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La financiación hace agua y ensancha las diferencias de deuda pública entre CCAA
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PIERDEN VALENCIA, MURCIA Y C-LM

La financiación hace agua y ensancha las diferencias de deuda pública entre CCAA

La financiación de las CCAA, lejos de ser equilibrada, está afectando de forma muy desigual a las regiones. En particular, y de forma negativa, a las CCAA peor financiadas. Las tres con menos recursos del Estado son las más endeudadas.

Foto: Exterior del Mercado Central de Valencia. (EFE/Kai Forsterling)
Exterior del Mercado Central de Valencia. (EFE/Kai Forsterling)
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Los datos están aquí y son inapelables. En 2009, cuando se aprobó el último sistema de financiación de las CCAA, la diferencia entre la región más endeudada (Comunidad Valenciana) y las menos endeudadas del régimen común (Asturias y Murcia) era equivalente a 11,1 puntos de sus respectivos PIB. Quince años después las cosas son muy diferentes. La Comunidad Valenciana continúa siendo la más endeudada (41,5% del producto interior bruto), pero en el polo opuesto está Canarias, que acumula una deuda que representa el 11,7% de su riqueza generada en un año (datos correspondientes al primer trimestre de 2024). Es decir, la distancia se ha ensanchado hasta casi 30 puntos de PIB, lo que significa que el diferencial prácticamente se ha triplicado.

La mayor distancia, lógicamente, tiene que ver con las diversas políticas económicas practicadas por los gobiernos regionales desde que en 2009 se aprobó el sistema vigente, que debía haber sido revisado y renovado en 2014, pero también con la naturaleza del propio sistema de financiación, que tiene perdedores y ganadores. O lo que es lo mismo, no todas las regiones obtienen el mismo saldo una vez aplicado el modelo vigente.

No es casualidad, de hecho, que algunas de las regiones que más han incrementado su endeudamiento en los últimos años sean, precisamente, las que están peor financiadas, según los cálculos de Fedea. Este es el caso de la Comunidad Valenciana, que ha elevado su endeudamiento en nada menos que 25,6 puntos porcentuales de su PIB durante ese periodo, o Murcia, que lo ha hecho en nada menos que 26,4 puntos. Es decir, ha incrementado su endeudamiento por cinco en apenas 15 años. El triángulo lo completa Castilla-La Mancha, cuya deuda pública ha crecido en 20,4 puntos porcentuales (hasta el 31,5%) en sólo tres lustros. En Canarias, que tiene un sistema fiscal propio, por el contrario, el endeudamiento apenas ha crecido 5,9 puntos porcentuales.

Ni siquiera en los periodos de expansión económica se produce un estrechamiento

A la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) le ha llamado la atención este hecho, y en un reciente informe ha recordado que estas "diferencias significativas" en los niveles de endeudamiento en relación al PIB "se han ido ampliando notablemente en los episodios de crisis". Lo peor, viene a decir la AIReF es que ni siquiera en los periodos de expansión económica se produce un estrechamiento de los niveles de deuda. Por el contrario, lo que revelan los datos del Banco de España es que los notables incrementos de la deuda que se observan en los periodos de recesión van acompañados de "cierta histéresis". O lo que es lo mismo, nula resistencia a la baja en los tiempos de expansión económica.

Causas y consecuencias

Las causas del fuerte incremento de la deuda regional (se ha pasado del 11,1% del PIB al 22,2%) son múltiples, pero no parece casualidad que las tres regiones peor financiadas (Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha) sean, precisamente, las que más han incrementado el endeudamiento. También lo ha hecho Cataluña (18,3 puntos), pero en este caso su financiación está en línea con el resto en términos efectivos y teniendo en cuenta la llamada población ajustada, es decir, factores como el envejecimiento, la dispersión geográfica o la despoblación. Como tampoco es casualidad que Murcia y la Comunidad Valenciana sean las dos únicas regiones españolas que no han recuperado todavía los niveles de deuda previos a la pandemia.

No es irrelevante este hecho. Entre otras razones, porque la Ley de Estabilidad (heredera de la reforma del artículo 135 de la Constitución pactada en su día entre el PSOE y el PP) establece que la deuda de las comunidades autónomas, un objetivo hoy por hoy imposible para más del 90% de ellas, no debe superar el 13% de su PIB.

Esto quiere decir nueve puntos menos que ahora. Sin embargo, cuatro regiones (Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla-La Mancha y Cataluña) están por encima del 30%. Por lo tanto, una enorme dispersión que hace que las diferencias interregionales sean muy significativas, sin que el actual sistema haya sido capaz de cambiar el statu quo pese a que la propia ley (artículo 13.2) deja claro que "la Administración Pública que supere su límite de deuda pública [el 13%] no podrá realizar operaciones de endeudamiento neto".

La insuficiencia financiera de las regiones peor financiadas no es gratis. Por el contrario, supone una merma en su autonomía de gestión. El 92% de la deuda pública de la Región de Murcia está, por ejemplo, en manos del Gobierno central, que en 2012 puso en funcionamiento una serie de mecanismos de financiación que permiten al Estado endeudarse por ellas. La ventaja es que eso posibilita a los gobiernos financiarse más barato, pero a cambio de perder autonomía. Así, por ejemplo, la Comunidad Valenciana, otra de las regiones peor financiadas, tiene el 88,3% de su deuda en manos del Estado, mientras que en el caso de Castilla-La Mancha baja hasta el 80,2%.

Foto: María Jesús Montero con Pere Aragonès en 2019. (EFE)

También en este aspecto las diferencias regionales son abismales. Mientras que Madrid, Navarra y el País Vasco (en estos dos últimos casos con un sistema de financiación propio) esquivan al Estado a la hora de financiarse, Galicia, Canarias, Asturias y Castilla y León sólo dependen marginalmente, al contrario que Cantabria (92,9%) y Cataluña (85,2%).

Estas diferencias son las que lejos de reducirse se han ampliado sin que el sistema de financiación haya sido reformulado desde su puesta en funcionamiento en medio de la anterior crisis financiera, lo que provocó una explosión de deuda pública que ahora se ha consolidado. No sólo en el Estado, sino también en el conjunto de las regiones, aunque de una forma muy desigual, en lo que tiene mucho que ver el todavía vigente sistema de financiación autonómica.

Los datos están aquí y son inapelables. En 2009, cuando se aprobó el último sistema de financiación de las CCAA, la diferencia entre la región más endeudada (Comunidad Valenciana) y las menos endeudadas del régimen común (Asturias y Murcia) era equivalente a 11,1 puntos de sus respectivos PIB. Quince años después las cosas son muy diferentes. La Comunidad Valenciana continúa siendo la más endeudada (41,5% del producto interior bruto), pero en el polo opuesto está Canarias, que acumula una deuda que representa el 11,7% de su riqueza generada en un año (datos correspondientes al primer trimestre de 2024). Es decir, la distancia se ha ensanchado hasta casi 30 puntos de PIB, lo que significa que el diferencial prácticamente se ha triplicado.

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