"Teletrabajar reduce tu productividad y también la de tus compañeros que están en la oficina"
El economista jefe de Arcano Partners, Ignacio de la Torre, ha recopilado evidencia científica sobre el impacto del trabajo remoto y concluye que se va a reducir paulatinamente porque no es competitivo
El teletrabajo era una de las grandes revoluciones surgidas a raíz de la pandemia, pero en los últimos meses, un buen número de grandes empresas han ordenado a sus empleados la vuelta a la oficina. Ya ha pasado el tiempo suficiente para que surja evidencia científica sobre el impacto del teletrabajo en los diferentes aspectos del mercado laboral, aunque con conclusiones contradictorias en muchos casos. Ignacio de la Torre, economista jefe y consejero de Arcano Partners, ha elaborado, tras aliarse con la consultora inmobiliaria CBRE, un estudio que recopila evidencia científica sobre los efectos del teletrabajo. Afirma que la productividad es más de un 10% superior en la oficina y augura que el teletrabajo se va a reducir paulatinamente porque no es competitivo. Estos son sus argumentos:
PREGUNTA. ¿Es más productivo el trabajo presencial que el teletrabajo?
RESPUESTA. La inmensa mayoría de los papers coinciden en que la productividad es doble dígito mayor en la oficina que en casa. El motivo es que la productividad está muy asociada, por un lado, a la cantidad y a la calidad de tus comunicaciones. Y es que no tiene nada que ver las comunicaciones cara a cara que las comunicaciones a través de un medio electrónico. Microsoft demostró, por ejemplo, cómo, cuando teletrabajas, tienes el famoso FOMO (Fear of Missing Out - miedo a quedarte al margen). Lo que acaba provocando que los trabajadores quieran participar en muchas más reuniones de las que deberían, lo que afecta negativamente a su productividad. Por otro lado, el aprendizaje va mucho más rápido cuando el trabajador está cerca de su jefe y escucha cómo habla, le acompaña a reuniones de clientes, etc. Esa curva de aprendizaje va más rápido con presencialidad, hay bastante evidencia en ese sentido.
La tercera pata es la innovación. Los grandes ecosistemas de innovación se han desarrollado con presencia física y por eso las compañías tecnológicas han criticado la premisa de que puedes seguir siendo un líder en innovación con trabajo remoto. Esto explica movimientos como el de Amazon de decir "os quiero de vuelta cinco días a la semana". Cuando analizamos la cuestión de la productividad vimos que es bastante clara la evidencia de que había una diferencia de doble dígito a favor de la oficina frente al teletrabajo.
P. El aprendizaje en el empleo es continuo. ¿El trabajador sufre una pérdida de productividad acumulativa como consecuencia del teletrabajo?
R. Así es. La diferencia de productividad va aumentando y el trabajador suele responder trabajando más horas que no son remuneradas. Al final, el teletrabajo acaba incrementando la jornada laboral entre una y dos horas para compensar esa pérdida de productividad. Que el problema al que te lleva eso es que la gente se acaba quemando, porque es muy difícil distinguir tu vida personal de tu vida profesional. Las ratios de dimisiones de teletrabajadores son bastante más altas que la de los trabajadores físicos. Es también malo para la empresa.
P. Hay también algunos estudios de instituciones prestigiosas, como la Fed de San Francisco o el FMI, que no encuentran grandes diferencias de productividad entre el trabajo presencial y el teletrabajo parcial.
R. Hay otro paper de Van der Lippe que analiza con ingenieros qué ocurre con el trabajo híbrido. Y lo que concluye ese paper es que a más compañeros trabajando en híbrido, menos productividad del trabajador que está en oficina. El trabajador que está desde casa pierde productividad, pero también reduce la productividad de sus compañeros que están en la oficina. Con esto me refiero a que no es tan clara la evidencia de que el teletrabajo parcial no sea perjudicial para la productividad. Con toda esta evidencia sobre la mesa, creo que probablemente iremos a un esquema híbrido de cuatro días de presencialidad más uno de teletrabajo [4+1], que puede ser el teletrabajo los viernes, porque es el día con menos horas trabajadas y la gente está más cansada.
