El nombre de Escrivá genera preocupación en el personal del Banco de España

La filtración del candidato elegido por Moncloa para ocupar el cargo de gobernador ha generado una cascada de reacciones en el mundo de la política, de la economía, y también dentro del propio Banco de España. Y no porque sea un nombre inesperado. José Luis Escrivá lleva tiempo en las quinielas y es bien conocida su predisposición a ocupar el cargo. El motivo es que se trata de un perfil que genera preocupación dentro de la entidad por su carrera política reciente y, sobre todo, por su perfil polémico.

Diversos miembros del Banco de España consultados muestran su preocupación por el candidato elegido por el presidente del Gobierno. Aunque prefieren mantener sus nombres en el anonimato, las opiniones van desde "cautela" hasta "inquietud". Escrivá ha sido ministro de Sánchez desde el año 2020 y ha contado con el respaldo del presidente en sus pugnas con otros ministros, tanto del PSOE como de Unidas Podemos. Sánchez siempre ha confiado en Escrivá y sería un candidato de su máxima confianza. Pero lo que hasta ahora ha servido al ministro de Transformación Digital y Función Pública para sobrevivir políticamente, es lo que más dudas genera sobre su eventual independencia al frente del banco.

Después de años de travesía por el desierto, la entidad ha logrado recuperar su reputación bajo el mandato del exgobernador, Pablo Hernández de Cos, y existe una gran resistencia interna a perder ese terreno conquistado a la injerencia política.

El personal del Banco también recuerda las críticas que ha realizado Escrivá a la institución en los últimos años. La entidad ha sido implacable en sus informes sobre las políticas económicas del Gobierno, y en los últimos meses incluso ha planeado realizar una labor más estrecha de supervisión macroeconómica.

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Una de las críticas más duras que pronunció Escrivá contra el Banco de España fue a propósito de la reforma de pensiones. En ese momento, Escrivá era el ministro de la Seguridad Social y acusó al BdE de realizar un análisis "poco sofisticado". El informe del Banco llegaba a la conclusión de que la reforma ahondaba en el déficit del sistema, lastrando así a la solvencia de las pensiones. Una conclusión que, por otra parte, ha sido refrendada por la Comisión Europea y el Ministerio de Economía.

El Banco recomendó diseñar mecanismos de ajuste automáticos ante las desviaciones del déficit, lo que desató el enfado de Escrivá. "Que me hable a mí de reglas… Las reglas automáticas no funcionan en ningún sitio", abroncó el ministro.

El personal del Banco considera que ni el tono ni el contenido de la intervención de Escrivá eran apropiados. Además, destacan que sus números y conclusiones fueron refrendadas posteriormente incluso por el propio Ministerio de Economía. Temen, por tanto, que la entidad pueda perder independencia a la hora de analizar las políticas adoptadas por el Gobierno. ¿Cómo podrían volver a realizar un análisis independiente sobre las cuentas de la Seguridad Social? Por ejemplo, en el año 2025 podría ser necesario aplicar medidas correctoras por el exceso de déficit en la Seguridad Social, tal y como dejó firmado el ministro Escrivá, ¿podría hacer el Banco una valoración imparcial de esta reforma tan relevante?

Su pasado en la AIReF

Aunque el nombramiento de Escrivá genera preocupación por su trayectoria como ministro, el personal del Banco de España también es consciente de que en su pasado cuenta con un haber muy importante: el desarrollo de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Fue el primer presidente de esta institución que nació impuesta por la Comisión Europea durante la crisis financiera y consiguió dotarla de una gran independencia frente al gobierno que le había nombrado, el de Mariano Rajoy.

Escrivá fue implacable en su labor supervisora de las cuentas públicas y señaló públicamente al ministro que le había nombrado, Cristóbal Montoro, en numerosas ocasiones por inflar sus previsiones de ingresos. Eran los años en los que España incumplía reiteradamente los objetivos de déficit fijados por Bruselas y Escrivá era el primero en alertar de la “mala técnica presupuestaria” del ministro. Escrivá llevó su lucha por la independencia de la institución hasta la Comisión Europea.

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Es cierto que Escrivá nunca tuvo una relación cercana al Gobierno de Rajoy ni al ministro Montoro, al contrario de lo que ocurre actualmente con Sánchez. Pero también es cierto que su relación con el resto de ministros económicos es muy mejorable. Por este motivo, conservan un resquicio de esperanza en que Escrivá vuelva a defender, a capa y espada, la independencia de otra institución.

Más allá del baile de nombres que han surgido en los últimos meses para ocupar el cargo de gobernador, el personal del Banco de España coincide en la urgencia de la decisión. La situación de interinidad está generando un importante coste interno que sufre el personal de la casa. Hay decisiones bloqueadas a la espera de un nuevo gobernador, problemas a los que no se les busca solución e incluso incertidumbre sobre el futuro laboral de los trabajadores. Por esto, confían en que Moncloa y el PP lleguen a un acuerdo antes del verano para solucionar la parálisis actual.