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Descifrando la brecha de salarios: ¿cobran mucho los funcionarios o las empresas pagan poco?
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El debate sobre las retribuciones

Descifrando la brecha de salarios: ¿cobran mucho los funcionarios o las empresas pagan poco?

Un estudio publicado por el BdE ha generado un debate en torno a las retribuciones. Los salarios privados están en línea con la baja productividad que tiene España, pero las retribuciones públicas son inusualmente altas

Foto: Manifestación de funcionarios por una subida de los salarios. (Europa Press)
Manifestación de funcionarios por una subida de los salarios. (Europa Press)
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Los salarios en el sector público son un 40% más altos que en el privado. En torno a la mitad de esta brecha se explica por las características individuales del empleo (cualificación, sector, horas, etc.), pero la otra mitad no tiene una explicación en el tipo de trabajo. La brecha salarial corregida de estos factores individuales asciende al 25% en España, la segunda más amplia de toda la eurozona, solo por detrás de Luxemburgo.

El dato se extrae de un documento de trabajo publicado esta semana por el Banco de España esta semana que ha reabierto el debate sobre la brecha salarial entre el sector público y el privado. El estudio pone en evidencia que la diferencia salarial ha sido estable y cuantiosa a lo largo del tiempo. Se trata de un privilegio que no tiene que ver con una situación coyuntural, sino con una preferencia, por parte de los distintos gobiernos, de mantener una prima salarial para los trabajadores públicos.

En casi todos los países del mundo existe una prima salarial en el sector público, pero en España es especialmente alta. La brecha es el triple que en la eurozona y la segunda más alta de los países del euro, solo por detrás de Luxemburgo. ¿Se trata de un privilegio de los empleados públicos o es que las empresas pagan muy poco? Es cierto que los salarios privados en España no son muy altos, pero la causa no es que las empresas paguen poco, sino que la productividad es muy baja. Por el contrario, el gasto destinado a salarios públicos es elevado si se tiene en cuenta el peso del empleo público en el total de la economía o el gasto público total.

¿Pagan mal las empresas?

Los salarios en España son bajos en comparación con los niveles europeos. El sueldo medio por empleado equivalente a tiempo completo en España es un 23% inferior a la media de la eurozona: 30.300 euros anuales en España frente a 39.100 euros en el conjunto del área del euro. Esta brecha se ha incrementado paulatinamente desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, cuando el diferencial llegó a reducirse hasta el 14%.

Pero los bajos salarios no necesariamente significan que las empresas estén siendo tacañas con sus trabajadores. Lo que ocurre en España es que las empresas producen poco y, por lo tanto, pagan salarios bajos. Es el drama de la baja productividad de España, que tiene un PIB por ocupado un 19% inferior a la media de la eurozona.

La clave para conocer si los salarios son altos o bajos está en el porcentaje del valor añadido que se quedan las empresas y en el que destinan a pagar a sus empleados. Y, en este indicador, España está en línea con la media europea.

Según los datos de la contabilidad nacional, el 62% del valor añadido generado por las empresas se destinó a pagar salarios, un porcentaje dos puntos superior a la media de la eurozona y similar al de Francia. Esto significa que la participación de los trabajadores en la producción que generan está en línea con los niveles europeos.

Durante los años de la austeridad, las empresas recortaron en salarios todo lo que pudieron y utilizaron esos excedentes para reducir deuda. Pero esto comenzó a cambiar en el año 2018 y, a partir de la pandemia, la participación de los salarios en la producción ha superado la media de la eurozona.

Estos datos muestran que el problema no es, por tanto, que las empresas paguen mal, sino que la productividad es muy baja. Y este es un problema que está en la base de la mayor parte de los males económicos que aquejan a España. La baja productividad no es exclusivamente una cuestión de la especialización productiva del país. Es cierto que hay muchos camareros, pero los sectores de alto valor añadido también tienen una productividad inferior a la europea.

Las empresas tienen mucho que ver en la baja productividad: la mala formación de los empresarios, la baja innovación o las formas anticuadas de utilización de sus recursos explican, en gran medida, la baja productividad de España. Son culpables indirectas de los bajos salarios que pagan a sus trabajadores, aunque la causa no es que sean tacañas, sino que no están al día de las mejores prácticas empresariales.

