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El Gobierno se compromete con la UE a que el gasto público crezca por debajo del PIB
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Plan fiscal estructural

El Gobierno se compromete con la UE a que el gasto público crezca por debajo del PIB

El Ejecutivo plantea un ajuste fiscal 'silencioso' con un crecimiento del gasto neto de medidas de ingresos inferior al avance de la economía

Foto: El ministro de Economía, Carlos Cuerpo. (Efe)
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo. (Efe)
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El Gobierno se ha comprometido con la Unión Europea a contener el crecimiento del gasto neto por debajo del avance del PIB nominal, lo que provocará un ajuste paulatino del déficit público con un control más estricto de las partidas de gasto. Así consta en el plan fiscal estructural remitido este martes a Bruselas y que forma parte de las nuevas reglas fiscales europeas. A partir de ahora, el déficit ya no es el objetivo de la norma comunitaria, sino el gasto primario neto de medidas de ingresos.

El Gobierno plantea un horizonte decreciente de incremento del gasto público, que pasará de avanzar un 3,7% en 2025 a apenas un 2,4% en 2031. Esto significa que el Ejecutivo dejará un escenario fiscal comprometido al próximo Gobierno, ya que el gasto apenas podrá cubrir la inflación (si se tiene en cuenta que el objetivo del BCE es del 2%). De media, el gasto aumentará un 3% anual en este periodo, aunque las mejores cifras se reservan para los primeros años. Sirva como comparativa que, entre los años 2018 hasta 2022 (excluyendo el año 2021), el gasto compultable aumentó un 4,5% de media. Esto es, un 50% más.

Economía prevé que el PIB nominal crecerá cerca del 5% en los dos próximos años, esto es, casi dos puntos más que el aumento del gasto público computable. Esto signifcará un ajuste silencioso del déficit púlbico que obligará a las diferentes administraciones a presentar presupuestos con menor incremento del gasto durante los próximos años. El Ejecutivo prevé que los ingresos crezcan al mismo ritmo que el PIB de forma inercial, por lo que se cargará el ajuste fiscal sobre el control estricto del gasto.

El plan fiscal contempla que el déficit público se irá reduciendo desde el 3% del PIB previsto para este año hasta el 2,1% en 2026, y seguirá corrigiendo hasta el 0,8% del PIB al final del horizonte de proyección, en 2031.

El crecimiento del gasto público total podría ser superior si el Gobierno opta por subir los impuestos, ya que la normativa de la Comisión permite aprovechar todo el aumento de la recaudación provocado por los cambios normativos. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, no ha querido precisar cómo será la reforma fiscal que está negociando con la Comisión Europea en el marco del Plan de Recuperación, pero oscilaría en torno a las 3 décimas del PIB (algo menos de 5.000 millones de euros) esta subida de impuestos incluye también la eliminación de las rebajas del IVA o la fijación como impuestos permanentes de los tributos excepcionales a banca y energéticas.

Lo más difícil será repartir el margen de gasto menguante que van a tener las administraciones públicas. Las pensiones se comerán la mayor parte de este gasto, de hecho, hacia el final del horizonte de proyección será casi la única partida que pueda crecer sin medidas adicionales del ingresos. Las comunidades autónomas reclaman permanentemente un mejora de su financiación, por lo que es probable que el ajuste fiscal recaiga sobre la Administración Central, cuyo peso en el PIB caerá intensamente en los próximos siete años.

"No hablamos de recortes", ha reiterado el ministro Cuerpo durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, quien ha señalado que el esfuerzo se concentrará en la contención del gasto público. "El esfuerzo en materia de gasto dependerá de cuál sea tu crecimiento hacia adelante", ha remarcado. El plan fiscal contempla un aumento del gasto durante los próximos siete años del 3% anual. Esta cifra supera a los cálculos iniciales realizados por la Autoridad Fiscal (AIReF) y la propia Comisión Europea. La primera estimó que el gasto máximo que se le permitiría a España sería del 2,7% y la segunda, del 2,8%. Finalmente será del 3%, gracias a las conversaciones del Gobierno con Bruselas.

Hay dos factores que explican esta mejora del margen de gasto a España. El primero, las revisiones del PIB realizadas por el INE, que sitúan a las cuentas públicas españolas en un punto de partida más favorable. El segundo, la revisión de la situación estructural y potencial de la economía española, ya que el Gobierno ha insistido a la Comisión Europea que la tasa de paro estructural (Nairu) es más baja de lo pensado inicialmente. De esta forma, el Ministerio de Economía ha conseguido rascar un crecimiento superior del gasto cada año.

El Gobierno se ha comprometido con la Unión Europea a contener el crecimiento del gasto neto por debajo del avance del PIB nominal, lo que provocará un ajuste paulatino del déficit público con un control más estricto de las partidas de gasto. Así consta en el plan fiscal estructural remitido este martes a Bruselas y que forma parte de las nuevas reglas fiscales europeas. A partir de ahora, el déficit ya no es el objetivo de la norma comunitaria, sino el gasto primario neto de medidas de ingresos.

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