Junts tumba el impuesto a las energéticas, pero se mantiene el tributo a la banca temporalmente
Hacienda pacta con Junts y el PNV extender por tres años más el impuesto a la la banca a cambio de introducirlo en el concierto vasco. Se introducen también enmiendas para subir el IRPF al ahorro, a los cigarrillos electrónicos y a los hidrocarburos
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Junts ha dado finalmente la puntilla al impuesto a las energéticas tras el ultimátum lanzado hace una semana por Repsol. La formación liderada por Carles Puigdemont ha cumplido su amenaza de tumbar el tributo por el impacto que tendría sobre las inversiones de la multinacional española en Cataluña, adelantan fuentes parlamentarias.
El otro impuesto extraordinario, el que afecta al margen comercial de los bancos, sí se prolonga, con el apoyo de Junts y del PNV. La formación jeltzale apoyará la extensión de esta figura creada en el año 2022 a cambio de que se incorpore a los sistemas forales vasco y navarro, para que ambas comunidades tengan la recaudación íntegra de ambos impuestos. Es más, el PNV ha pactado con el Gobierno, en un tenso día de negociaciones, que cualquier nuevo tributo que se cree en los próximos meses se incorpore igualmente al Concierto Económico.
El Ministerio de Hacienda introduce cambios importantes en el impuesto a la banca. En primer lugar, plantea que tenga una "vigencia limitada sin perjuicio de que el legislador pudiera evaluar en el futuro su mantenimiento", señala la enmienda introducida por el Grupo Socialista. Además, abre la puerta a establecer diferentes bonificaciones, tal y como había sugerido el Banco de España y el propio Ministerio de Economía. En primer lugar, se permite que las entidades se deduzcan este tributo del impuesto sobre sociedades con un máximo del 25% de la cuota. También se crea una "deducción extraordinaria para el caso de que la rentabilidad de dichas entidades se sitúe por debajo de un umbral". En concreto, sería una rentabilidad sobre el activo (ROA) del 0,7%.
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Sumar ha rechazado este diseño elaborado por el Ministerio de Hacienda y ha presentado su propia enmienda para que se mantengan ambos tributos con su carácter actual (prestación patrimonial no tributaria). Fuentes de Sumar sostienen que la conversión de estas figuras en impuestos directos podría generar una doble imposición que sea tumbada posteriormente por los tribunales.
Junts, actor clave
El Gobierno confiaba en contar con los apoyos suficientes para extender los dos impuestos creados con carácter extraordinario para gravar los beneficios caídos del cielo durante la crisis inflacionista. Para el Ministerio de Hacienda, estos tributos eran clave, ya que suponían una recaudación anual próxima a los 2.800 millones de euros. De hecho, incorporó ambos al plan fiscal estructural remitido hace dos semanas a la Comisión Europea.
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Todo iba viento en popa para el Gobierno hasta que se cruzó en su camino el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz. Con una tribuna publicada en paralelo en El Correo y La Vanguardia, advirtió que tanto el País Vasco como Cataluña se exponían a una pérdida de inversiones como consecuencia del impuestazo. El PNV hizo caso omiso y, de hecho, pactó con el Ministerio de Hacienda la extensión del tributo, pero Junts reaccionó de inmediato. La formación adelantó su negativa la impuesto y finalmente ha cumplido su advertencia.
El día ha sido de alta tensión en el Congreso, ya que el Gobierno había decidido no volver a prorrogar el periodo de enmiendas para la transposición de la directiva europea que fija un tipo mínimo del 15% en el impuesto sobre sociedades. Las negociaciones se han dilatado hasta la última hora, ya que Sumar rechaza que decaiga el impuesto a las entidades financieras y aboga por mantener ambas figuras con su diseño actual de prestación patrimonial no tributaria.
En la batería de enmiendas presentadas, el PSOE ha propuesto subir el impuesto a los cigarrillos electrónicos, el impuesto al diésel para igualarlo a la gasolina y elevar en un punto el IRPF al ahorro para rentas superiores a 300.000 euros anuales, que pasarían del 28 al 29%. ERC también propone, en sus enmiendas, subir el IRPF al ahorro con un incremento de los tramos superiores.
Junts ha dado finalmente la puntilla al impuesto a las energéticas tras el ultimátum lanzado hace una semana por Repsol. La formación liderada por Carles Puigdemont ha cumplido su amenaza de tumbar el tributo por el impacto que tendría sobre las inversiones de la multinacional española en Cataluña, adelantan fuentes parlamentarias.