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No es solo la estabilidad: los trabajadores públicos ganan un 25% más que los del sector privado
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Cálculo de la brecha salarial corregida

No es solo la estabilidad: los trabajadores públicos ganan un 25% más que los del sector privado

La brecha salarial entre el sector público y privado en España es la segunda más amplia de la eurozona tras Luxemburgo y se mantiene cuando se corrige por formación o por sector

Foto: Oposiciones: el sueño de ser un trabajador público. (Europa Press/Archivo/Álvaro Ballesteros)
Oposiciones: el sueño de ser un trabajador público. (Europa Press/Archivo/Álvaro Ballesteros)
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España vive una nueva edad dorada de oposiciones. El refuerzo de trabajadores en los últimos años, los procesos de estabilización para cubrir las plazas interinas y la jubilación por el envejecimiento de las plantillas han disparado el número de plazas que se convocan cada año. En paralelo, también ha aumentado el cuerpo de opositores, cada vez más jóvenes aspiran a lograr un puesto en la administración.

El empleo público tiene un gran número de ventajas respecto al privado. La más evidente es su estabilidad, con plazas blindadas para los funcionarios y los indefinidos no fijos. Hay otras causas que explican la preferencia por el empleo público, como los mejores horarios, las jornadas más cortas o la menor carga de trabajo. Pero hay otro factor más desconocido y que es un privilegio adicional: el salario.

Un estudio publicado por el Banco de España muestra la gran diferencia salarial que tienen los trabajadores públicos en España respecto de los del sector privado. El análisis calcula que, en términos agregados, la remuneración pública por hora trabajada llega a ser un 40% superior en el sector público. Sin embargo, parte de esta diferencia se debe a efectos composición: por ejemplo, los trabajadores públicos tienen mayor cualificación, con abundancia de médicos, profesores, altos funcionarios, etc.

Cuando se corrigen las diferencias causadas por el tipo de empleo, el gap salarial se reduce a casi la mitad en todos los países europeos. Aun así, en el caso de España, la brecha sigue siendo mayúscula. En el año 2021 (último dato calculado), la brecha salarial anual corregida se situó en el 25% a favor de los trabajadores públicos. Esto es, por cada 1.000 euros de nómina en el sector privado, en el público asciende a 1.250 euros. Esta corrección tiene en cuenta desde el nivel formativo del trabajador, la duración de su jornada, el sexo, etc. y está elaborada a partir de los microdatos de la encuesta EU-SILC.

La brecha salarial corregida que hay en España es la segunda más amplia de toda la eurozona, sólo superada por la de Luxemburgo. El privilegio de los trabajadores públicos españoles, en materia salarial, no tiene parangón en el resto de grandes economías europeas. Si se compara con la media de la eurozona, la diferencia salarial a favor de los trabajadores públicos es casi el triple en España. España se sale de lo normal en el resto de Europa. En Italia, la diferencia de salarios entre el sector público y el privado es cinco puntos inferior a la española, en Alemania ambos sectores están prácticamente igualados y en Francia, son mayores los salarios en el sector privado que en el público.

En algunos países europeos, el gap salarial se ha reducido intensamente tras la crisis financiera, en buena medida como consecuencia de los ajustes en el déficit exigidos por la Comisión Europea. Pero no es el caso de España, donde la reducción ha sido de apenas tres puntos porcentuales. Estos datos muestran una persistencia de la brecha salarial a favor del sector público, que se mantiene prácticamente constante a lo largo del tiempo. Una de las causas es que, a la vez que se aplicaban políticas de contención de salarios en el sector público, también se producían en el privado. Los bajos salarios que pagan las empresas también explican que la diferencia de retribuciones sea tan amplia.

Más datos

Los investigadores hacen otras comparaciones en las que se constatan los privilegios salariales de los trabajadores públicos en España. La composición sectorial es muy importante, porque los países especializados en la industria tienen diferencias salariales menores. Para corregir esta diferencia, estiman cuál sería la diferencia salarial si todos los países tuviesen la estructura sectorial de Alemania.

Los resultados siguen dejando a España en una situación extraordinaria. Los salarios públicos en este escenario siguen siendo un 20% superiores a los privados, mientras que la media de la eurozona se sitúa en el 6%, esto es, tres veces menos. En este caso, la distancia de España con Italia incluso se amplía, porque Italia tiene una brecha que es la mitad.

Otra comparativa clave es según el nivel de estudios de los trabajadores, porque es normal que si en el sector privado tienen más cualificación, estén mejor retribuidos. En los trabajadores sin estudios superiores, la diferencia salarial asciende al 30%, mientras que la diferencia entre los que tienen título superior es del 23%. Esto es, incluso los universitarios ganan comparativamente más en el sector público.

Una de las principales diferencias existentes entre el empleo en las administraciones y en las empresas es la dispersión salarial. Los salarios públicos están mucho más concentrados, de modo que la diferencia entre el que más gana y el que menos es relativamente estrecha. La mayor parte de los salarios están tasados en función del nivel y la antigüedad.

Por el contrario, en el sector privado las diferencias salariales son muy acusadas. Y esas diferencias no sólo responden al nivel formativo alcanzado, ya que incluso dos personas de la misma empresa con idéntica cualificación y responsabilidades pueden tener salarios distintos. En definitiva, el potencial de incremento salarial es mayor en el sector privado, aunque sólo unos pocos consigan mejoras significativas.

En la administración, por el contrario, el potencial de crecimiento de los salarios a lo largo de la vida profesional es inferior, pero las mejoras son generalizadas para todos los trabajadores públicos. Trabajar en la administración no hace rico a nadie, pero en la ecuación rentabilidad/riesgo, lo normal es que un empleado público salga ganando en ambas. Cobra más y su puesto está más protegido. A la vista de estos datos, es racional que exista en España una fiebre por ser funcionario.

España vive una nueva edad dorada de oposiciones. El refuerzo de trabajadores en los últimos años, los procesos de estabilización para cubrir las plazas interinas y la jubilación por el envejecimiento de las plantillas han disparado el número de plazas que se convocan cada año. En paralelo, también ha aumentado el cuerpo de opositores, cada vez más jóvenes aspiran a lograr un puesto en la administración.

Salarios de los españoles Empleo
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