La mujer que más sabe de las Golden Visa: "Casi nadie las acaba quitando, es puro electoralismo"
Kristin Surak es socióloga y ha dedicado sus últimos años de carrera a estudiar cómo el comercio de ciudadanías afecta a la desigualdad global y se ha convertido en un mercado clave
La semana pasada, el Gobierno de Pedro Sánchez volvía a la carga con un tema recurrente. El fin de las Golden Visa, que se anunció hace más de tres meses, se llevaría a cabo pronto y sería incluso más tajante. Eso sí, aún no está claro cuándo se hará efectivo. Pero a Kristin Surak no le sorprendería que nunca se acabase suspendiendo. "Es lo mismo que se está viendo en Portugal. No es más que una medida electoralista y tiene un impacto tan pequeño que no interesa más allá de los votos. Pero es verdad que se ha convertido en un símbolo y por eso los políticos lo mencionan", cuenta.
Esta socióloga del London School of Economics es a día de hoy una de las mayores expertas en los programas de Golden Visa en el mundo. Es la autora del primer análisis etnográfico de la venta de ciudadanías a nivel mundial y ha dedicado sus últimos años a estudiar la relación de este mercado con la desigualdad. Su libro, The Golden Passport, es el resultado de seis años de trabajo sobre estos proyectos en todo el planeta. Un comercio cada vez más profesionalizado que no solo habla de las Golden Visa, sino también de los Golden Passport, la venta de ciudadanía por inversión.
Gracias a sus análisis se puede ver cómo este comercio ha pasado de ser algo oscuro y muy mal visto a un aspecto económico clave para muchas pequeñas naciones como las islas del Caribe o el Mediterráneo. Países como España, asegura, son poco más que una moneda de cambio en el terreno político y una medida fallida. "Mientras en las pequeñas naciones llega a suponer cerca del 50% de su inversión extranjera, en las grandes naciones europeas apenas tiene impacto, para bien o para mal y se mantiene sobre todo por un lobby inmobiliario que es uno de los pocos que saca beneficios de esto", detalla.
Ahora, con el debate instaurado en media Europa por los problemas de vivienda, su opinión es clara, da igual que se deje o se quite, el precio de la vivienda no va a bajar por esto. "Si te pones a mirar, los principales compradores de inmuebles en países como España o Portugal son los propios europeos. Ni siquiera los chinos o los rusos son un número tan importante como para mover el mercado. Pero claro, nadie va a salir a decir que hay que prohibir que estos europeos compren viviendas en nuestro país".
PREGUNTA. ¿Qué piensas de la decisión de España y algún otro país europeo de acabar con las Golden Visa?
RESPUESTA. Bueno, seamos sinceros. ¿Cuántos países han parado realmente el programa? Reino Unido e Irlanda lo hicieron hace unos años, Portugal lo anunció pero aún no lo ha aprobado y lo mismo pasa con España. Llevan tiempo anunciándolo porque queda muy bien como lema electoral pero no se animan a hacerlo.
P. ¿Se va a quedar así entonces?
R. Honestamente no lo veo claro, pero es que hay que poner todo esto en perspectiva. Los temas migratorios son siempre muy fáciles de politizar, y en los últimos años hemos visto un aumento en la importancia de los temas migratorios en las cuestiones electorales. Pero este proyecto no trae más de 7.000 personas, si sumamos solicitantes y familia, al país. Para una nación como España son números muy pequeños, no llegan al tamaño de un pueblo grande. ¿Se puede acabar con esto? Sí, se puede. Pero no es el asunto clave que los políticos quieren vender.
P. Es algo más simbólico.
R. Eso es. Suena bien decir que no vamos a dejar que los ricos compren su ciudadanía. Pero creo que los verdaderos problemas migratorios en España son otros. Es cierto que es un programa que deja dudas, la mayor preocupación es el mercado inmobiliario y lo que las personas adineradas pueden hacer en términos de distorsionar dicho mercado. Pero nuevamente, los números en este programa son tan bajos que no van a ser el principal motor de ninguna desestabilización inmobiliaria. Y como siempre ocurre con el mercado inmobiliario, el impacto está muy determinado por el barrio y la ciudad.
Además, no sé si es el caso en España, pero sí sé que en Portugal pasa, los mayores compradores extranjeros de inmuebles son los franceses. Es muy probable que en España sea parecido, con todos los visitantes que reciben del norte de Europa. Los europeos compran propiedades caras e impactan en el mercado, pero nadie dice que tenemos que detener a esos malvados europeos que compran nuestro país.