¿Y los sueldos públicos?

Lo normal en una economía poco productiva sería que los salarios de sus trabajadores públicos estuvieran acordes a esta situación. Pero esto no ocurre en España. Los salarios están por encima de la productividad del país, lo que significa que las administraciones pagan una prima que está fuera del mercado.

Los economistas también han estudiado en profundidad las causas de la brecha salarial entre el sector público y el privado. Un estudio publicado por el FMI detectó algunas correlaciones a nivel internacional. Por ejemplo, la diferencia tiende a aumentar en épocas de crisis, porque el sector privado se ajusta a la coyuntura económica mucho más rápido que el público. También encontró que los ciclos electorales afectan a la brecha salarial, ampliándose en los años previos a los comicios. Es cuando los gobiernos dan un premio a sus funcionarios para mejorar sus perspectivas de voto. En lo que coincide con otros estudios es que la prima salarial en el sector público es señal de baja competitividad y mala gobernanza de lo público.

En el caso de España, el peso del sector público sobre el total de la economía está entre los más bajos de Europa. Por ejemplo, el gasto supone un 46,5% del PIB, frente a casi el 50% en el conjunto de la eurozona. Sin embargo, el gasto en sueldos públicos es superior al europeo: España destinó, en 2023, el 11% del PIB al pago de salarios públicos, frente al 10% de la eurozona. Esto significa que uno de cada cuatro euros del gasto público se destina a pagar a los trabajadores públicos, seis puntos más que la media de la eurozona.

Sin embargo, la participación del sector público de España en el total del empleo nacional es claramente inferior a la media de la eurozona. Según la EPA europea (LSF), España tiene un 23% de trabajadores públicos, frente al 26,5% de la eurozona.

Si España tiene una plantilla pública reducida, pero, al mismo tiempo, gasta por encima de la media europea en salarios públicos (medidos en porcentaje del PIB), significa que los salarios son más generosos que la media europea. Esta comparativa no corrige por tipo de empleo, pero es una buena aproximación para comparar la situación de los trabajadores públicos del país respecto a los de la Unión Europea. El dato apunta a que los salarios públicos en España son generosos, lo que, unido a la baja productividad del país, genera una situación de gran privilegio para los empleados de las administraciones.

¿Quiénes ganan y quiénes pierden?

Una de las características de la comparativa salarial es que en el sector privado existe una gran dispersión de retribuciones, mientras que en el público hay mayor concentración. Esto significa que, aunque para la mayor parte de la población sea un privilegio trabajar para las administraciones, para algunos supondría perder dinero.

Un estudio publicado en el año 2013 por dos de los economistas más reconocidos del Banco de España, Enrique Moral-Benito y Laura Hospido, ya ahondó en la brecha salarial de los sectores público y privado por tramos de renta. Lo que muestran sus datos es que la brecha salarial es mayor en los niveles más bajos.

Los trabajadores sin cualificación ganan un 30% más en el sector público que en el privado. La brecha se reduce al 23% en el caso de los trabajadores con estudios superiores. A medida que se asciende en la escala salarial, los trabajadores más cualificados empiezan a perder ingresos si se quedan en el sector público.

Los trabajadores públicos no tienen opción de situarse en los primeros deciles de renta del país, ya que los sueldos más altos solo son alcanzables en el sector privado. Este potencial de crecimiento de los salarios es una de las pocas ventajas que tiene trabajar en las empresas, pero son puestos reservados para unos pocos. Para la mayoría de los trabajadores, el empleo en el sector público sería la mejor forma de maximizar sus ingresos.

Los salarios en el sector público son un 40% más altos que en el privado. En torno a la mitad de esta brecha se explica por las características individuales del empleo (cualificación, sector, horas, etc.), pero la otra mitad no tiene una explicación en el tipo de trabajo. La brecha salarial corregida de estos factores individuales asciende al 25% en España, la segunda más amplia de toda la eurozona, solo por detrás de Luxemburgo.

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