La banca, concluye el informe, es el sector que más beneficios genera en el mundo. Sin embargo, el mercado se muestra escéptico sobre la creación de valor a largo plazo y la sitúa en el último lugar entre los sectores en materia de múltiplos precio/valor contable. Mucha musculatura, pero pocos golpes ganadores.
El análisis lo ha hecho McKinsey y, en síntesis, concluye que la banca a nivel global —no solo en España— gana más dinero que nunca desde 2008, pero, la cara amarga es que la productividad del sistema financiero clásico está por los suelos. O expresado en otros términos, la rentabilidad, solvencia y liquidez de la gran banca está por las nubes, pero los nuevos operadores, más eficientes, le están ganando la partida pese a que la banca tradicional gasta más en tecnología que cualquier otro negocio. Ni siquiera la inteligencia artificial generativa puede ser una solución a corto plazo para mejorar la productividad de forma significativa.