El BCE mantendrá la cautela en el futuro pese a haber recortado los tipos en septiembre
El Consejo de Gobierno del banco central estuvo de acuerdo en su reunión de septiembre en ser cautos y un enfoque gradual de flexibilización en las tasas, pese a que acordó por unanimidad su segunda bajada de tipos de 2024
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) coincidió en su reunión de septiembre en mantener la cautela y un enfoque gradual de flexibilización de su política monetaria, pese a que acordó por unanimidad su segundo recorte de tipos de 2024.
El BCE publicó este jueves las actas de su reunión de política monetaria del pasado 11 y 12 de septiembre, en la que todos sus miembros acordaron de forma unánime bajar la facilidad de depósito -que es su tipo de interés de referencia- en 25 puntos básicos, hasta el 3,5%, a propuesta del economista jefe de la institución, Philip R. Lane.
En la que fue la primera reunión con Escrivá al frente del Banco de España, el BCE situó las operaciones principales de financiación (OPF) -las inyecciones semanales de crédito- y la facilidad de crédito -la que presta a los bancos a un día- en el 3,65% y el 3,9%, respectivamente, tras introducir un ajuste técnico.
Los miembros del Consejo consideraron entonces que era "apropiado dar otro paso para moderar el grado de restricción de política monetaria", ya que su confianza en que el proceso de desinflación avanzaba de manera constante había aumentado y las perspectivas económicas "eran más preocupantes", con una "frágil" recuperación prevista.
"Se observó que, con una inflación cada vez más próxima al objetivo, la actividad económica real debería ser más relevante para calibrar la política monetaria", por lo que, un segundo recorte era un paso "sólido en una amplia gama de escenarios".
Todas las opciones abiertas
De cara al futuro, los miembros subrayaron que había que garantizar que la inflación volviera al objetivo del 2% a medio plazo "en el momento oportuno", por lo que mantendrían los tipos "suficientemente restrictivos durante el tiempo que fuera necesario para lograr el objetivo".
Asimismo, seguirían aplicando un enfoque dependiente de los datos y reunión a reunión para determinar el nivel y la duración adecuadas de la restricción.
"No debería haber ningún compromiso previo con una senda de tipos concreta. En consecuencia, era mejor mantener la plena opcionalidad para el próximo periodo a fin de tener libertad para responder a todos los datos entrantes", señalaron.
Las autoridades monetarias coincidieron en que sería adecuado mantener "un enfoque gradual de reducción de las restricciones" si los datos futuros coincidían con las proyecciones económicas, en un contexto en el que preveían que el recorte realizado respaldara la actividad económica. También consideraron apropiado seguir con "un enfoque gradual y cauteloso" debido a que no era "del todo seguro que el problema de la inflación estuviera resuelto".
"Aunque la incertidumbre había disminuido, seguía siendo elevada, y algunos de los factores e hipótesis fundamentales en los que se basaban las perspectivas de referencia, incluidos los relativos a los salarios, la productividad, los beneficios y la inflación subyacente y de los servicios, aún tenían que materializarse y sólo lo harían lentamente", justificaron.
En cualquier caso, el Consejo de Gobierno del BCE consideró que "la verdadera prueba de fuego" llegaría en 2025, cuando quedaría claro si todas sus expectativas se habían materializado.
El Consejo de Gobierno del BCE consideró que "la verdadera prueba de fuego" llegaría en 2025
Al mismo tiempo, los miembros argumentaron que era importante mantener un enfoque reunión a reunión debido a que la incertidumbre existente podían provocar varios escenarios, tanto de un ritmo más rápido de recortes como de suspensión de los mismos.
El BCE se reunirá de nuevo el próximo 12 de octubre en Lituania, cuando los mercados esperan que el organismo vuelva a recortar el tipo de referencia en 25 puntos básicos, hasta situarlo en el 3,25%.
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) coincidió en su reunión de septiembre en mantener la cautela y un enfoque gradual de flexibilización de su política monetaria, pese a que acordó por unanimidad su segundo recorte de tipos de 2024.
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