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La Generalitat de Salvador Illa, el Hard Rock Café y la fiscalidad de ciencia ficción
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La Generalitat de Salvador Illa, el Hard Rock Café y la fiscalidad de ciencia ficción

La primera medida fiscal anunciada por el nuevo Govern controlado por el PSC afecta a la tasa sobre las ganancias de un casino hoy inexistente y que difícilmente verá la luz

Foto: La consellera de Territori y portavoz de la Generalitat, Silvia Paneque. (EFE/Q. G.)
La consellera de Territori y portavoz de la Generalitat, Silvia Paneque. (EFE/Q. G.)
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No empieza bien Salvador Illa en términos económicos su singladura como presidente de la Generalitat. La primera medida económico-fiscal que ha anunciado ha sido endurecer la fiscalidad del Hard Rock Café, el gran proyecto de juego, turismo y ocio en Tarragona, que en teoría supone una inversión de 2.000 millones. El juego de los casinos en Cataluña está sujeto a una tasa en sus ganancias del 55%. En su momento, la Generalitat lo rebajó al 10% para el casino del Hard Rock Café, la misma ventaja que se ofreció a Sheldon Adelson con Eurovegas, otro proyecto que nunca vio la luz.

Esta semana la portavoz de la Generalitat y consellera de Territori, Sílvia Paneque, fue a La Ser y anunció que se elevará la fiscalidad y que “es más que posible que haga que la viabilidad económica de este proyecto esté en duda”. Los Comunes se apresuraron a sacar pecho, ya que esto demostraba que el pacto PSC-Comuns para investir a Illa estaba perfectamente engrasado. Esto no es malo en sí mismo. Es malo porque no es real.

Desde 2012, la política catalana vive instalada en la ficción. Y esta práctica parece adictiva. Tanto es así que llega el constitucionalismo al poder y la primera medida que anuncia es reducir la fiscalidad de un proyecto que no existe, con la esperanza de que el inversor se retire. De nuevo, políticos catalanes tratando a los votantes como si fueran niños.

Se da la circunstancia de que fue en 2012, cuando la política catalana se entregó a lo que luego el magistrado Manuel Marchena definiría en su sentencia como "ensoñación", cuando se inició el proyecto de Hard Rock Café. Pensar que doce años después el proyecto sigue vivo, cuando los supuestos inversores no han puesto un euro real, es pura y simplemente un absurdo económico, pero rentable para los políticos.

Foto: Manifestación en Barcelona contra la ampliación de El Prat. (EFE/Alberto Estévez)

A los Comunes y la CUP les conviene asegurar que el proyecto está vivo. Les sirve para mantener las movilizaciones y el activismo. A los alcaldes de JxCAT y PSC en Tarragona les conviene lo mismo: vender la esperanza de una gran inversión que creará miles de puestos de trabajo. ¿Pero responde esto a la realidad?

No. Desde que se lanzó el proyecto ha habido varios intentos de relanzarlo, todos ellos fracasados. El último fue en 2020. Desde entonces, las conversaciones para que Criteria venda a Hard Rock Café los terrenos para construir el megaproyecto están en vía muerta.

En el sector inmobiliario catalán llaman a Hard Rock Café "Toro Sentado", una broma que ironiza sobre los verdaderos propietarios de la empresa, la tribu de los indios Seminolas de Florida, Estados Unidos. Toro Sentado era sioux, pero el chiste funciona porque es cierto que después de doce años Hard Rock Café no se ha levantado de la mesa.

Razones ocultas

La razón oculta es la misma que la propia Paneque aseguraba en la misma entrevista, al decir que "la tramitación sigue adelante". ¿Por qué sigue adelante si se quiere desincentivar el proyecto? Porque se trata de un juego en el cual quien se levanta pierde. Hard Rock Café sabe que, solo por mantenerse en la partida, tiene algo valioso: la licencia de juego que le concedió la Generalitat. La Generalitat sigue la tortuosa tramitación para que no puedan acusarla de haber incumplido la ley. Hard Rock Café podría cobrar por ese concepto unos 50 millones de euros, según algunas fuentes. El ejecutivo de Aragonès ya advirtió que había que evitar una indemnización, pero nunca la cifró.

¿Cambiará algo esta situación la subida fiscal del 10% al 55% en la tasa del casino de este proyecto? No. Para nada. Es una carga fiscal sobre un proyecto muerto. La Agencia Tributaria de Cataluña no ha ingresado nada por el Hard Rock Café y no ingresará nada, sea la tasa del 10% o del 55% para un casino que no existe. La primera medida fiscal del ejecutivo de Illa es una cortina de humo, pero servirá para que los Comunes puedan hacer algún tuit triunfalista. La política catalana parece incapaz de salir de este bucle.

Hard Rock sigue no para materializar la inversión sino para cobrar por la licencia

Que el Hard Rock Café en Tarragona sea un proyecto muerto no quiere decir que no resulte peligroso. Ada Colau forzó a los Comunes a tumbar los Presupuestos de la Generalitat para 2024 por culpa del Hard Rock Café, lo que provocó el adelanto electoral en Cataluña y dejó a España sin Presupuestos Generales del Estado. Da miedo pensar qué podría pasar si la inversión estuviera viva.

Hay alternativa

Habría alternativas, claro. Decirles la verdad a los ciudadanos de Tarragona, que votaron a favor del proyecto, dejando sin escaño en esa provincia en las elecciones del 12-M a la CUP y a los Comunes, los grandes críticos del Hard Rock. Explicarles que el modelo turístico actual no necesita un complejo que traiga jugadores de Asia, que en la práctica solo sería la guinda del pastel. Y que lo que hay que hacer es preservar y cuidar el modelo existente, que ya pivota alrededor de una gran infraestructura turística: Port Aventura.

Luego, abrir conversaciones con Hard Rock para negociar un pago adelantado, de manera que cobren 25 millones, por ejemplo, en lugar de 50 millones, a cambio de hacerlo antes. Total, 25 millones son pocos en comparación con los cerca de 300 millones que se calcula que tendrá que abonar la Generalitat cuando la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Supremo falle contra la Generalitat por el fiasco de la ATLL. Y eso sin los intereses de demora.

Pero, claro, eso sería tratar a los catalanes como adultos. En lugar de eso, se prefiere seguir alimentando la ficción y esperar a que Toro Sentado se levante de la mesa. Algo que, por cierto, no ha pasado en los últimos doce años.

No empieza bien Salvador Illa en términos económicos su singladura como presidente de la Generalitat. La primera medida económico-fiscal que ha anunciado ha sido endurecer la fiscalidad del Hard Rock Café, el gran proyecto de juego, turismo y ocio en Tarragona, que en teoría supone una inversión de 2.000 millones. El juego de los casinos en Cataluña está sujeto a una tasa en sus ganancias del 55%. En su momento, la Generalitat lo rebajó al 10% para el casino del Hard Rock Café, la misma ventaja que se ofreció a Sheldon Adelson con Eurovegas, otro proyecto que nunca vio la luz.

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