El consumo de los hogares españoles todavía no ha salido de la crisis del covid
España es uno de los tres países europeos que todavía no ha conseguido recuperar los niveles de consumo reales previos a la pandemia porque los hogares prefieren ahorrar
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La economía española sigue marcando registros históricos. En el segundo trimestre del año se alcanzaron los 21,7 millones de ocupados, el dato más alto nunca visto, y la tasa de paro cayó a mínimos en 15 años, situándose en el 11,3%. Sin embargo, la percepción de la realidad económica que tienen los hogares está lejos de los niveles históricos. De hecho, el consumo total de los hogares está todavía por debajo de los niveles existentes antes de la pandemia.
Aunque el gasto total sí se ha recuperado, lo ha hecho como consecuencia de la inflación. Sin embargo, el consumo real, esto es, la cantidad de bienes y servicios que compran las familias, todavía está por debajo de los registros de 2019. España es uno de los tres países de la eurozona que sigue en esta situación cinco años después. El consumo total de los hogares en el primer trimestre del año alcanzó los 212.000 millones de euros, un incremento del 17,2% respecto al mismo periodo de 2019. Sin embargo, en estos años la inflación ha aumentado un 18,3%, lo que significa que el consumo real sigue siendo un 1% inferior.
Los otros dos países europeos que están todavía por debajo de los registros de consumo prepandemia son Alemania, que ha vivido una importante crisis por la guerra en Ucrania, e Italia, cuya economía lleva dos décadas de estancamiento. Por el contrario, el crecimiento del consumo real en la eurozona es del 2,1%, según los últimos registros publicados por Eurostat este mismo viernes.
Las cuentas de los sectores residentes muestran que los hogares españoles siguen optando por la prudencia a pesar de los buenos datos macroeconómicos. En España se impone el ahorro, tanto para los hogares como para las empresas. Los años de los excesos de la burbuja inmobiliaria siguen pesando con fuerza sobre las decisiones de consumo de los agentes.
Los datos son todavía peores si se considera el consumo per cápita. Porque España ha aumentado mucho la población gracias a la inmigración, pero se trata de ciudadanos cuyo nivel adquisitivo y, por tanto, su consumo, están por debajo de la media nacional. En total, el consumo per cápita ha aumentado un 13% en España, el peor dato de toda la eurozona. Si se tiene en cuenta que la inflación aumentó en este periodo algo más del 18%, el resultado es que el consumo real por habitante sigue siendo un 5% inferior al que había antes de la pandemia. Solo hay un país en la eurozona que haya sufrido una caída mayor: Alemania.
Estos datos muestran que la calidad de vida en España está todavía lejos de los niveles de 2019. Una buena parte del aumento de la renta disponible se ha ido a pagar la subida de los alquileres y la inflación de los alimentos, lo que provoca que el aumento de los salarios sea un espejismo.
La paradoja
Aunque el consumo siga lejos de los niveles de 2019, la renta disponible de las familias sí que ha crecido por encima de la inflación en España. En concreto, la renta per cápita se situó en 4.672 euros en el primer trimestre del año, un 25% más que en el mismo periodo de 2019.
Esto significa que los hogares españoles han ganado casi un 6,8% de poder adquisitivo en estos cinco años. Es una subida incluso superior a la que ha experimentado el conjunto de la eurozona, que ha sido del 4,2%. Esto significa que el pobre desempeño del consumo no se debe a la pérdida de renta de las familias, sino al aumento del ahorro.
Los hogares están ahorrando 14 de cada 100 euros que ingresan. Sin embargo, antes de la pandemia era mucho más bajo, situándose por debajo de 7 euros. Esto significa que los hogares están ahorrando más del doble que antes del covid. De hecho, el grueso del crecimiento de la renta disponible se está destinando al ahorro.
Se trata de un cambio de comportamiento muy relevante. En parte se debe a cómo se distribuye esa renta, que está creciendo más entre las clases altas y los jubilados, que son quienes tienen mayor propensión al ahorro. Pero más allá de la distribución de la misma, existe también una mayor preferencia por el ahorro, que podría ser consecuencia de la subida de los tipos de interés, o simplemente, una estrategia precautoria ante los episodios de crisis que se han sucedido en los últimos años.
Solo el tiempo dirá cuál es la verdadera causa del ahorro de los hogares. Y lo que es más importante, si ha venido para quedarse. Si es así, será un cambio estructural muy relevante para la economía española, que pasará de estar volcada en la demanda interna a las exportaciones (sobre todo, de servicios).
La economía española sigue marcando registros históricos. En el segundo trimestre del año se alcanzaron los 21,7 millones de ocupados, el dato más alto nunca visto, y la tasa de paro cayó a mínimos en 15 años, situándose en el 11,3%. Sin embargo, la percepción de la realidad económica que tienen los hogares está lejos de los niveles históricos. De hecho, el consumo total de los hogares está todavía por debajo de los niveles existentes antes de la pandemia.