La mayor preocupación es el mercado inmobiliario y lo que las personas adineradas pueden hacer en distorsionándolo
P. Y si el impacto es tan pequeño, ¿por qué los países mantienen estos programas?
R. Primero es que seguramente haya un lobby inmobiliario detrás. Las personas que están ganando dinero con las Golden Visa, obviamente quieren que continúen. Pero más allá, el segundo punto clave es que la política migratoria es en general incoherente. Piensa que ahora mismo el país que más pasaportes vende en el mundo es Turquía. Es el mismo país que lidera la acogida de refugiados. La razón detrás de ambas políticas es el dinero, porque la Unión Europea ha pagado a Turquía nueve mil millones de euros para mantener a los refugiados a raya. Es un gran ejemplo de esa incoherencia. Cada país tiene grupos de intereses o grupos de burócratas que deciden sobre qué van a hacer: vamos a hacer esto para los estudiantes, o necesitamos esto para los profesionales, o necesitamos la Ley Beckham, que la tenéis allí en España. Y todo esto se hace en diferentes momentos por diferentes razones. La cosa es que una vez que están ya en las leyes, son difíciles de cambiar.
P. Bueno, aquí se habla mucho también de que estas visas se utilizan para limpiar dinero. Con casos como el de los rusos.
R. Obviamente el caso de los rusos es complejo, pero de nuevo creo que hay más simbolismo que otra cosa. No se sabe si muchos de estos rusos quizá solo quieren la ciudadanía española para salir del régimen de Putin, no son defensores de su gobierno. Luego creo que en España está el caso de los chinos. La mayoría de los ciudadanos del gigante asiático que optan por esta opción es porque quieren diversificar sus negocios, no buscan nada más. Pero es que el caso de las Golden es tan curioso que el siguiente país que más las adquiere en Portugal, después de chinos y rusos, es Estados Unidos. E incluso ha llegado a estar en el primer puesto.
Los estadounidenses, que dirías que es un país desarrollado que no necesita la ciudadanía portuguesa para nada, ahora la buscan más que nunca. Las razones pasan por su gusto por Europa y el impacto que tuvo el covid a la hora de limitar sus movimientos. Pero también hay razones políticas. Ante la situación de su país se buscan esta segunda opción. Es una inversión con el plus de ganarte una segunda ciudadanía, por lo que podría pasar. Además en un lugar que te encanta y del que disfrutas. Lo tiene todo.
P. Hablando de Estados Unidos, hay muchas pequeñas naciones que anuncian sus programas como puentes para luego entrar en EEUU. Como la isla de Granada, por ejemplo.
R. Sí, pero hay que diferenciar entre programas. Una cosa es la ciudadanía por inversión o Golden Passport. Y otra es la Golden Visa o residencia por inversión. La ciudadanía es difícil de revocar. Es generalmente de por vida. Es hereditaria. Las visas doradas son solo un permiso de residencia. No obtienes el pasaporte. No puedes ni siquiera pasar esto a tus hijos.
Los pasaportes dorados para un país como Granada son súper interesantes. No recuerdo las cifras exactas, pero alrededor del 10% del PIB de su nación proviene de los pasaportes dorados. Es una cifra enorme en un país con una población de unas 80.000 o 100.000 personas. Pero tiene mucho sentido porque tienen que importar todo, así que convierte su pasaporte en motor económico. Es un buen documento porque ofrece acceso sin visa a la zona Schengen, con él puedes viajar a Europa e intentar entrar en EEUU. Eso sí, para evitar problemas tienen verificaciones de antecedentes bastante exhaustivas. Hay cuatro niveles de verificación y contratan empresas que hacen las verificaciones de antecedentes. En general, los programas de ciudadanía por inversión tienen un gran trabajo detrás. Con las visas, mientras el dinero sea limpio, estás bien.
P. Imagino que en esos países no es algo controvertido, pero aquí tenemos mucho debate sobre si estas visas son algo solo para ricos, que los pone por delante de otros inmigrantes. Como que al final solo importa el dinero.
R. Bueno, de nuevo hablamos de lo que es aceptable y lo que no. De políticas y decisiones. Actualmente, en el mundo se considera que está bien seleccionar a las personas según sus habilidades y conexiones familiares. Hace ciento cincuenta años, los países podían seleccionar según la raza y eso era considerado aceptable. Sin embargo, ahora, si dices que no vas a aceptar personas negras y que vas a poner un examen de lengua española, se ve fatal. Al revés ocurre si decimos que queremos personas altamente calificadas o que necesitamos un programa temporal de trabajo para nuestros campos de fresas.
Los inversionistas con dinero están en el nivel más alto de toda la cadena, el más privilegiado. Es controversial solo porque no demuestran habilidades. Solo dinero. No digo que esté bien o mal tener dudas sobre esta forma de operar, yo solo lo veo como socióloga y analizo a través de estos programas cómo funciona a día de hoy la globalización.
P. ¿Cómo?
R. Las Golden Visa nos muestran el mercado de la ciudadanía a nivel mundial. La mayoría de los solicitantes son de países donde hay inestabilidad política, pero pueden ganar dinero. Ahí tenemos a los estadounidenses, a los rusos, a los chinos. Ahora, nadie elige el país en el que nace, es la ciudadanía que te toca. Y esa ciudadanía tiene un gran impacto en lo que puedes hacer globalmente. Así que, los interesados en estos programas quieren tener más opciones y los países negocian con ello. Si por casualidad naciste en España, tienes una gran ciudadanía porque tienes los beneficios de la ciudadanía de la UE. Tienes muchas opciones diferentes solo porque naciste allí. Y hay gente dispuesta a pagar mucho por conseguir lo mismo. Para mí, lo más interesante de todo esto es ver qué nos dice sobre la naturaleza de las desigualdades en el mundo actual.
