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"A Europa le importa Trump, no le interesa Mazón"
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Evaluación a Teresa Ribera

"A Europa le importa Trump, no le interesa Mazón"

El PP ha llevado a Bruselas la gestión de Ribera en la tragedia de Valencia. O lo que es lo mismo, un asunto nacional, aunque de indudable transcendencia europea, ha contaminado el debate en el Parlamento Europeo

Foto: Teresa Ribera en el Parlamento Europeo este martes. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)
Teresa Ribera en el Parlamento Europeo este martes. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)
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"A Europa le importa Trump, no le interesa Mazón", decía de forma gráfica un sherpa de la Comisión Europea con dos décadas en el oficio poco antes de que Teresa Ribera se sometiera a una evaluación sobre idoneidad para ocupar el cargo de vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea.

Nada más lejos de la realidad en el caso de la política española. El resultado de la evaluación tendrá que esperar. El Partido Popular ha llevado a Bruselas la gestión de Ribera en la tragedia de Valencia. O lo que es lo mismo, un asunto nacional, aunque de indudable transcendencia europea, ha contaminado el debate en el Parlamento Europeo sobre la idoneidad no sólo de Ribera, sino también de otros cinco vicepresidentes.

Tampoco es nada nuevo. Los vetos cruzados, en este caso del PP, forman parte de una vieja tradición de vendettas aprovechando cualquier circunstancia. Lo paradójico es que todo el mundo en el Parlamento Europeo sabe que el veto no es más que una estrategia para castigar ante la opinión pública al PSOE y a la propia Ribera. O viceversa en otras ocasiones, como sucedió con Arias Cañete (PP) cuando fue evaluado para ser comisario. El movimiento fue a la inversa.

Es decir, se da por hecho que su nombramiento, a falta de una última votación conjunta al colegio de comisarios durante la última semana de noviembre, saldrá adelante, lo que sugiere que ha sido una tormenta que sólo ha servido para avanzar en el proceso de selección de candidatos designados.

Foto: El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado (EFE / Zipi Aragón)

Lo dijo Jorge Buxadé, el vicepresidente del Partido de los Conservadores y Reformistas Europeos, liderado por Orbán: ’Tonight’, por ayer, no pasará Ribera, pero ‘we will see’. O sea, lo veremos. Es decir, cuestión de tiempo. Muy probablemente esta misma semana.

Este es, realidad, el problema de fondo de este tipo de audiencias. Se trata de dirimir viejas o nuevas rencillas sobre cuestiones nacionales. Y el propio Buxadé fue ayer el primero es dinamitar este tipo de audiencias recriminando a Ribera y a los socialistas de "no hacer nada". "Tiene que sentarse en el banquillo, no en la vicepresidencia", llegó a decir. Algo parecido, aunque menos contundente, dijo Dolors Monserrat, que sugirió su responsabilidad en la tragedia de Valencia. "Se compromete a dimitir si es imputada", llegó a preguntar a Ribera. No fue la única, como si se tratara de un banderín de enganche, hasta tres diputados del PP plantearon la misma pregunta.

Es decir, el hearing no es un examen, sino un espectáculo político-mediático que, sin duda, genera mucha expectación para los eurodiputados españoles que están en la oposición, y por eso lo aprovechan. No en vano, el Parlamento Europeo es un formidable auditorio cuya música se escucha en toda Europa. No es el caso de los parlamentarios europeos, que preguntaron por China, por EEUU, por la dependencia del petróleo o por la política de competencia.

Lo reconocía la propia Monserrat, la portavoz del PP y vicepresidenta del grupo popular en el Parlamento Europeo, al quitar hierro al retraso en la elección de Ribera. "Se evalúa la persona", pero en realidad al final son los jefes de grupo quienes toman la decisión, y allí, cabe recordar, el PP europeo cuenta con una amplia mayoría. Hungría tendrá su comisario aunque no les guste a muchos de los socios.

No hay ninguna duda de que Von der Leyen, que además pertenece al PPE no dejará caer a Ribera. Entre otras razones, porque pondría en riesgo la propia viabilidad de la nueva Comisión, que, en principio, debe echará andar el 1 de diciembre. Es decir, casi al mismo tiempo que Trump, que tomarán posesión el 20 de enero.

También comisaría de competencia

La cartera de Ribera -respondiendo a los parlamentarios en inglés, francés y español- no es cualquiera, y de ahí que hasta tres comisiones del Parlamento Europeo hayan participado en su evaluación, más algunas ‘invitadas’. Ahora bien, la cuestión del cambio climático, un asunto central en esta Comisión, se ha dividido entre tres áreas, por lo que el poder de la todavía ministra de Transición ecológica estará muy limitado. Estas tres comisarías, dos del PPE, tendrán algo que decir en políticas medioambientales, además de la propia Von der Leyen y del Consejo Europeo. Para más inri, su mandato coincidirá con el de Trump, que dará aire a las políticas energéticas que todavía usan los combustibles fósiles.

Por lo tanto, un mandato muy condicionado por la evolución que tenga EEUU con la nueva Administración, pero también muy vigilado por Francia y Alemania. En el primer caso, defendiendo la energía nuclear, y en el segundo, con un problema estructural derivado de los altos costes de la energía después de haber aprovechado durante décadas gas natural procedente de Rusia a pecios muy competitivos.

Ribera será también comisaría de competencia, una cartera clave que, sin embargo, ha quedado diluida en el nuevo esquema de Bruselas. Algo que puede explicar que en tres horas de debate haya quedado en un segundo plano.

Foto: Olf Scholz, el 7 de noviembre de 2024. (REUTERS / Liesa Johannssen)

Ribera, y dado que por ahora debe guardar un cierto equilibrio, entre otras razones porque afecta directamente a Francia y Alemania, no tiene más que respuestas generales sobre cuestiones como los campeones nacionales, las ayudas de Estado o la política de fusiones. Pocas preguntas sobre la influencia determinante de las plataformas tecnológicas sobre la economía europea, hasta llegar en la práctica a situaciones de monopolios de facto.

Es como si los informes de Mario Draghi y Enrico Letta, que advierten sobre la falta de competitividad de Europa respecto de EEUU, no hubieran existido. Apenas una mención de la propia Ribera, pero ambos documentos no merecieron ningún interés de los eurodiputados españoles. Ni siquiera los precios de la energía o las ayudas de Estado. Sólo la trágica inundación de Valencia.

Según Ribera, el marco jurídico que se ha dado la UE es el que hay, y los servicios de competencia deben actuar, pero poco más que reclamar más medios. En su opinión, el derecho de competencia debe combinarse con el mercado interior para evitar la fragmentación. La cartera de Competencia, en definitiva, ha quedado oscurecida al fusionarla con el cambio climático.

"A Europa le importa Trump, no le interesa Mazón", decía de forma gráfica un sherpa de la Comisión Europea con dos décadas en el oficio poco antes de que Teresa Ribera se sometiera a una evaluación sobre idoneidad para ocupar el cargo de vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea.

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