La inflación subió al 2,4% en noviembre por la energía y los alimentos se desaceleran
La electricidad ya es más cara que en 2023 y contrasta con el descenso progresivo de la inflación de los alimentos, aunque son los productos que más se han encarecido
El Índice de Precios de Consumo (IPC) de noviembre confirmado este viernes por el INE refleja una subida de los precios del 2,4% respecto al mismo mes del año anterior, un incremento de seis décimas respecto a octubre. Esto es consecuencia fundamentalmente del comportamiento de la electricidad y de los carburantes, ya que ambos tuvieron bajadas en noviembre de 2023 y acumulan meses al alza. Los alimentos, por su parte, continúan una senda de moderación de las subidas de precios a pesar de la desaparición progresiva de los descuentos del Gobierno.
Según señalan los datos del operador del mercado eléctrico español, la luz se situó en noviembre en los 104,4 euros por MWh de media, un 52% más que en octubre y precio máximo en lo que va de 2024. La electricidad encadena así tres meses al alza y es más cara que en noviembre del año anterior (cuando marcó 63,5 euros de media), pero se aleja de los niveles máximos de 2021 y 2022, en plena crisis energética. Este repunte se debe a una subida en la cotización del gas natural y en los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO₂) y afecta especialmente a los consumidores con contratos vinculados al mercado mayorista, como son los que tienen contratada la tarifa regulada (PVPC).
En cuanto al precio de los carburantes, en noviembre repuntaron tanto los de la gasolina como los del gasóleo hasta el entorno de los 1,5 euros por litro y 1,4, respectivamente, aunque siguen siendo más baratos en comparación con otros países de la UE y con los precios registrados en los años de la crisis energética.
La sorpresa positiva se produce en los alimentos, cuya inflación cae al 1,7% anual, dos décimas menos que en el mes de octubre, gracias a la evolución de algunos de los productos más inflacionarios en los últimos años, como el aceite de oliva, que ha caído un 3,7% en comparación interanual. En contraste, el chocolate continúa disparado con una inflación del 21,9% en noviembre. Aunque los alimentos son especialmente más caros si se compara con la situación de 2021 (es el grupo de productos de la cesta de la compra que más se ha encarecido), la desaceleración en las subidas es positiva al coincidir además con la retirada progresiva del IVA del 0%.
Los alimentos marcan su inflación más baja desde octubre de 2021, momento desde el que se desencadenó una rápida subida por la traslación de los costes de producción de las empresas que llegó a alcanzar un IPC del 16,6% en febrero de 2023. Es la primera vez en más de dos años que la inflación de los alimentos es inferior a la del índice general, aunque cabe esperar un repunte en enero de 2025. Si la retirada de los descuentos se desarrolla como está prevista en el último real decreto-ley, los productos seleccionados que actualmente tienen un IVA rebajado al 2% y al 7,5% pasarán al 4% y al 10%, respectivamente. Como novedad respecto a la situación anterior a la crisis de la inflación, el aceite de oliva se ha incluido en el grupo de IVA superreducido.
La cesta de bienes y servicios es un 19% más cara
Descontando energía y alimentos no elaborados, la inflación subyacente desciende una décima en noviembre, hasta el 2,4%, y se sitúa en el entorno del objetivo del Banco Central Europeo (BCE), que es el 2%. Esta senda de descensos, generalizada en la UE y el reducido crecimiento económico de los 27, ha llevado a la entidad a bajar los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 3%.
Aunque lo peor de la crisis inflacionista ya ha pasado, la cesta de bienes y servicios de los hogares es un 18,9% más cara en noviembre de 2024 que en enero de 2021, cuando todavía no había empezado la oleada de inflación. Un encarecimiento rápido y especialmente marcado en los alimentos, con un aumento de su nivel de precios del 31,4%, seguidos del vestido y el calzado con un 24,9% y de los restaurantes y hoteles con un 21,9%.
Actualmente, las tasas más elevadas de la inflación por grupos (descontando el 7,4% de la vivienda y la electricidad) se concentran en los servicios. Se resisten a bajar especialmente los relacionados con el turismo, estando hoteles y restaurantes todavía con una inflación interanual del 4,2% impulsados por una fuerte demanda.
Por lo general, los salarios no han podido hacer frente a estas subidas de precios al mismo ritmo, por lo que han perdido poder adquisitivo y lentamente lo están recuperando. No ha sucedido así con las rentas cuyo ingreso principal es una prestación del estado, ya que las pensiones contributivas se han revalorizado con el IPC y las pensiones mínimas han crecido por encima de ese umbral para evitar efectos más negativos de la crisis en los estratos de la sociedad más vulnerables.
El Índice de Precios de Consumo (IPC) de noviembre confirmado este viernes por el INE refleja una subida de los precios del 2,4% respecto al mismo mes del año anterior, un incremento de seis décimas respecto a octubre. Esto es consecuencia fundamentalmente del comportamiento de la electricidad y de los carburantes, ya que ambos tuvieron bajadas en noviembre de 2023 y acumulan meses al alza. Los alimentos, por su parte, continúan una senda de moderación de las subidas de precios a pesar de la desaparición progresiva de los descuentos del Gobierno.