Enganchados a la 'yerba': el consumo de mate se dispara en España
La infusión más famosa de Latinoamérica no para de ganar adeptos a este lado del charco. La promoción de los deportistas, el aumento de inmigrantes y el aura de producto saludable son sus grandes bazas
La argentina Gabriela Degiglio dice que empezó a beber mate con 15 años. Tanto se enganchó a la infusión, que con 30 años decidió montar un negocio boutique dedicado a este producto. Lo hizo a 10.000 kilómetros de su país natal, en el centro de Valencia. "Podía parecer una locura, pero solo llevamos tres años abiertos y ya hemos crecido tanto que vamos a abrir otras dos tiendas, una en Barcelona y Madrid", cuenta. Su caso se ha convertido en la viva imagen de una fiebre, la del mate, que no para de ganar adeptos por todo el mundo.
La Boutique del Mate, así se llama el negocio de Degiglio, surfea una moda que crece a pasos agigantados en medio mundo y que se ve bien en el caso de España. Desde 1995, las importaciones de yerba mate, las hojas que son la base de esta infusión, han crecido un 1.787%. Han pasado de ser algo residual, con apenas 163.000 kilos importados, a superar los 3 millones en 2023. Es difícil comparar su éxito con el café, su gran rival a este lado del charco, pero sí que empieza a codearse con el té. En 2019 importábamos nueve veces más té que yerba mate, en 2023 solo se importó el doble y los números que ofrece Datacomex sobre lo que llevamos de 2024 muestran que esa diferencia puede seguir menguando.
"Obviamente, el que aquí haya más población de los países donde tradicionalmente se toma, como Argentina, Uruguay o Paraguay, influye, pero el éxito está lejos de deberse solo a eso", cuenta Degiglio, que antes de empresaria trabajaba como contable. "Nosotros tenemos clientes de todo el mundo, mucha gente local, pero también extranjeros que han empezado a probarlo. Un caso muy llamativo es el de Siria, es el principal importador mundial de yerba mate y aquí también tenemos sirios que vienen a comprarnos", añade. "Creo que se han juntado varios puntos clave: la promoción que hacen las figuras como Messi del producto, la diáspora y el que se haya visto como algo saludable, ecológico y que sirve para compartir tiempo con amigos y charlar".
La tienda de esta treintañera se centra justo en potenciar esas ventajas. Tiene su propia marca de yerba mate ecológica certificada, hace blends con otras hierbas o flores, y ofrece diferentes soluciones dependiendo de lo que se busque, si una bebida para mejorar rendimiento deportivo, una para compartir con amigos o incluso para estar más relajado. Pero no es el único negocio que ha visto claro el crecimiento. Mercadona ha dado un impulso a su venta de yerba mate y varios supermercados se han sumado a la moda. Cada vez es más fácil encontrar un lugar donde poder comprar tanto la yerba como todos los accesorios para consumirlo.
Es algo que conoce bien Diego Maccari, CEO de Caro Import, una compañía creada por socios argentinos para importar productos de su tierra. Nacida hace 34 años, su fuerte ha sido durante años el vino y el dulce de leche, tanto que hasta tienen fábricas en España para crear este alimento. Pero en los últimos años el interés por la yerba mate se ha disparado. De venderlo solo a tiendas centradas en productos argentinos, han pasado a comerciar con grandes superficies como Carrefour o Alcampo. Y sus números no paran de aumentar.
"Es un mercado claramente en auge. No solo en España, diría que está creciendo en medio mundo", cuenta Maccari. "En nuestro caso, el volumen de importaciones de yerba crece a un 40% anual. Es una cifra muy importante y difícil de igualar". ¿A qué cree que se debe esta fiebre? "Creo que los argentinos somos muy buenos prescriptores, como se dice ahora. Si algo nos gusta, lo vendemos y lo vendemos tan bien que la gente se fía. Pero además hay algo que a mí me parece clave y es que el paladar argentino es muy similar al europeo, pues la mayoría venimos de familias de emigrantes. Eso hace que si algo nos gusta allá también es muy probable que guste acá", cuenta.
Fuera del mate, pone el caso de los alfajores o del propio dulce de leche. Son sus buques insignia y están ampliando sus instalaciones para poder fabricar más de ambos. "Se vende muy bien en España, sobre todo, en el caso del alfajor, la opción que viene con chocolate. A los españoles el chocolate les encanta". Justo el asunto de la producción es uno de los problemas del mate.
La disputada Meca de la yerba
La yerba mate Ilex paraguariensis es una planta que crece solo en unas zonas concretas y pese a los muchos intentos que se ha hecho, aún ha sido imposible que agarre fuera de allí.
La producción se concentra en una pequeña zona que comprende el sur de Brasil, el noreste de Argentina y el este de Paraguay. No hay más. Ni siquiera Uruguay, unos kilómetros al sur de esa zona y uno de los mayores consumidores de mate, ha conseguido que las plantas prosperen en su tierra. El tipo de yerba que se consume en Montevideo se produce por empresas uruguayas en Brasil. También lo ha intentado Siria, un país que importa como nadie en el mundo y que debido a la falta de cultivo local importa la hoja directamente en contenedores y lo procesan allí.
Esa limitación en la producción ha convertido esta zona del mundo en una disputada mina de oro. La batalla por exportar este producto se puede ver en las importaciones españolas. Mientras hace años Argentina era el líder sin parangón, cada vez más hoja de Brasil llega a nuestra tierra. Es más, la propia Argentina ha disparado las importaciones de yerba mate brasileña y paraguaya gracias, en parte, a una medida tomada por el gobierno de Javier Milei que hace que sea más barato importar el producto que comprarlo a los productores locales.
"Lo cierto es que uno de los puntos que más nos costó al abrir la tienda fue el tema de los productores. Estuvimos meses buscando los mejores con expertos en yerba mate. Claro, queríamos que fuese cultivo ecológico y que pudiésemos certificarlo en la Unión Europea. Fue una gran Odisea que creo, eso sí, mereció la pena", comenta Degiglio. Maccari, por su parte, dice trabajar con multitud de productores porque también las preferencias del consumidor dependen de cómo se procesa la hoja.
Lo que sí tienen claro ambos es que su mercado seguirá creciendo en los próximos años. "Cada vez hay más productos relacionados con el mate, también está creciendo su consumo frío, lo que conocemos como tereré, y hay muchas opciones por desarrollar", cuenta el importador. "Además, es mucho más económico que el café, sin ir más lejos, y tiene la misma esencia de ser una bebida para compartir y dar energía. Eso también es una ventaja".
La argentina Gabriela Degiglio dice que empezó a beber mate con 15 años. Tanto se enganchó a la infusión, que con 30 años decidió montar un negocio boutique dedicado a este producto. Lo hizo a 10.000 kilómetros de su país natal, en el centro de Valencia. "Podía parecer una locura, pero solo llevamos tres años abiertos y ya hemos crecido tanto que vamos a abrir otras dos tiendas, una en Barcelona y Madrid", cuenta. Su caso se ha convertido en la viva imagen de una fiebre, la del mate, que no para de ganar adeptos por todo el mundo.
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