Dicho esto, cuando analizas lo que están haciendo los líderes de industrias como JPMorgan, Goldman Sachs o Amazon, su modelo es ya el de 5+0. Recientemente ha salido una encuesta que hizo KPMG a las empresas en Estados Unidos y el 80% está hablando ya de presencialidad total. Yo sí creo que vamos a ir un periodo intermedio de 4+1, pero no me extrañaría que, en vista de estas dinámicas, acabemos en un 5+0. La historia te enseña que no es tan fácil tener innovación si no tienes presencia física.
P. ¿Esto significa que estamos abocados al sistema de concentración en grandes ciudades?
R. Las grandes ciudades generan un efecto de red y se retroalimentan en profesiones muy productivas. Un paper de la Fed de San Francisco, por ejemplo, mostró que la productividad de una persona que se muda a una gran ciudad se dispara a los dos años. Ocurre en Madrid, en Londres o en París. En ese contexto, plantear que se pueden obtener esas mejoras de productividad mientras trabajas en Fuerteventura es bastante peliagudo.
Si lo resumimos al absurdo, si yo pudiera hacer mi trabajo desde Fuerteventura, en poco tiempo me llamaría mi jefe para ajustar mi salario al coste de vida de Fuerteventura. Esto está ocurriendo ya en Estados Unidos, hay evidencias que muestran cómo las empresas reaccionan, como es lógico, ajustando tu salario. Hay otra consideración: si yo puedo hacer mi trabajo desde Fuerteventura, mi jefe puede buscar en otro país otro Ignacio que le cueste una décima parte que yo. El teletrabajo provoca un riesgo de ser despedido.
P. ¿Para un trabajador es mejor renunciar al teletrabajo?
R. El riesgo de despido es un 50% superior si trabajas desde casa. Y más en un contexto en el que empieza a enfriarse el mercado laboral, en parte por la inteligencia artificial generativa. Cuando empiezan los despidos la gente se va a plantear dónde es mejor estar. También hay evidencia que muestra que quien trabaja más en la oficina termina recibiendo más incrementos salariales, ascensos, mejores bonus y también mejores reportes de sus compañeros. La evidencia, viene a decir que lo mejor que puede hacer un trabajador es maximizar el tiempo la oficina.
"El riesgo de despido es un 50% superior si trabajas desde casa"
P. Aunque las fuerzas de mercado empujen a la vuelta a la oficina, existe también una resistencia por parte de los empleados a renunciar al teletrabajo. ¿No considera esta resistencia a la hora de proyectar el final paulatino del teletrabajo?
R. Aquí la clave es el poder negociador que tiene un empleado versus el empleador. En Estados Unidos había más vacantes que desempleados hace dos años y ni siquiera en ese contexto de tanta fortaleza del trabajador aumentó el teletrabajo. Y si miras lo que está yendo hacia adelante se observa un enfriamiento laboral en el que el poder negociador de empleados se va a reducir.
P. La regulación del teletrabajo que tenemos en España pretende proteger al trabajador frente a los intereses de la empresa de mandar a todo el mundo a sus casas para ahorrarse las oficinas. ¿Este sistema supone un inconveniente adicional para la consolidación del teletrabajo?
R. Las regulaciones, muchas veces son bienintencionadas, pero no atienden a los datos científicos, y luego resulta que funcionan al revés de lo que estabas intentando. Un ejemplo famoso es cuando los ingleses toman Bengala: existe un problema de cobras, que generan demasiadas muertes por envenenamiento. Entonces, la Compañía de las Indias Orientales decidió pagar una recompensa por cada cobra muerta y lo que ocurrió es que los indios empezaron a crear viveros para cobras. Si un trabajador pasa más de un día y medio a la semana en su casa, el Gobierno ha determinado que la empresa tiene que pagarle el ADSL, la calefacción, los muebles... El resultado es que muchísimas empresas han optado por limitarlo a un día y medio.
