Los beneficios empresariales se moderan en 2024, pero los salarios continúan subiendo
Las empresas ganan solo un 0,7% más en los nueve primeros meses del año, mientras los trabajadores tratan de recuperar el poder adquisitivo perdido en la crisis de la inflación
Varios empleados en la planta automovilística de Stellantis en Zaragoza. (Europa Press/Carlos Cebrián).
La pandemia y la crisis de la inflación iniciada hace tres años alteraron por completo la evolución de las ganancias de las empresas. Fueron las que más sufrieron el impacto del parón de la actividad por la crisis sanitaria, mientras que los trabajadores estuvieron protegidos en gran medida por las políticas sociales. Pero las tornas cambiaron desde 2021 y algunos sectores han salido especialmente reforzados de este periodo.
Con la reactivación de la economía y el rápido crecimiento de los precios, los beneficios empresariales se dispararon, pero las subidas no se trasladaron a las retribuciones de sus empleados, lo que generó una profunda pérdida de poder adquisitivo a la vez que evitó efectos de segunda ronda. La contención salarial impidió así que la espiral inflacionista continuara impulsada por factores internos una vez agotados los externos, procedentes del mayor coste de la energía y de las materias primas en los mercados internacionales.
En 2024, con la inflación acercándose ya al objetivo del 2%, el crecimiento de los beneficios empresariales ha caído notablemente y los salarios registran un avance superior, según los datos de la Central de Balances Trimestral (CBT) que ha publicado el Banco de España este miércoles. En concreto, la remuneración media por asalariado ha crecido un 2,71% en promedio de los nueve primeros meses de 2024 respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que los beneficios (resultado ordinario neto) solo lo han hecho en un 0,73%.
Estas cifras se refieren solo a las medianas y grandes empresas no financieras integradas en la encuesta y son datos adelantados, por lo que habrá que esperar al cierre del cuarto trimestre y a la publicación anual de la Central de Balances Integrada (CBI), que sí contiene información de pequeñas empresas, para comprobar la consolidación o no de la tendencia. De confirmarse, sería el primer año en el que las remuneraciones medias crecen más que los beneficios sin que exista una recesión. El mayor auge de los beneficios se registró en 2022, pico de la crisis inflacionista, con un 38,9% anual frente a un crecimiento de los salarios de solo el 2,8%.
El avance de los beneficios hasta el tercer trimestre es excepcionalmente bajo en comparación con los últimos años, aunque es cierto que se produce a pesar de una caída de la facturación del 2,4% provocada por el descenso de la inflación. El comportamiento de la facturación está condicionado principalmente por la disminución en la cifra de negocios del sector de la energía (-19,3%), que tiene un peso elevado en la muestra, y cuyas ventas se producen por precios progresivamente más bajos.
De hecho, el energético es el único sector con tasas negativas en el periodo analizado, ya que si se descuenta la facturación crece un 1,7%. Más allá de este factor, la moderación de los beneficios se ve influida por el aumento de los costes financieros en un 14,5% y de los costes de personal en un 4,6%, resultado de sumar al impacto de las subidas salariales al derivado de contratar a más personal.
En cuanto a los salarios, habrá que esperar a tener datos de 2024 para comprobar si su crecimiento por encima de los beneficios ha servido para cerrar o al menos acortar la pérdida de poder adquisitivo de la última crisis. Según los datos publicados recientemente por la Agencia Tributaria, referidos a 2023, los salarios reales estarían cerca de alcanzar el poder adquisitivo de 2019, pero todavía se encuentran más de siete puntos por debajo del poder de compra de 2009, lo que lastra las expectativas económicas de las familias sobre su propia economía.
Los beneficios crecen más en los servicios
Aunque esta es la imagen general, la realidad de cada uno de los sectores es muy heterogénea. Tres ramas de actividad tuvieron resultados ordinarios netos negativos en los nueve primeros meses de 2024: energía (-4,7%), industria (-34,3%) e información y comunicaciones (-18,1%). Según señala el Banco de España en su publicación, "el comportamiento tan negativo del sector industrial viene explicado fundamentalmente por la caída del subsector del refino de petróleo (-68,6%), con un peso relevante en la muestra". Si bien es cierto que la mayoría de los subsectores industriales presentaron tasas negativas.
Al contrario, el comercio, la hostelería y el resto de actividades presentaron tasas positivas, destacando el sector resto de actividades por la "excelente marcha", considera el Banco de España, de las empresas de transporte y la evolución de los holdings, con una tasa de variación interanual del 34%. Según los datos anuales de 2023 de la CBI, publicados también este miércoles, los sectores que más elevaron sus beneficios son la agricultura y ganadería (76,1%); el transporte (63,1%) y la hostelería (42,4%). En este auge de gran parte de los sectores de servicios influye la todavía elevada inflación que presentan en comparación con el índice general y que responde a otros factores que no son los energéticos.
La pandemia y la crisis de la inflación iniciada hace tres años alteraron por completo la evolución de las ganancias de las empresas. Fueron las que más sufrieron el impacto del parón de la actividad por la crisis sanitaria, mientras que los trabajadores estuvieron protegidos en gran medida por las políticas sociales. Pero las tornas cambiaron desde 2021 y algunos sectores han salido especialmente reforzados de este periodo.