Tensión en Bruselas por el bandazo de España en la cruzada contra el coche eléctrico chino
El presidente del Gobierno anuncia un giro de 180 grados y pide "reconsiderar" los aranceles a los coches eléctricos chinos, aunque hasta ahora apoyaban las medidas propuestas por Bruselas
La Comisión Europea ha contado con el apoyo crucial de un grupo de Estados miembros para lanzar, mantener y concluir su investigación anti-subsidios contra los vehículos eléctricos chinos. Las pesquisas terminaron con una decisión de Bruselas de establecer aranceles adicionales dejándolos cerca del 50%, ya que ya tenían un arancel del 10%. Estas medidas se deben confirmar en una votación en el Consejo de la UE en octubre en la que cada apoyo será fundamental. Ahora España, que ha sido uno de los Estados miembros que han apoyado a la dirección general de Comercio del Ejecutivo comunitario en su cruzada, parece haber cambiado de bando.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha hecho saltar todas las alarmas este miércoles por la mañana en Bruselas cuando llegaron sus últimas declaraciones durante un viaje a China en el que la posible guerra comercial entre los Veintisiete y Pekín ha estado continuamente encima de la mesa. "Creo que todos nosotros necesitamos reconsiderar nuestra posición" respecto a los aranceles, ha asegurado el socialista. La posición de España es importante porque los aranceles se confirmarán y convertirán en ley el 30 de octubre, salvo que una mayoría cualificada de Estados miembros, es decir, 15 países que representen a más del 65% de la población, voten en contra en el Consejo. España representa el 10,67% de la población de la UE, lo cual le convierte en una pieza importante, especialmente teniendo en cuenta que Alemania, con su 18,7%, ha estado hasta ahora mostrándose en contra de los aranceles a los vehículos eléctricos chinos, aunque se ha estado absteniendo.
El viaje de Sánchez tenía, entre otros objetivos, la intención de ablandar la respuesta China a las medidas europeas. Pekín ha amenazado con establecer aranceles contra el porcino español, que tiene en el mercado del gigante asiático un destino clave. Desde el equipo de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ya se sabía que el régimen chino iba a lanzar ataques selectivos contra los Estados miembros más grandes, tratando de afectar a sectores especialmente expuestos a su mercado. Así, por ejemplo, Pekín anunció medidas no solamente contra las importaciones de porcino español, sino también contra el coñac francés. Pero el equipo de la presidenta confiaba en que no pudiera romper el frente de países que apoyaban la investigación. Las declaraciones de Sánchez echan por tierra esa esperanza.
A nivel oficial, los portavoces del Ejecutivo comunitario rechazan hacer comentarios, pero el enfado es importante entre algunos sectores de la Comisión Europea, porque el giro es de 180 grados respecto a lo que España ha venido defendiendo desde hace meses. De hecho, en julio Carlos Cuerpo, ministro de Economía, todavía subrayaba la importancia de no "ser ingenuos o naíf a la hora de proteger el desarrollo de sectores claves en Europa", en referencia a la investigación de la Comisión Europea.
Los números para sacar adelante los aranceles en la votación definitiva pueden seguir ahí, pero el problema es que el cambio de posición llega justo en un momento en el que Pekín y Bruselas están negociando. La imagen que transmite en Bruselas, además, es mala: el giro se produce justo después de que la empresa china Envision anunciara un proyecto de 1.000 millones de euros en una fábrica de electrolizadores de hidrógeno.
Los portavoces del Ejecutivo comunitario rechazan hacer comentarios, pero el enfado es importante entre algunos sectores de la CE
El momento tampoco es el mejor. Esta misma semana, Li Fei, viceministro de Comercio, ha estado reunido con un equipo negociador en Bruselas con Sabine Weyand, directora general de Comercio, justo en un momento en el que la Comisión Europea estaba apostando por mostrar algo más de flexibilidad ante Pekín como una muestra de buena voluntad. Pero si Bruselas abre la mano es porque se siente en una posición de fuerza. Ahora el cambio de postura del Gobierno de España daña precisamente esa confianza. Entre los principales analistas de comercio y de las relaciones de la Unión Europea con China el movimiento de Sánchez se ha leído de manera muy crítica.