P. ¿Cuál es el futuro de las oficinas?
R. El axioma importante aquí es que el gasto en oficinas es ínfimo comparado con el gasto en personal. Estamos hablando que, en una compañía mediana, es de 1 a 10 (1 euro en oficina por cada 10 en personal). Y en el sector tecnológico, de 1 a 20. Entonces nos parece que las empresas tienen que replantearse qué tipo de oficina quiere.
P. ¿Hay oficinas que favorecen más la productividad?
R. Estamos viendo que los espacios abiertos son detrimentales para la productividad. No hay ninguna correlación que explique que las empresas que han ido a espacios abiertos hayan mejorado su productividad. Tampoco es cierto que la proximidad haga que las personas se comuniquen más. Harvard lo analizó, puso infrarrojos a gente que trabajaba en despachos privados y los pasaron a espacios abiertos para ver cuánto se comunicaban. Encontraron que las interacciones bajaron un 70%. El motivo es que te pones unos cascos para intentar tener un poco de privacidad y dejas de interaccionar, lo cual afecta negativamente a la productividad que está ligada a comunicaciones.
"La productividad en un despacho es superior a un espacio abierto en más de un 10%"
La productividad en un despacho es superior a un espacio abierto en más de un 10%. La diferencia porque en un despacho tienes aislamiento acústico y visual y te permite resolver las tareas complejas de una forma más rápida. Entonces creo que va a haber un cambio bastante radical en lo que es el tipo de demanda de oficina y el tipo de diseño de oficinas que vamos a futuro.
P. ¿Las empresas están cambiando su mentalidad respecto a las oficinas?
R. Sí, yo creo que hay una convicción, por parte de los equipos directivos, de que la oficina afecta a la productividad y también a cómo crean una cultura empresarial. Si las empresas quieren traer a la gente de vuelta a las oficinas, tendrán que diseñar espacios que sean cómodos y que faciliten el trabajo.
P. En las grandes ciudades, el elevado tiempo de transporte hace muy atractivo el teletrabajo.
R. Hemos mirado en bastantes grandes ciudades cuántos minutos dedicas al día en desplazamiento y oscila entre 30 y 60 minutos. Y cuando miras a qué se ha dedicado ese tiempo ahorrado en desplazamiento, el 60% se ha dedicado a trabajar. El trabajador tiende a pensar que cuando no hace el desplazamiento, es más productivo y no es así. Lo que hace es dedicar una parte de ese ahorro de tiempo a trabajar todavía más horas que no son remuneradas. Y eso es lo que te acaba quemando. Yo creo que para que una oficina sea atractiva para el trabajador hay que aumentar los metros cuadrados por persona y que permita al trabajador concentrarse para resolver sus tareas complejas.
P. Antes de la pandemia, la moda eran los espacios abiertos. ¿Fue una decisión contraproducente?
R. Las modas no siempre tienen validez científica y este es un buen caso. En 120 papers que hemos consultado no hay nada que avale que los espacios abiertos mejoren la productividad.
P. ¿Cómo afectarán estas tendencias al mercado de oficinas?
R. Nuestra tesis es que en las empresas van a querer reducir la densidad de trabajadores en las oficinas, y la única forma de hacerlo es aumentar los metros cuadrados por empleado. Eso va a aumentar la demanda de oficinas en un contexto de bajadas de los tipos de interés. Yo creo que los activos terciarios van a tener un papel preponderante en las carteras a futuro. Por eso creo que son tendencias que están ahora mismo empezando a cambiar. Estamos justo en el punto de inflexión.
El teletrabajo era una de las grandes revoluciones surgidas a raíz de la pandemia, pero en los últimos meses, un buen número de grandes empresas han ordenado a sus empleados la vuelta a la oficina. Ya ha pasado el tiempo suficiente para que surja evidencia científica sobre el impacto del teletrabajo en los diferentes aspectos del mercado laboral, aunque con conclusiones contradictorias en muchos casos. Ignacio de la Torre, economista jefe y consejero de Arcano Partners, ha elaborado, tras aliarse con la consultora inmobiliaria CBRE, un estudio que recopila evidencia científica sobre los efectos del teletrabajo. Afirma que la productividad es más de un 10% superior en la oficina y augura que el teletrabajo se va a reducir paulatinamente porque no es competitivo. Estos son sus argumentos:
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