"Los españoles no piensan en las opciones que dan estos programas porque tuvieron la suerte de nacer en un país muy rico"
P. O sea, los españoles somos unos privilegiados.
R. Justo. Los españoles no piensan en las opciones que dan estos programas porque tuvieron la suerte de nacer en un país muy rico con grandes beneficios de ciudadanía, así que no tienen necesidad de multiplicar esas opciones. Además, un trabajador español muy mal pagado podría ir a Francia sin problema. Pero ahora vamos a verlo desde la posición de un colega mío, nigeriano, graduado de la Universidad de Harvard y con un trabajo en NYU. Fue invitado a dar una conferencia magistral en Francia. Comenzó el proceso de solicitud de la visa con tres meses de anticipación. Presentó su contrato, su cuenta bancaria, pero aún así no le dieron la visa. Esto es imposible para un español, da igual qué clase social tenga ni cómo sea su vida, no tiene que preocuparse por eso. Y no es algo que dependa de sus logros, sus habilidades... Se trata del lugar donde sus padres estaban cuando él nació. Ese es el privilegio. Y se puede comerciar con él.
P. Bueno, aquí hay un debate muy grande por las grandes fortunas que se están yendo a Andorra.
R. Sí, es un tema muy interesante para observar estos fenómenos. Los países realmente beneficiados por estos programas son los microestados, porque esta población de un millón de personas o menos, puede hacer mucho económicamente comerciando con su ciudadanía. Yo estaba hasta hace nada en Mauricio. Es una población de alrededor de 1,3 millones, tal vez 1,5 millones. Tienen un programa de residencia por inversión como el de España. Con él han conseguido atraer unas 700 solicitudes este año. Es realmente significativo, pues cerca del 30% o 40% de la Inversión Extranjera Directa proviene de ahí. Además, es un país que necesita obtener divisas extranjeras, tienen que importar casi todo, por lo que este dinero extranjero les viene genial.
El caso es similar al de Andorra aunque este último es un país obviamente muy bien desarrollado por dónde está. Pero también se beneficia mucho de estos movimientos y estos programas. Y hay que tener algo claro. Conseguir un impacto así en un país como España es imposible.
P. Pero hay mucha gente que ve esos países como el futuro deseable. Que deberíamos ir hacia esos modelos.
R. Sí, es un poco como los debates sobre las escuelas privadas. Mucha gente piensa que las escuelas privadas son mejores. Los estudiantes ingresan a universidades de alto rango con más facilidad, no tienen problemas con las drogas, menos choques, etc. Pero parte de eso se debe a que los estudiantes con muchos problemas en casa, estudiantes de familias menos ricas donde puede haber muchos desafíos a los que se enfrentan, están en otro lado, en la escuela pública. Y creo que eso es lo que tienes en Andorra frente a España. Por supuesto tu nivel medio se va resentir con una economía tan grande como la de España, pues tienes que contar con las personas con muchos desafíos. Personas que también necesitan asistencia e infraestructura. Andorra, como un colegio privado, puede externalizar a todas esas personas a España y hacer que crucen la frontera solo para limpiar las casas de los ricos emprendedores tecnológicos. Pero España no puede hacer eso, tiene que tener las escuelas públicas.
Los beneficiados son los microestados porque puede hacer mucho económicamente comerciando con su ciudadanía.
P. Bueno, no sé si esto va a convencer a mucha gente de que no hay que ir hacia el modelo de los microestados.
R. Yo no puedo decir cuál es la mejor opción. Como socióloga solo lo analizo y pongo las cosas en perspectiva. Por ejemplo, algo que se nos olvida en esta época es que según el derecho internacional no existe el derecho de salir de un país. Tenemos el derecho de entrar a un país en el que somos ciudadanos. Esto estaba muy presente hace unas décadas, cuando en la Guerra Fría se limitaba muchísimo la salida. Si vivías en un bloque comunista, era muy difícil salir. Ahora, esas restricciones se han abierto bastante, solo quedan casos muy concretos. De repente las verdaderas restricciones están en entrar a países más que en salir de ellos. Es una transformación histórica que debemos analizar.
La semana pasada, el Gobierno de Pedro Sánchez volvía a la carga con un tema recurrente. El fin de las Golden Visa, que se anunció hace más de tres meses, se llevaría a cabo pronto y sería incluso más tajante. Eso sí, aún no está claro cuándo se hará efectivo. Pero a Kristin Surak no le sorprendería que nunca se acabase suspendiendo. "Es lo mismo que se está viendo en Portugal. No es más que una medida electoralista y tiene un impacto tan pequeño que no interesa más allá de los votos. Pero es verdad que se ha convertido en un símbolo y por eso los políticos lo mencionan", cuenta.
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