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España revive el boom demográfico de la burbuja y es la población que más crece de la UE
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En 2023

España revive el boom demográfico de la burbuja y es la población que más crece de la UE

La inmigración compensa el crecimiento vegetativo negativo, permite ganar más de un millón de habitantes en dos años y explica la mayor parte de la creación de empleo

Foto: Una persona se dirige hacia una oficia de extranjería. (EFE/Nacho Gallego).
Una persona se dirige hacia una oficia de extranjería. (EFE/Nacho Gallego).
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A pesar de la progresiva caída de la natalidad, la población de España ha crecido gracias a la inmigración a un ritmo similar al que se produjo durante la burbuja inmobiliaria. La ganancia de población después de la pandemia está siendo de más de medio millón de habitantes al año, algo que no sucedía desde 2008, y que ha impulsado el crecimiento económico de manera diferencial. En 2023, España ha superado al resto de los Estados miembros con su auge demográfico, también a Alemania, el país más poblado de los 27 y con unos flujos migratorios habitualmente muy positivos.

Según el INE, España ha ganado 598.634 habitantes durante 2022 y 542.895 durante 2023 si se resta la población residente en el país a fecha de uno de enero de cada año, con lo que se superan ya los 48 millones de habitantes. Esto excede con creces a las proyecciones que tenía el instituto estadístico sobre dichos años, para los que preveía ganancias por debajo de los 400.000 habitantes anuales. El crecimiento se debe íntegramente a la inmigración, ya que desde el año 2017 España encadena crecimientos vegetativos negativos, es decir, mueren más personas de las que nacen en el país. Un fenómeno generalizado en la mayor parte de la UE.

Según las cifras disponibles Eurostat, que difieren ligeramente de las del INE por cuestiones metodológicas, España ganó 525.097 habitantes durante 2023, cifra que contrasta con la caída de 7.452 habitantes de Italia y que se encuentra por encima de la ganancia de 229.000 de Francia y de 330.000 de Alemania, según su instituto nacional de estadística. Cabe señalar que en Eurostat aparece un descenso artificial de 913.845 habitantes en Alemania como consecuencia de la actualización de la población de 2024, pero no de años anteriores. Esto se debe a que el nuevo censo ha constatado 1,4 millones de habitantes menos en el país respecto a la serie anterior.

El crecimiento de España se debe íntegramente a los flujos migratorios positivos, que son los que le hacen destacar en comparativa europea y que se frenaron abruptamente durante los peores años de la pandemia (2020 y 2021), provocando un elevado repunte después. Según la migración neta ajustada que publica Eurostat (principalmente es la diferencia entre los inmigrantes y los emigrantes), España tuvo flujos migratorios positivos de 639.199 personas en 2023, más del doble que en Francia (273.809) y más del triple que Italia (273.809).

En consecuencia, España ya se encuentra entre el grupo de países con una población más elevada de inmigrantes. En 2023 ascendía al 17,1% el porcentaje de residentes nacidos en el extranjero sobre el total de población, cerca de los países de larga tradición de acogida de inmigrantes, como Suecia (20,4%) y Alemania (19,5%), y ya por delante de Francia (13,1%) y del resto de países del sur de Europa (Portugal: 16,1%; Grecia: 11,3%; Italia: 10,9%). Con los datos publicados de manera provisional por el INE para 2024, el porcentaje continúa subiendo y ya está en el entorno del 18%. El INE calcula que en 50 años (2074) los habitantes de España nacidos en el extranjero aumentarán hasta el 39%, cuatro de cada diez.

Los extranjeros explican el 76% del crecimiento del empleo

Los flujos migratorios hacia España están protagonizados especialmente por personas con origen en Latinoamérica, que habitualmente ya comparten el idioma. Además, según señala en un documento de trabajo reciente el Banco de España, los inmigrantes que llegan al país “constituyen un colectivo más homogéneo y culturalmente más próximo que los que se dirigen a otros países europeos”, lo que facilita su integración.

También tienen mayor edad y nivel educativo en comparación con los que llegan a otros países del entorno y registran una tasa de actividad superior a los nacionales, por lo que contribuyen en mayor medida al aumento de la oferta laboral en términos comparativos. Los inmigrantes explican así la mayor parte del auge de creación de empleo que vive España y que supera al resto de las principales potencias europeas, algo que ha sucedido en los últimos periodos expansivos, aunque no con tanta fuerza como en el periodo actual.

Según calcula el Banco de España, los nacidos en el extranjero aportaron 2,3 puntos al incremento total del empleo registrado en 2023 de los tres puntos totales de aumento (el 76,3%), por lo que los nacidos en España solo contribuyeron con 0,7 puntos. En comparación, los inmigrantes aportaron 1,5 puntos al empleo en Suecia; 1,3 puntos en Países Bajos; 0,6 en Italia; 0,3 en Francia y 0,9 en Alemania. Aunque la contribución de los nacidos en España también es notable por el buen momento económico, no tiene tanta diferencia con el resto de los países y no es el mayor (en Italia fue superior con 1,3 puntos).

Sobrecualificados para los puestos que realizan

Sin embargo, los foráneos suelen concentrarse en actividades que no requieren un nivel elevado de formación y tienen condiciones laborales más desfavorables que los nativos en todos los países de la UE, desaprovechándose en muchos casos lo que realmente pueden aportar al tejido productivo en función de sus estudios y experiencia laboral previa. Así, el grado de sobrecualificación de los trabajadores extranjeros supera al de los nacionales en todos los países de la UE receptores de inmigrantes.

En 2023, España fue, junto con Italia, el país con mayor proporción de trabajadores extranjeros con una cualificación superior a la requerida en su puesto de trabajo, con un 57,3% y 60,2%, respectivamente. En Alemania y Francia el porcentaje cae al entorno del 30%. Aunque es cierto que, según señala el Banco de España, desde 2008 se ha producido un aumento del porcentaje de extranjeros que se dirigen a actividades de mayor cualificación (como información y comunicaciones) y la proporción de los que se emplean en sectores de baja cualificación ha descendido (especialmente entre el servicio doméstico).

Las características del empleo extranjero hacen que los inmigrantes ocupen con más frecuencia los empleos peor pagados y con menor intensidad de horas, lo que les lleva a muchos a tener insuficiencia de ingresos y a encontrarse la mitad de ellos en situación de pobreza o exclusión social. Tampoco ayuda la escasez de políticas públicas al respecto, que impiden corregir las desigualdades del mercado.

A pesar de la progresiva caída de la natalidad, la población de España ha crecido gracias a la inmigración a un ritmo similar al que se produjo durante la burbuja inmobiliaria. La ganancia de población después de la pandemia está siendo de más de medio millón de habitantes al año, algo que no sucedía desde 2008, y que ha impulsado el crecimiento económico de manera diferencial. En 2023, España ha superado al resto de los Estados miembros con su auge demográfico, también a Alemania, el país más poblado de los 27 y con unos flujos migratorios habitualmente muy positivos.

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