La reforma de las pensiones se queda corta: los nuevos ingresos no cubren la revalorización
Seguridad Social cuenta con obtener 5.799 millones adicionales, pero solo la subida de las pensiones del próximo año cuesta 7.166
El Gobierno ha publicado una estimación del impacto de las nuevas medidas de ingresos de la reforma de las pensiones y la cuantía a la que ascienden: 5.799 millones de euros en 2025. Esto deja sin cubrir el 20% del coste de revalorizar las pensiones el próximo año. Aunque la cifra es un 42,5% superior a la de 2024 y crecerá anualmente, pone de manifiesto que el aumento de los ingresos del sistema depende más de factores coyunturales, como el crecimiento del empleo y los salarios, que de las políticas.
2025 es el primer año en el que estarán en vigor las principales medidas de ingresos de la reforma en dos fases de Escrivá. En enero comenzará a aplicarse la cuota de solidaridad, consistente en una cotización adicional sobre los salarios que superan la base máxima, y se sumará al ya en marcha Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), al destope de las bases máximas de cotización y a las cotizaciones por ingresos reales de los autónomos.
Según la orden ministerial de Seguridad Social disponible para información pública y destinada a fijar las nuevas reglas de cotización de 2025, el MEI permitirá ingresar 4.403 millones, un 18,6% más que en 2024 gracias a la evolución macroeconómica y al aumento de la cotización del 0,7% al 0,8%. En 2029, esta tasa llegará a ser del 1,2% (asumiendo el 1% la empresa) y se mantendrá como mínimo hasta 2032, momento en el que entrarán en juego los desembolsos del ‘hucha’ de las pensiones (fondo de reserva).
Muy lejos de este impacto se sitúan la nueva cuota de solidaridad, que conseguirá sumar 400 millones de euros, y un conjunto de medidas diversas (autónomos, destope, etc.), que añadirán otros 996 millones. En total, suponen 1.729 millones más que en 2024, un crecimiento que no es suficiente para que los nuevos ingresos cubran el gasto derivado de subir las pensiones contributivas con el IPC y de ligar las mínimas al umbral de la pobreza.
El dato adelantado por el INE del IPC de noviembre arroja una revalorización de las pensiones contributivas del 2,8% en 2025, lo que, sumado al resto, da como resultado una factura de 7.166 millones, según se detalla en el borrador del real decreto para la subida. Por tanto, los 5.799 millones de ingresos derivados de las medidas ascienden al 80,9% de dicho gasto y no serían suficientes para abordarlo ni aunque se destinaran solamente a tal fin. Algo que no sucede, dado que el MEI está destinado a rellenar el fondo de reserva.
Esto lleva a confiar en el comportamiento macroeconómico para asumir el coste creciente de las nóminas, como reconoce la propia orden, ya que Seguridad Social cuenta con que los ingresos por cotizaciones sociales de empresas y trabajadores ocupados crezcan, sin medidas, en 8.129 millones. Para ello, el empleo tendrá que aumentar en 2025 un 2,5% y los salarios un 2,7%, según estima el Gobierno.
En total, Seguridad Social aspira a ingresar 177.314 millones por cotizaciones sociales el próximo año, una cantidad que, a pesar de aumentar un 6,5% respecto a 2024, seguramente no cubrirá los gastos contributivos a la vista del importe de la revalorización y del aumento de las nóminas derivado de la evolución demográfica (efecto sustitución y jubilación de los baby boomers). No obstante, aún está por ver si otro tipo de medidas de medio plazo, como los incentivos para alargar la vida laboral, también tienen un impacto positivo en los ingresos.
Más transferencias o más préstamos
En 2023, el gasto en pensiones, otras prestaciones y subsidios contributivos ya ascendió a 184.911 millones, provocando un desfase con los ingresos por cotizaciones sociales de 30.511 millones. Hasta octubre de 2024, el agujero ya es de 19.741 millones. Según Ángel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea, en los próximos años serán necesarios recursos adicionales mayores para hacer frente al pago de las pensiones. Estos pueden proceder bien de transferencias del Estado, que este año alcanzan el récord de 40.000 millones, o de préstamos a la Seguridad Social, lo que supondría emitir más deuda.
La reforma de las pensiones de 2021 y 2023 pretendía hacer sostenible el sistema compensando el aumento de los gastos con más ingresos. Aunque el primer examen vinculante lo publicará la AIReF en marzo de 2025, el Ageing Report de la Comisión Europea ya apuntó a un probable crecimiento de los gastos promedio por encima del 15% del PIB en el medio plazo, una ratio que podría superar lo dispuesto en la cláusula de ajuste de la reforma de pensiones. Falta que la autoridad fiscal determine cuál es el impacto global de los ingresos (que el Gobierno estima en un 1,7% del PIB entre 2022 y 2050) y apunte si son necesarias nuevas medidas.
El Gobierno ha publicado una estimación del impacto de las nuevas medidas de ingresos de la reforma de las pensiones y la cuantía a la que ascienden: 5.799 millones de euros en 2025. Esto deja sin cubrir el 20% del coste de revalorizar las pensiones el próximo año. Aunque la cifra es un 42,5% superior a la de 2024 y crecerá anualmente, pone de manifiesto que el aumento de los ingresos del sistema depende más de factores coyunturales, como el crecimiento del empleo y los salarios, que de las políticas.
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