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Europa se convierte en un problema y lastra el crecimiento del comercio mundial
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LA OMC DETECTA MÁS RESTRICCIONES

Europa se convierte en un problema y lastra el crecimiento del comercio mundial

Cara y cruz en el comercio mundial de mercancías. Los intercambios vuelven a crecer, pero no en todos los sitios y de la misma forma. Europa es la cruz. Las crecientes restricciones al comercio mundial no son ajenas a este proceso

Foto: La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (DPA/Santiago Mazzarovich)
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (DPA/Santiago Mazzarovich)
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Cara y cruz en el comercio mundial de mercancías. Los intercambios vuelven a crecer tras el descenso de los tipos de interés y la consiguiente aceleración de la actividad económica en 2024 y 2025, pero no en todos los sitios ni de la misma forma. Europa es la cruz. De hecho, tanto desde el lado de las exportaciones como de las importaciones, la Unión Europea ha lastrado este año el incremento del comercio mundial, y, lo que es peor, lo seguirá haciendo, según las previsiones que acaba de publicar la OMC (Organización Mundial del Comercio). El problema radica en que Europa es una región clave en el conjunto del planeta en materia de intercambio de bienes. Representa nada menos que el 35% del comercio mundial, lo que refleja una elevada dependencia de las ventas al exterior para poder crecer.

Se prevé, en concreto, que el volumen del comercio mundial de mercancías crezca un 2,7% en 2024 y un 3% en 2025, mientras que en ambos años se producirá un crecimiento del PIB mundial del 2,7%. Se trata, en ambos casos, de avances débiles respecto de la media de las dos últimas décadas, sobre todo por el mal desempeño de Europa, que históricamente, junto a Asia, ha impulsado el comercio mundial. Asia, sin embargo, ha seguido haciéndolo, pero no es el caso de Europa, cuya contribución negativa al crecimiento de las importaciones (por la atonía económica) será equivalente a ocho décimas.

Y es que Europa, en su conjunto, será la región con peores resultados comerciales: las exportaciones e importaciones se contraerán un 1,4% y un 2,3%, respectivamente. Como resultado, mientras que el PIB de Asia crecerá un 4%, Europa apenas avanzará un 1,1%. Europa, de esta manera, acumulará dos años en negativo en el intercambio de mercancías con el resto del planeta.

Las crecientes restricciones al comercio mundial no son ajenas a este proceso. Aunque lo que se ha llamado desglobalización es un proceso lento en el tiempo, comienza a hacerse notar de forma relevante. La propia OMC ha puesto cifras a este fenómeno. Entre mediados de 2023 y mediados de 2024, los países miembros de la organización introdujeron 169 nuevas medidas restrictivas del comercio por un valor de 837.400 millones de dólares, pero si se contabiliza el número acumulado de restricciones, se alcanzan los 2,9 billones de euros (dos veces el PIB de España). Esta cifra significa que casi el 12% del comercio mundial está afectado por alguna restricción al comercio.

La Gran Recesión

Es verdad que durante ese periodo también se han aprobado 291 medidas que facilitan el comercio de mercancías, pero su impacto económico es mucho menor. Las restricciones comerciales, como recuerda la OMC, no han dejado de crecer desde el año 2009, coincidiendo con la Gran Recesión, que es cuando algunas potencias económicas comenzaron a utilizar políticas proteccionistas. Más tarde, durante la primera presidencia de Donald Trump, se aceleró ese proceso y algunos países, en particular China, pagaron a EE. UU. con la misma moneda. El comercio, como se sabe, se rige por el principio de reciprocidad. Posteriormente, el número de restricciones siguió aumentando a consecuencia de la pandemia, primero, y más tarde a causa de la guerra de Ucrania, que obligó a muchos gobiernos a priorizar la seguridad alimentaria. La OMC destaca, en particular, las restricciones a la exportación de productos agropecuarios como el trigo, las cebollas, el arroz, el azúcar y el maíz.

En ocasiones, los gobiernos han argumentado que la imposición de restricciones al comercio tiene que ver con una cuestión de seguridad nacional, pero la organización que articula el comercio mundial no ve que esta sea una amenaza real. Según sus investigaciones, el valor global estimado del comercio afectado por ese motivo sigue siendo relativamente limitado, situándose en unos 75.000 millones de euros, lo que representa apenas el 0,2% del comercio mundial.

Las restricciones al comercio, por el contrario, tienen más que ver con el proteccionismo clásico: imposición de aranceles o contingentes a las importaciones, además de otras medidas, en los sectores industriales. Y, en concreto, la mayoría de las medidas antidumping ha afectado a productos de los sectores metalúrgico y químico, y a los sectores de los plásticos y el caucho. De hecho, los metales, los productos químicos y la maquinaria fueron las principales categorías de productos objeto de las investigaciones en materia de derechos compensatorios. Estos derechos se imponen cuando, a raíz de una investigación, se llega a la conclusión de que un gobierno subvenciona sus exportaciones, perjudicando a los productores nacionales del país importador. 23 miembros de la OMC exportadores fueron objeto de nuevas investigaciones en materia de derechos compensatorios. China fue el país objeto de más investigaciones (30), y representa el 34% del total desde el año 2020.

Junto a este fenómeno, se está produciendo otro de indudable trascendencia. Y no es otro que la fragmentación del comercio mundial por motivos geopolíticos. En particular, desde la invasión de Ucrania. En palabras de la OMC, “cada vez más el comercio tiene lugar entre países afines”. En concreto, si se toman como referencia los bloques comerciales definidos por las tendencias de voto en la ONU, se observa que, desde que comenzó la guerra en Ucrania, el comercio entre bloques creció un 4% más lento que el comercio dentro de esos bloques.

Lo que han detectado los expertos de la OMC, sin embargo, es que hoy por hoy no se vislumbra un cambio radical hacia la regionalización o deslocalización cercana a escala mundial. Es decir, las pautas generales del comercio, pese al aumento del proteccionismo y a los conflictos geopolíticos, no se han modificado de forma relevante.

Cara y cruz en el comercio mundial de mercancías. Los intercambios vuelven a crecer tras el descenso de los tipos de interés y la consiguiente aceleración de la actividad económica en 2024 y 2025, pero no en todos los sitios ni de la misma forma. Europa es la cruz. De hecho, tanto desde el lado de las exportaciones como de las importaciones, la Unión Europea ha lastrado este año el incremento del comercio mundial, y, lo que es peor, lo seguirá haciendo, según las previsiones que acaba de publicar la OMC (Organización Mundial del Comercio). El problema radica en que Europa es una región clave en el conjunto del planeta en materia de intercambio de bienes. Representa nada menos que el 35% del comercio mundial, lo que refleja una elevada dependencia de las ventas al exterior para poder crecer.

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