El Gobierno intenta salvar la reforma fiscal con un pacto inviable, en una noche de caos
La Comisión de Hacienda rechazó el grueso de las subidas de impuestos. El Ejecutivo salvó la votación del dictamen prometiendo prorrogar el gravamen a las energéticas con un nuevo decreto-ley
El Gobierno vivió el lunes otra jornada agónica en el Congreso con la votación de la reforma fiscal en la Comisión de Hacienda. Su plan fiscal ha quedado muy descafeinado, ya que los socios de investidura tumbaron sus principales subidas de impuestos: diésel, las primas de seguros, banca o socimis. A última hora consiguió evitar que todo el texto fracasara suplicando a Esquerra, Bildu y BNG su voto a favor del dictamen a cambio de una promesa que parece inviable. Una victoria agridulce, que complica aún más la tramitación de la reforma fiscal en el Pleno.
Desde el primer momento de la sesión, que arrancó a las cinco de la tarde, se evidenció la falta de apoyos del Ejecutivo. Una a una, fueron cayendo sus propuestas de subidas de impuestos. Todo apuntaba a un fracaso total en la votación del dictamen de la ponencia, lo que hubiese provocado que toda la ley decayera. En ese momento, apareció en el Congreso el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, y la jornada dio un vuelco.
El presidente de la Comisión, el socialista Alejandro Soler, anunció un receso de "unos minutos" antes de votar el dictamen que se prolongaron por más de cuatro horas, hasta más allá de la media noche. Un tiempo en el que los diputados del PP y Vox denunciaron de manera enérgica anoche la "cacicada" de la Mesa de la Comisión (PSOE) por "secuestrar" durante cuatro horas la votación de la ponencia. En ese tiempo, el Ministerio de Hacienda consiguió un acuerdo in extremis con ERC, Bildu y BNG para prorrogar, por un año, el impuesto a las energéticas, y así conseguir su apoyo al dictamen. Un compromiso que se canalizará a través de un real decreto-ley, para forzar a Junts a retratarse públicamente a favor de las energéticas. Votación salvada con los apoyos de estos tres partidos de izquierdas, junto a Junts, PNV y los dos de la coalición, PSOE y Sumar.
Sin embargo, esta promesa es una vía muerta y, además, papel mojado. Una vía muerta, porque Junts trasladó a los periodistas que en ningún caso aceptará extender el impuesto. Y papel mojado, porque el propio Ministerio de Hacienda difundió una nota, tras la votación definitiva, en la que reafirma su pacto con Junts. Fue un comunicado muy breve, de sólo una frase: "El Gobierno quiere aclarar que mantiene su acuerdo con Junts para no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización". Lo justo para desmentir el acuerdo que previamente había alcanzado con ERC, Bildu y BNG.
Este cambio de opinión del Gobierno en apenas unos minutos complica aún más la tramitación de la norma en el Pleno del Congreso. En primer lugar, porque está por ver cuál es la reacción de ERC, Bildu y BNG cuando se den cuenta de la trampa que les ha tendido el Gobierno. Y, en segundo lugar, porque en el Pleno también necesita los votos de Podemos (que no está en la Comisión) y que ya ha anticipado que sin la participación de Junts, la promesa de Hacienda es papel mojado.
Está muy bien que el gobierno se comprometa a prorrogar el gravamen a las energéticas con ERC y Bildu, pero sin garantías de que Junts también lo apoyará es poco más que papel mojado. Podemos sólo apoyará esta reforma fiscal si el impuesto realmente se mantiene.
— Ione Belarra (@ionebelarra) November 18, 2024
Impuestos que caen
Los socialistas intentaron, durante toda la tarde, alcanzar un pacto con sus socios, pero fue imposible. Incluso se vio a la diputada Patricia Blanquer, juntar las dos manos en señal de súplica a los portavoces de ERC y Bildu. La votación de las enmiendas auguraba lo peor. Una tras otra, los partidos fueron tumbando las subidas de impuestos más relevantes de la reforma fiscal. Apenas se salvaron algunas iniciativas puntuales, como la de subir dos puntos el IRPF para las rentas del ahorro superiores a 300.000 euros, del 28% al 30%, la persecución del fraude de la gasolina o el alivio de las cuotas de la Seguridad Social a los clubes deportivos no profesionales.
La mayor parte de la reforma fiscal propuesta por el Gobierno se ha topado con el rechazo de la Comisión de Hacienda del Congreso. El impuesto a la banca, a las energéticas, a las primas de seguros, al diésel, a las socimis... todos estos han sufrido el voto en contra por uno u otro motivo. Un duro revés para el Gobierno que ve cómo su subida de impuestos queda descafeinada a figuras aisladas como el tabaco o el IVA turístico. Sin embargo, las enmiendas que se han rechazado en la Comisión pueden llegar vivas al Pleno, de modo que el Gobierno todavía podría intentar salvar algunos de estos impuestos. En especial, el de la banca, que fue tumbado por sus socios por falta de ambición y que podrían recuperarlo en la votación del jueves.
Los impuestos que afectaban a los hogares han caído por el camino. Es el caso de la subida del tipo del diésel para equipararlo a la gasolina. También han decaído las dos enmiendas de Sumar y el PSOE para eliminar o modificar la fiscalidad especial que tienen las socimis. La Comisión también ha rechazado la enmienda de Sumar para eliminar la exención a los seguros privados sanitarios. Hacienda había intentado contentar al grupo de Yolanda Díaz con estas últimas promesas el desmontaje ha sido casi total.
Que la comisión en la que se está decidiendo el futuro fiscal del Estado esté parada 3 horas y se retome a las 23:00 es una muestra más del juego corto de algunos y del desorden de esta legislatura.
— AITOR ESTEBAN (@AITOR_ESTEBAN) November 18, 2024
El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, señaló en la red social X que esta suspensión de la Comisión evidencia "el desorden de esta legislatura". Una cuenta atrás que, sin embargo, para el Gobierno se antoja muy corta.
El Gobierno vivió el lunes otra jornada agónica en el Congreso con la votación de la reforma fiscal en la Comisión de Hacienda. Su plan fiscal ha quedado muy descafeinado, ya que los socios de investidura tumbaron sus principales subidas de impuestos: diésel, las primas de seguros, banca o socimis. A última hora consiguió evitar que todo el texto fracasara suplicando a Esquerra, Bildu y BNG su voto a favor del dictamen a cambio de una promesa que parece inviable. Una victoria agridulce, que complica aún más la tramitación de la reforma fiscal en el Pleno.
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