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Se busca productora de cine para comprar deducciones fiscales, paga Hacienda
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Con una rentabilidad del 20%

Se busca productora de cine para comprar deducciones fiscales, paga Hacienda

El incentivo fiscal al mecenazgo cultural introducido en 2021 ha disparado la financiación privada al sector. Ya no quedan películas ni series para poder conseguir este beneficio

Foto: Rodaje de la película 'Tierra de nadie', el pasado mayo. (EFE/Daniel González)
Rodaje de la película 'Tierra de nadie', el pasado mayo. (EFE/Daniel González)
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A estas alturas del año ya no quedan producciones culturales en España por financiar. Muchos inversores buscan desesperadamente una productora de cine o series para aportar su granito de arena. Desde hace unos años, el mecenazgo cultural se ha disparado en España, hasta el punto de que hay más inversores que proyectos disponibles. Y eso a pesar de que la producción se ha incrementado significativamente. El motivo de este repentino interés es que lo paga la Agencia Tributaria y ofrece una rentabilidad garantizada del 20% en apenas unos meses.

No hay ningún activo en el mercado que ofrezca un retorno tan alto y libre de riesgo. Las letras del Tesoro llegaron a pagar cerca de un 4% durante la crisis inflacionista, lo que provocó grandes colas frente al Banco de España para conseguir un título. Algo similar está ocurriendo ahora. "El sistema está funcionando muy bien. Me consta que no queda ni una serie con deducciones disponibles", explican desde la asociación de fiscalistas Aedaf.

El beneficio fiscal al mecenazgo cultural se introdujo en el año 2021, a regañadientes del Gobierno. Fue una enmienda de Esquerra Republicana en la Ley de Presupuestos, cuyo objetivo era incentivar la producción en catalán. Desde entonces, se permite a los productores culturales vender las deducciones fiscales que generan.

Hasta ese momento, la mayor parte de estas deducciones por inversión cultural se perdían. Las empresas del sector no generan suficientes beneficios para aplicar estos incentivos fiscales. Ahora pueden venderlos a empresas o inversores particulares, recuperando así una buena parte de los gastos de la producción cultural.

Foto: Rodaje de la serie "Berlín", derivada de "La casa de papel", de Netflix. (EFE)

Para los inversores, se trata de una jugada redonda. Compran esta deducción fiscal y la utilizan en la liquidación del impuesto unos meses después, reduciendo su pago a la Agencia Tributaria. Puede aplicarse tanto en el impuesto sobre sociedades como en el IRPF cuando se tienen actividades económicas. Un particular que compra ahora una deducción fiscal puede aplicarla en su declaración del IRPF, en mayo, por ejemplo.

En menos de seis meses, habrán conseguido una rentabilidad bruta del 20%. Todo ello está respaldado por la Agencia Tributaria. Así lo recoge la ley: "El importe máximo de la deducción será el resultado de multiplicar por 1,20 el importe de las cantidades aportadas para financiar los costes de producción".

Ya no quedan películas

Los abogados fiscalistas consultados confirman que este sistema está siendo un gran éxito, al punto de que todas las deducciones están vendidas antes de que acabe el año. "En los primeros años, el sistema tardó en despegar, pero tras una serie de consultas a la Dirección General de Tributos que clarificaron el mecanismo, se ha disparado", explica un abogado fiscalista.

El sistema se ha profesionalizado tanto que está surgiendo una industria a su alrededor. Algunos despachos se están especializando en generar este producto. Se encargan de recopilar deducciones fiscales de las productoras, empaquetarlas en contratos de financiación y colocarlas entre inversores y empresas.

"Una serie de consultas a Tributos clarificaron el sistema, y desde entonces se ha disparado"

Incluso comercializan seguros que garantizan la rentabilidad en caso de que algo salga mal, como que la Agencia Tributaria rechace algunos de los gastos incluidos por el productor cultural como deducibles. "Desde hace dos años, se ha convertido en un producto muy interesante para empresas o inversores con capital disponible", explica Aedaf. "Ahora están como locos buscando donde pueda quedar algo".

Este sistema está detrás de la explosión de producción audiovisual en España en los últimos años, especialmente de productoras extranjeras, para quienes resulta más interesante este mecanismo. Estas empresas generan sus beneficios con la venta de derechos en el exterior, lo que antes les impedía aprovechar las deducciones en España. Ahora pueden venderlas, recuperando así una parte del dinero invertido. Lo mismo ocurre con pequeñas productoras independientes nacionales que no generan bases imponibles positivas para aprovechar sus deducciones.

El beneficio fiscal no se limita al sector audiovisual, sino que también abarca los espectáculos en vivo: teatro, conciertos, etc. "¿Por qué te crees que muchos artistas internacionales están eligiendo España para hacer conciertos?", explica un abogado. Los costes del concierto son deducibles y susceptibles de ser vendidos a inversores, lo que hace mucho más rentable girar por España.

¿Curva de Laffer?

Este sistema genera una importante pérdida de recursos directa para las arcas públicas. Estas deducciones, que antes de la reforma se desaprovechaban, ahora se maximizan. Sin embargo, desde Aedaf insisten en que el sistema podría estar siendo rentable para la Agencia Tributaria.

La producción cultural en España está creciendo intensamente en los últimos años, en gran parte gracias a este incentivo al mecenazgo cultural. Esto ha generado una potente industria que crea empleo y aporta ingresos por otros conceptos fiscales, como el IRPF o las cotizaciones sociales.

Según los datos de la Encuesta de Población Activa, el empleo en el sector del cine, televisión y radio ha crecido intensamente en los últimos años hasta superar los 110.000 ocupados. Es un 60% más que antes de la pandemia. Según el Informe del Spain Audiovisual Hub, España "se está convirtiendo en uno de los principales receptores de inversión en producción de contenido original en Europa".

La idea es que el beneficio fiscal genera una actividad económica que permite financiarlo. Sin embargo, no es fácil determinar qué parte de la producción se habría generado sin esta deducción. Por ejemplo, las plataformas audiovisuales necesitan contenido nuevo permanentemente para mantener a sus suscriptores, lo que las obliga a aumentar la producción.

"La filosofía de este beneficio al mecenazgo cultural es razonable, porque estamos consiguiendo dinamizar este sector y posicionar a España a nivel internacional", explica Aedaf. Algunas comunidades autónomas como Canarias (que tiene más ayudas por su ubicación), Cataluña o Galicia han experimentado un gran crecimiento de su sector audiovisual en los últimos tres años. Nunca antes hubo tantos trabajadores en la industria cultural, lo que indica que el mecenazgo está funcionando. Y los inversores se frotan las manos ante lo que está por venir.

A estas alturas del año ya no quedan producciones culturales en España por financiar. Muchos inversores buscan desesperadamente una productora de cine o series para aportar su granito de arena. Desde hace unos años, el mecenazgo cultural se ha disparado en España, hasta el punto de que hay más inversores que proyectos disponibles. Y eso a pesar de que la producción se ha incrementado significativamente. El motivo de este repentino interés es que lo paga la Agencia Tributaria y ofrece una rentabilidad garantizada del 20% en apenas unos meses.

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