La semana que viene Wang Wentao, ministro de Comercio, viaja a Bruselas para reunirse con Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea a cargo de Competencia. China ya tiene experiencia en su estrategia de 'divide y vencerás' con la Unión Europea: ya logró doblar el brazo de la Comisión cuando esta intentó frenar el barrido de la industria de los paneles solares europeos por parte de los chinos. Entonces Pekín logró presionar a Francia y Alemania atacando a sus industrias clave, obligando finalmente al comisario de Comercio, el belga Karel De Gucht, a dar marcha atrás. Hoy la industria solar europea está virtualmente desaparecida frente a las importaciones de China.
Xi no se ha limitado en esta ocasión a cortejar a Sánchez: sabiendo que Alemania se opone a este paso de Bruselas, el presidente chino intentó también atraer a Emmanuel Macron, presidente francés, durante la visita de Estado que realizó a Francia en mayo. Para China lo fundamental es hacer que aquellos que se abstuvieron en el voto en julio, no definitivo, lo hagan en contra. Entre ellos estaban Alemania, Suecia, Austria, Croacia, Portugal, Rumanía o Finlandia. Por lo pronto su estrategia ha logrado que España aparentemente se mueva.
"El cambio de postura de Sánchez no sólo es un problema para la Comisión, sino también para la UE y España", explica Alicia García Herrero, economista jefe de Asia-Pacífico para Natixis. "El 55% de las exportaciones chinas de vehículos eléctricos se dirigen ya a la UE. A medida que aumenta el número de países que imponen aranceles a los vehículos eléctricos, la UE podría acabar absorbiendo aún más el exceso de capacidad de China. Por último, para España, que está recibiendo plantas de vehículos eléctricos de China, es mejor que los aranceles desincentiven las importaciones", añade García-Herrero en declaraciones a El Confidencial.
A ello hay que añadir el posible impacto de una llegada masiva de coches eléctricos chinos en la industria de la automoción tradicional. España es en estos momentos el segundo mayor productor y exportador de vehículos de la Unión Europea, pero la inmensa mayoría siguen siendo coches con motor de combustión.
Lazos con China
Sánchez también busca atraer inversión china, en general, como se ha visto con la operación de Envision, y parte de su viaje ha consistido en presentarse como un puente para Pekín dentro de la Unión Europea. Pero también busca inversión en el sector automovilístico. Aunque España ha apoyado la investigación antisubsidios contra los vehículos eléctricos chinos y ha votado a favor en las primeras fases de la introducción de los nuevos aranceles, al mismo tiempo el presidente del Gobierno ha estado invitando a la industria china a que invierta en España. En un punto que irritó a algunos en Bruselas, Jordi Hereu, ministro de Industria y Turismo, llegó a invitar en mayo a Chery, una de las gigantes chinas de vehículos eléctricos, que se presentaran al Perte sobre vehículos eléctricos del plan español del Fondo de Recuperación. La idea de que el Gobierno de España estuviera ofreciendo acceso a fondos europeos a una empresa que estaba en el punto de mira de la investigación antisubsidios del Ejecutivo comunitario generó cierto resquemor.
Opinión No es el único asunto en el que España y China muestran unos lazos estrechos en un momento de creciente desconfianza entre Bruselas y Pekín. Por ejemplo, la negociación del último pago del Fondo de Recuperación se retrasó, en parte, porque la Comisión Europea buscaba garantías de que el Gobierno español se tomaría en serio la exclusión de proveedores de alto riesgo como Huawei en zonas donde haya infraestructuras críticas para la seguridad nacional. Otra muestra de las diferencias en el tono entre Madrid y otras capitales occidentales se ha dado durante la visita de Sánchez a China, la segunda en poco más de un año, es el hecho de que Moncloa haya definido al gigante asiático como un defensor de la "paz" solamente unas horas antes de que Kurt Campbell, secretario de Estado adjunto de los Estados Unidos, avisara durante distintas reuniones en Bruselas de que China está ofreciendo ayuda militar "muy sustancial" a Rusia en su guerra contra Ucrania.
La Comisión Europea ha contado con el apoyo crucial de un grupo de Estados miembros para lanzar, mantener y concluir su investigación anti-subsidios contra los vehículos eléctricos chinos. Las pesquisas terminaron con una decisión de Bruselas de establecer aranceles adicionales dejándolos cerca del 50%, ya que ya tenían un arancel del 10%. Estas medidas se deben confirmar en una votación en el Consejo de la UE en octubre en la que cada apoyo será fundamental. Ahora España, que ha sido uno de los Estados miembros que han apoyado a la dirección general de Comercio del Ejecutivo comunitario en su cruzada, parece haber cambiado de bando.