Bruselas ofrece a España flexibilidad fiscal para hacer frente a los efectos de la DANA

Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, ha señalado este martes que España puede contar con cierta flexibilidad fiscal para hacer frente a los efectos de la DANA que ha arrasado el levante español. “Los servicios de la Comisión Europea ya están en contacto con las autoridades españolas para discutir las posibilidades y cuales son las necesidades. Ciertamente usaremos también herramientas fiscales para ayudar a España a lidiar con esta difícil situación y las consecuencias de las inundaciones”, ha explicado el letón en rueda de prensa tras la celebración de un Consejo de Asuntos Económicos y Financieros al que no ha acudido el ministro español, Carlos Cuerpo.

El Gobierno ha anunciado medidas que representan siete décimas del PIB, aunque no tiene por qué traducirse automáticamente en una desviación de 0,7 puntos respecto al compromiso alcanzado con Bruselas, ya que puede haber gastos que ya no eran computables, o reasignación de fondos, por ejemplo. “Las autoridades españolas podrían estar autorizadas a tratar los gastos nacionales directamente relacionados con esta catástrofe natural como gastos excepcionales que se tendrán en cuenta al evaluar una posible desviación del objetivo de déficit nominal del 3% o de la senda de gasto neto en el contexto de la revisión de la gobernanza económica”, ha señalado un portavoz del Ejecutivo comunitario. En ese gasto nacional se incluyen préstamos del Fondo de Recuperación, que el Gobierno podría desviar a este nuevo objetivo.

Este lunes José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, viajó a Bruselas, donde se reunió con la Comisión Europea precisamente para estudiar otras vías de apoyo económico. Desde el primer momento el Ejecutivo comunitario ha explicado que España puede hacer uso del Fondo de Solidaridad, que permite sufragar gastos de reconstrucción, y también la herramienta de flexibilidad de la Política de Cohesión. Además, Dombrovskis ha recordado que también se puede hacer uso de cierta flexibilidad en los Fondos de Cohesión.

“Se considera que los gastos excepcionales no tienen un efecto duradero en los déficits/gastos públicos, por lo que no requieren medidas compensatorias. Tales gastos deben estar bien identificados en cuanto a alcance y tiempo en el presupuesto nacional”, ha señalado el mismo portavoz. En otras palabras: si un Gobierno tiene que afrontar un gasto excepcional por una cuestión que se escapa a su control, y ese gasto es puntual y no tiene efectos a medio o largo plazo sobre las cuentas públicas una vez superada la eventualidad, la Comisión Europea puede no tenerlas en cuenta.

Además, el portavoz recuerda que el gasto atribuible a “las subvenciones proporcionadas por los fondos de la UE es neutro en términos de déficit y se excluye del crecimiento del gasto neto, por lo que su utilización para hacer frente a esta catástrofe natural no afectará negativamente a la situación presupuestaria de España”, lo que significa que “las autoridades no necesitarían adoptar medidas de consolidación para compensar el impacto de los gastos” justificados.El resumen es que si un Gobierno tiene que afrontar un gasto excepcional por una cuestión que se escapa a su control, y ese gasto es puntual y no tiene efectos a medio o largo plazo sobre las cuentas públicas una vez superada la eventualidad, la Comisión Europea puede no tenerlas en cuenta en su cálculo del 3%.

Los Estados miembros pueden permitir a un país “desviarse de su senda de gasto neto fijada por el Consejo cuando concurran circunstancias excepcionales"

Dombrovskis ha explicado que las nuevas reglas fiscales, que los Veintisiete acordaron durante la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, incluyen salvaguardas en caso de que un Estado miembro se vea afectado por shocks exógenos o acontecimientos que estén “más allá del control del Gobierno”. Estas declaraciones llegan solamente unas horas después de que la Autoridad Fiscal (AIReF) estime que el déficit fiscal de España en 2024 será del 3,5%, cinco décimas por encima de lo que prevé el Gobierno y que sirvió para convencer a la Comisión Europea de librar al país del procedimiento de déficit excesivo.

No es solamente la posibilidad de que la Comisión Europea no tenga en cuenta esos gastos extraordinarios en su cálculo del déficit, que según las reglas debe estar por debajo del 3%, sino que también existe la posibilidad de una cláusula nacional de escape. En ese caso, previa propuesta de la Comisión Europea, el Consejo (es decir, los Estados miembros) pueden permitir a un país “desviarse de su senda de gasto neto fijada por el Consejo cuando concurran circunstancias excepcionales que escapen al control del Estado miembro y tengan una repercusión importante en las finanzas públicas, siempre que dicha desviación no ponga en peligro la sostenibilidad presupuestaria a medio plazo”.