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La crisis de las clases medias: las familias con problemas de carencia material se duplican
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El peor dato de la UE

La crisis de las clases medias: las familias con problemas de carencia material se duplican

Los problemas para llegar a fin de mes no son exclusivos de las clases bajas. La pérdida de poder adquisitivo de los salarios está pasando factura a quienes antes vivían acomodados

Foto: Imagen de un escaparate en rebajas. (EFE)
Imagen de un escaparate en rebajas. (EFE)
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La crisis inflacionista provocada por la escalada de los precios energéticos ha coincidido en España con una fase de intensa creación de empleo. Las estadísticas reflejan un aumento de la masa salarial en España del 18% desde 2021 hasta 2023, que ha sido compatible con una intensa pérdida de poder adquisitivo para muchos trabajadores. La nueva masa salarial se ha dirigido, principalmente, a realizar contrataciones, pero quienes ya estaban trabajando han visto cómo su capacidad de compra iba menguando.

En este proceso, muchos hogares de las clases medias han empezado a atravesar dificultades económicas. Han sido los perdedores en esta crisis inflacionista, en especial aquellos que tenían hipotecas o vivían de alquiler. Los nuevos datos de Eurostat muestran un importante aumento de los hogares de las clases medias que no llegan a fin de mes. Este indicador (de carencia material y social severa) es complementario al de pobreza, ya que hay familias que, sin estar en los niveles más bajos de renta, están teniendo dificultades para llegar a fin de mes. La existencia de muchos gastos fijos provoca que las clases medias también tengan problemas económicos.

España es el segundo país de la Unión Europea donde más ha crecido el porcentaje de personas en situación de carencia desde el inicio de la pandemia. Esta estadística engloba a las personas que no pueden permitirse diversos gastos habituales, como viajar de vacaciones, tener un coche propio, mantener la vivienda a una temperatura adecuada, reemplazar la ropa gastada, comer carne o pescado al menos cada dos días o afrontar gastos imprevistos. Se considera que existe carencia material y social cuando no se pueden cumplir siete de los trece elementos que contempla la estadística.

En España hay un 9% de la población en situación de carencia severa, frente al 7,7% que había antes de la pandemia. Se trata de un aumento de 1,3 puntos porcentuales, el segundo mayor de toda la UE, solo por detrás de Alemania, país que vive inmerso en una profunda crisis desde que comenzó la invasión de Ucrania. En términos absolutos, España es el quinto país de la UE y el segundo de la eurozona con mayor porcentaje de la población con carencia material y social.

Las rentas bajas son, como es lógico, quienes tienen más dificultades para llegar a fin de mes. En el primer cuartil de la población con menos ingresos (el 25% más pobre), nada menos que el 23% de la población sufre problemas de carencia. Sin embargo, las dificultades económicas de las clases más populares se han reducido en los últimos años, con una caída de 1,3 puntos desde el año 2019. Esta mejora se explica por la creación de empleo y por las subidas de sus rentas derivadas del salario mínimo o las pensiones mínimas.

El mayor aumento de la población que no llega a fin de mes se ha producido entre las clases medias. En el tercer quintil de renta (aquellos que están entre el 40 y el 60% de la distribución de ingresos), el porcentaje de personas con dificultades económicas ha subido del 3,5% en 2019 al 6,5% en 2023. Esto es, casi se ha duplicado. E incluso en el cuarto quintil (los que están entre el 60% hasta el 80% de la distribución de la renta), la carencia económica ha subido desde el 1,6% hasta el 3,4%. Con este incremento, España se ha convertido en el país europeo con peores cifras de carencia material y social entre las clases medias. El promedio de la eurozona es del 1,8%, la mitad que en España.

Los problemas de carencia entre las clases medias se han incrementado paulatinamente desde que comenzó la crisis financiera, situándose en 2023 en los peores niveles registrados desde que comenzó la elaboración de esta estadística, tras la crisis financiera. La situación se ha seguido deteriorando, incluso a pesar del crecimiento de la economía española, lo que evidencia que la recuperación no ha llegado a todos los hogares.

El Banco de España ha estudiado, en su informe trimestral, la situación del consumo en los distintos hogares. Entre sus resultados, destaca cómo las clases medias se han visto forzadas a apretarse el cinturón desde el inicio de la pandemia. Los hogares situados en el tercer cuartil (aquellos situados entre el 50% y el 75% de la distribución de renta) han recortado su consumo algo más de un 3% en precios reales (descontada la inflación) desde 2019 hasta 2023.

La reducción del consumo es generalizada en todos los bienes y servicios, salvo en los de primera necesidad y los gastos fijos. Los mayores ajustes se han realizado en automóviles y bienes de consumo duradero (muebles y equipamiento del hogar) y semiduraderos (ropa, calzado, etc.). Pero también han recortado en ocio o restauración.

Una situación heterogénea

La situación de las clases medias es muy heterogénea en función de la composición del hogar. Las carencias se multiplican a medida que aumentan los niños. Por ejemplo, en el cuarto quintil de renta (los que están entre el 60% y el 80% de la distribución), el porcentaje de hogares con dificultades asciende al 10,5% en el caso de las familias numerosas (dos adultos y tres o más hijos dependientes). Esto es, una de cada diez familias numerosas de las clases medias/altas atraviesa dificultades económicas.

También los problemas son comunes en las familias monoparentales (la mayor parte, constituidas por mujeres). Casi el 7% atraviesa problemas de carencia, el peor dato de toda la serie. Por el contrario, los hogares compuestos por mayores de 65 años apenas tienen dificultades para llegar a fin de mes. Es probable que en su caso sea también consecuencia de una mejor adaptación de su nivel de vida a los ingresos, ya que estos son más estables. En los hogares del cuarto quintil de renta compuestos por un jubilado, la tasa de carencia severa es del 2%.

Una buena parte de los problemas para llegar a fin de mes se deben al drama de la vivienda, que también pasa factura a las clases medias. Los hipotecados, los que viven de alquiler y los que se acaban de comprar una vivienda, todos han tenido que pasar por la caja de la crisis inflacionista. El 8% de las clases medias tenían problemas para pagar el alquiler en 2023, el cuarto peor dato de la eurozona, por detrás de Grecia, Francia y Países Bajos.

Es posible que el deterioro del nivel de vida que han sufrido las clases medias se haya revertido en parte a lo largo del año 2024. El motivo es que la caída de la inflación y la subida de los salarios está permitiendo cierta recuperación del poder adquisitivo. Sin embargo, aún no se dispone de estadísticas para cotejar cómo están evolucionando los niveles de carencia ni de consumo. Lo que sí es cierto es que España tiene más terreno por recuperar que todos los países de la Unión Europea, con excepción de Alemania, dado el deterioro sufrido hasta el año 2023.

La crisis inflacionista provocada por la escalada de los precios energéticos ha coincidido en España con una fase de intensa creación de empleo. Las estadísticas reflejan un aumento de la masa salarial en España del 18% desde 2021 hasta 2023, que ha sido compatible con una intensa pérdida de poder adquisitivo para muchos trabajadores. La nueva masa salarial se ha dirigido, principalmente, a realizar contrataciones, pero quienes ya estaban trabajando han visto cómo su capacidad de compra iba menguando.

Riesgo de pobreza
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