Las dos caras del PSOE en la financiación autonómica: un discurso distinto para cada audiencia
El PSOE defiende en los últimos días que quiere mejorar el reparto que le corresponde a las comunidades infrafinanciadas y a las más rezagadas en su desarrollo, pero el pacto con ERC contempla premiar a Cataluña
El Grupo Socialista en el Senado tenía un trago complicado el lunes: defender el acuerdo con ERC para la financiación singular de Cataluña después de aprobar en su Congreso Federal unas líneas de reforma que chocan frontalmente con el acuerdo. El evento era la clausura de la Comisión del Senado sobre el pacto PSC-ERC tras las comparecencias de los expertos, controlada por la mayoría absoluta del PP.
Los socialistas tenían el complicado trago de defender el pacto con ERC, que afirma que Cataluña está injustamente tratada por el sistema de financiación y plantea un nuevo sistema basado en la bilateralidad, tras las conclusiones acordadas en su Congreso Federal.
Este mismo fin de semana, los socialistas acordaron un texto que dice así: "La federalización del Estado que reivindicamos, más que un cambio de modelo supone, desde el pacto y el consenso, dar un paso más en el perfeccionamiento y mejora del Estado Autonómico, garantizando la solidaridad y la igualdad de los ciudadanos y ciudadanas independientemente de su lugar de residencia. [...] Impulso de un modelo menos centralista y más solidario, que ayude más a los territorios menos desarrollados y con orografía más compleja".
Unas conclusiones que chocan diametralmente con lo pactado con ERC: "Un modelo de financiación cuyo resultado es una distribución poco justa de los recursos entre los territorios del Estado y que acaba limitando la capacidad de crecimiento económico de Cataluña. [...] No se trata de reformar el modelo de financiación común, sino cambiarlo sobre un nuevo paradigma basado en la singularidad y la bilateralidad".
Son dos visiones diferentes de la reforma de la financiación autonómica y del encaje de Cataluña. De ahí, la importancia de los argumentos que fuese a utilizar el partido en el Senado en una ponencia específica sobre el acuerdo con ERC. Y la elección del partido fue reiterar el texto acordado en el Congreso e ignorar el pacto con ERC. Ni una sola mención a la injusticia de trato del sistema con Cataluña que se reconocía en el acuerdo con Esquerra ni a la creación de un sistema similar al cupo.
¿Mejora absoluta o relativa?
Uno de los encargados de exponer los argumentos del partido fue Juan Espadas, secretario general del PSOE de Andalucía, cuyo liderazgo ha quedado cuestionado tras el Congreso Federal. Espadas aseguró que el acuerdo con ERC no se puede calificar porque carece de concreción. Las generalidades que contiene imposibilitan cuantificar cómo afectará a la financiación de Cataluña y del resto de comunidades autónomas del régimen común.
Sin embargo, es un mandato claro a reducir la aportación de Cataluña a la solidaridad territorial en dos puntos: “Esta solidaridad debe estar limitada por el principio de ordinalidad” y “Cataluña sufre una infrafinanciación sostenida en el tiempo que supera con creces lo que correspondería a un modelo de solidaridad entre territorios”. El acuerdo con ERC señala que Cataluña realiza un exceso de solidaridad con el resto de territorios y que debe limitarse. Sin embargo, el texto emanado del Congreso Federal señala que hay que blindar la solidaridad entre territorios y ayudar especialmente a las regiones más atrasadas.
En su defensa del acuerdo con ERC, Espadas lanzó algunos argumentos que van en su contra. "Cada vez se agrandan más las desigualdades entre ciudadanos que viven en CCAA diferentes", señaló en clara alusión a la Comunidad Valenciana y Murcia, las regiones peor financiadas. Sin embargo, Cataluña se encuentra en la media de financiación de las CCAA, por lo que su argumento desmonta la "infrafinanciación" que denuncia el acuerdo con ERC. Es más, un modelo que defienda la ordinalidad, difícilmente podrá combatir las desigualdades entre territorios.
Espadas defendió un modelo "más justo y sostenible" para todos los ciudadanos de España. Sin embargo, el acuerdo con ERC denuncia una "distribución poco justa" que afecta a Cataluña. Es cierto que la falta de concreción impide cuantificar cuánto peso ganaría y cuánto perdería cada territorio en el nuevo sistema, pero la filosofía de ambos discursos difiere significativamente.
Espadas defendió que ambas opciones son compatibles: "Avanzar en un proceso de Estado en el que las legítimas aspiraciones del pueblo de Cataluña puedan hacerse compatibles con las legítimas aspiraciones del resto de gobiernos autonómicos". Esto es, compaginar que una comunidad autónoma rica consiga más ingresos y, al mismo tiempo, también salgan beneficiadas las CCAA peor financiadas y, también, las que están más retrasadas en el desarrollo.
Un aumento de la financiación autonómica permitiría mejorar la situación absoluta de todas ellas. De hecho, es lo que ha ocurrido en los últimos años, gracias al incremento de la recaudación pública. Las CCAA tienen más recursos que nunca sin cambiar el modelo. Sin embargo, lo que está en cuestión no es la posición absoluta de cada CCAA sino su reparto, esto es, la posición relativa: cómo quedaría cada territorio respecto del resto. Y aquí es imposible mejorar a todas a la vez: la cuota de financiación autonómica que ganen unas tiene que ir en detrimento de otras.
El PSOE no ha defendido que las tres opciones sean posibles al mismo tiempo. En su discurso en el Senado, el partido se limitó a prometer un sistema solidario, justo y sostenible en todo el territorio nacional. En ningún momento señala la necesidad de mejorar el reparto en favor de Cataluña, lo que está en la base del acuerdo con ERC. Y tampoco lo defiende su ponencia aprobada en el Congreso Federal. Son las dos caras de un partido cuyo discurso se adapta en función de la audiencia a la que se dirija.
El Grupo Socialista en el Senado tenía un trago complicado el lunes: defender el acuerdo con ERC para la financiación singular de Cataluña después de aprobar en su Congreso Federal unas líneas de reforma que chocan frontalmente con el acuerdo. El evento era la clausura de la Comisión del Senado sobre el pacto PSC-ERC tras las comparecencias de los expertos, controlada por la mayoría absoluta del PP.
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