Se cumplieron los temores: el nombramiento de Escrivá es un jarro de agua fría dentro del BdE
La elección genera dudas sobre la independencia de la institución. Existe temor por el futuro de los directores generales de los puestos clave, especialmente el de Economía y Estadística
La sombra de Escrivá, que sobrevolaba el Banco de España, se ha materializado esta semana. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha impuesto al ministro de Transformación Digital como nuevo gobernador de la entidad sin dar margen de negociación al Partido Popular. La decisión ha generado una notable preocupación dentro del banco, porque hay temor a perder la independencia ganada en los últimos años.
Desde que España perdió su soberanía monetaria y una buena parte de las labores de supervisión de la banca, transferidas al Banco Central Europeo, el BdE se ha convertido en un gran "think tank", define un alto cargo de la entidad. Para ejercer esa labor, es imprescindible que sea independiente, de lo contrario, los informes tenderán a aplaudir las decisiones y prioridades del Ejecutivo.
"El mayor problema no es que Escrivá salte directamente desde el Gobierno, sino que fue el encargado de aprobar reformas trascendentales para el futuro financiero y económico del país", apunta otra fuente. Se refiere a la reforma de pensiones adoptada cuando era ministro de Seguridad Social. La indexación de las pensiones al IPC ha deteriorado todas las previsiones de déficit de largo plazo realizadas por entidades independientes, tanto públicas como privadas. Existe unanimidad en que esta decisión supone un riesgo para el sostenimiento de la deuda pública a largo plazo.
El Banco de España ha señalado reiteradamente su preocupación por el impacto de la reforma. "¿Se abstendrá Escrivá cuando tenga que votar sobre los informes de pensiones?", se pregunta esta misma fuente. "¿Aceptará que el banco mantenga una posición de preocupación por la sostenibilidad del Sistema?". La respuesta genera consenso dentro del banco: Escrivá no va a enmendar su propia reforma.
El Gobierno ha defendido reiteradamente que la entidad tiene garantizada su independencia por su propio estatuto. Sin embargo, algunos miembros de la entidad señalan que existen palancas para que Escrivá pueda ejercer su mando. O, al menos, redirigir el rumbo de la entidad. El más importante es el cambio de los altos cargos que tiene actualmente el banco.
El Gobierno ha defendido reiteradamente que la entidad tiene garantizada su independencia por su propio estatuto
Estas fuentes señalan a un puesto clave, el que tiene más visibilidad pública dentro de la entidad, el de director general de Economía y Estadística. Actualmente ocupa el puesto Ángel Gavilán, designado por el exgobernador Pablo Hernández de Cos, tras la salida al BCE de Óscar Arce.
Gavilán ya dirigía el área de Economía y Estadística del banco cuando fue criticado por Escrivá por "falta de sofisticación". Se refería así a la valoración realizada por el BdE de la reforma de las pensiones en su informe anual correspondiente al año 2021. El banco advertía de que la reforma "requerirá de nuevas actuaciones en el futuro por el lado de los ingresos, de los gastos o de ambos". A Escrivá no le gustó que el banco señalara que la reforma estaba incompleta y que requeriría de ajustes a futuro.
Ese futuro ya está aquí. En el año 2025 el Gobierno tendrá que revisar las previsiones a largo plazo de ingresos y gastos empleando el informe del Ageing Report de la UE y, en caso de que exista un deterioro, aplicar ajustes por la vía de los ingresos, los gastos, o ambos.
El director de Economía y Estadística es el responsable último de la mayoría de informes periódicos con trascendencia pública que publica el banco a lo largo del año. Es, más allá del gobernador, la cara visible del banco para los periodistas y el gran público. Pero también es quien acompaña al gobernador a las reuniones de política monetaria en el BCE. Esto es, se trata de un cargo de máxima relevancia dentro de la entidad. Sería, por tanto, la pieza clave para Escrivá a corto plazo.
Es cierto que el BdE tiene un estatuto que blinda su autonomía a través de las diferentes direcciones generales. Por ejemplo, el Comité Ejecutivo no tiene potestad para modificar las previsiones económicas trimestrales que realiza la dirección de Economía. Pero si Escrivá consigue nombrar a directores afines, su control se extenderá significativamente, como ha ocurrido en el pasado con otros gobernadores. Este es el movimiento que temen ahora las fuentes consultadas.
Los presupuestos
La llegada de Escrivá al BdE coincidirá con semanas de alta intensidad en el banco. La próxima semana se celebra una importante reunión de política monetaria en el BCE en la que, previsiblemente, se decidirá una bajada de los tipos de interés. Escrivá tendrá voz y voto en esa reunión, aunque las fuentes consultadas recuerdan que las decisiones de política monetaria se adoptan por amplias mayorías.
El día 17 de septiembre el BdE publicará su próximo informe trimestral, que incluye una actualización de sus previsiones económicas. Este es un informe que tiene una importante repercusión pública y cuya elaboración ya está muy avanzada.
Por último, y si todo marcha según los planes del Gobierno, la primera gran intervención de Escrivá será la defensa del proyecto de presupuestos generales del estado. El gobernador del BdE es el primero en comparecer en las comisiones de presupuestos del Congreso y del Senado para desmenuzar el contenido de las cuentas públicas. Es más, su comparecencia es una de las más relevantes, junto con la de la Autoridad Fiscal (AIReF).
Escrivá tendrá que ayudar a los diputados y senadores en la interpretación de los impactos del proyecto de presupuestos, incluyendo previsiones de déficit, sostenibilidad fiscal o efectos macroeconómicos. Una comparecencia clave que los gobernadores elaboran a conciencia.
Escrivá tendrá que ayudar a los diputados y senadores en la interpretación de los impactos del proyecto de presupuestos
En los próximos meses y años habrá otro hecho clave que alterará profundamente la situación fiscal de España: la reforma de la financiación autonómica y la concesión de una singularidad a Cataluña. Las investigaciones que realice el Banco de España sobre esta reforma también serán fundamentales para que la sociedad conozca sus implicaciones.
En definitiva, esta labor de think tank que ha adquirido el banco desde que cedió la mayor parte de sus competencias al BCE es ahora la esencia de la entidad. Ninguna entidad privada española posee el capital humano que tiene el BdE y este es su gran activo. En los últimos años, este capital se ha enfocado a analizar las preocupaciones sociales (pensiones, SMI, deuda, productividad, reformas…), pero esto no siempre fue así. En el pasado, los esfuerzos se destinaban a cuestiones muy técnicas con escaso impacto social para no molestar a los gobiernos. Volver a ese ostracismo y la irrelevancia es la gran preocupación de los trabajadores del banco.
La sombra de Escrivá, que sobrevolaba el Banco de España, se ha materializado esta semana. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha impuesto al ministro de Transformación Digital como nuevo gobernador de la entidad sin dar margen de negociación al Partido Popular. La decisión ha generado una notable preocupación dentro del banco, porque hay temor a perder la independencia ganada en los últimos años.
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