España dispara las importaciones de crudo de Venezuela en un segundo trimestre récord

La invasión de Ucrania reabrió las puertas de Occidente al petróleo venezolano. Después de tres años de durísimo embargo norteamericano, replicado a este lado del charco, Joe Biden decidió en mayo de 2022 levantar progresivamente las sanciones que pesaban contra el régimen de Nicolás Maduro. La Rusia de Vladímir Putin se convirtió entonces en el objetivo principal, mientras el caudillo caribeño se apuntalaba en el poder con nuevas divisas. Algunas de ellas proceden de España, que no solo fue recuperando los niveles de compras habituales en 2023, sino que en el segundo trimestre de 2024 ha disparado las adquisiciones hasta registros inéditos.

Venezuela, que estos días está en el foco internacional por el presunto fraude electoral perpetrado por Maduro en las últimas elecciones presidenciales, es ya el noveno proveedor de nuestro país en lo que va de año, con 1,36 millones de toneladas y una tendencia al alza. En mayo, de hecho, fue el tercero, con el dato mensual más alto (662.000 toneladas) en dos décadas; en junio, se quedó quinto, con 371.000. Son datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), encargada de preservar la seguridad del suministro nacional.

La estrategia de Estados Unidos, que recuperó en abril algunas de las sanciones para presionar al régimen chavista de cara a los comicios, se ha demostrado fallida. Mientras las potencias occidentales clamaban por unas elecciones justas, Maduro les seguía colocando su petróleo como con normalidad. En junio, de hecho, las exportaciones de Venezuela batieron récords de los últimos cuatro años, según los datos reportados por la agencia de noticias financieras Bloomberg.

Es cierto que en julio cayeron un 31%, a mínimos de 17 meses, y Estados Unidos podría imponer medidas adicionales si no mejora la transparencia del proceso electoral. Los bonos de la corrupta petrolera estatal, PDVSA, han caído tras los comicios, lo que demuestra el miedo que tiene el mercado a que la inestabilidad política en el país acabe afectando a la renaciente industria petrolífera. Sin embargo, no ha sido la primera potencia del mundo, sino China, que redujo un 55% las compras, la responsable de ese hundimiento.

De momento, Cores no ofrece cifras de las importaciones españolas en el séptimo mes del año, pero el balance de la primera mitad del ejercicio y, muy especialmente, del segundo trimestre no puede ser más contundente: España, que ya en octubre de 2023 había pedido que la Unión Europea levantase las medidas correctivas, se ha convertido en un gran negocio para el régimen.

Es imposible saber a ciencia cierta cuánto dinero ha entrado este año en el Estado caribeño gracias a sus exportaciones a nuestro país. Sería hacer las cuentas de la lechera. Pero lo cierto es que los volúmenes, por sí mismos, llaman la atención. El período entre abril y junio, con más de un millón de toneladas importadas, batió el récord de compras en un segundo trimestre, de acuerdo con la serie histórica de Cores, que empieza en 1996. Triplicó con creces los datos del año pasado, cuando España volvió a comprar petróleo venezolano tras un bienio de sequía impuesto por las sanciones.

1,4 millones de toneladas

Es cierto que los suministros tienen un carácter muy irregular, por lo que cuanto más se amplíe el rango temporal, más clara se aprecia la evolución. Por eso los datos de la primera mitad del año (enero-junio) se antojan mucho más representativos. Con casi 1,4 millones de toneladas, España importó en cantidades que no se veían desde 2015, y que se sitúan en los niveles que eran habituales durante la década pasada.

En otras palabras: las importaciones no solo han recuperado guarismos previos a las sanciones, sino que se encaminan a las épocas de mayor apogeo de las relaciones energéticas entre ambos países, que se dieron durante los gobiernos del socialista José Luis Rodríguez Zapatero —ahora con un papel controvertido como observador en el país, siempre muy próximo a las posiciones del chavismo— y el popular Mariano Rajoy.

No hay que olvidar que la española Repsol es una de las empresas que se han beneficiado del levantamiento de las sanciones tras la guerra en Ucrania. Según publicó Bloomberg, la compañía no se ha visto afectada por la reimposición de las medidas el pasado abril, y está enviando petróleo extraído en Venezuela a sus refinerías españolas. También a Estados Unidos, pese a que la norteamericana Chevron es otro de los gigantes occidentales que opera en la nación caribeña. Gracias a un reciente acuerdo con PDVSA, Repsol podrá producir 20.000 barriles al día a través de una de sus tres joint ventures en el país, el doble que hasta ahora.

Según los datos remitidos por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Venezuela extrajo en julio 852.000 barriles de petróleo, un 7% más que en el mes anterior. Es el noveno productor del club.