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La mitad del incremento de la recaudación se debe a la inflación y la subida de salarios
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Aumenta la presión fiscal

La mitad del incremento de la recaudación se debe a la inflación y la subida de salarios

Un estudio de la AIReF confirma que la mayor parte del incremento de los ingresos tributarios procede de la subida de los precios y la progresividad en frío del IRPF

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE/Fernando Alvarado)
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE/Fernando Alvarado)
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Una de las características más reseñables de la crisis económica provocada por la pandemia y la inflación ha sido el excepcional comportamiento de los ingresos tributarios. Históricamente, España sufría un fuerte desplome de la recaudación cuando la situación económica se complicaba, pero en esta ocasión ha salido de la crisis con unos ingresos públicos récord. En el año 2021, la Agencia Tributaria ya había superado los niveles de recaudación de 2019, y en 2023 estará ya casi un 30% por encima de los niveles prepandemia.

Este comportamiento contrasta con el menor crecimiento acumulado del PIB en este periodo, ya que en 2023 apenas estará un 3% por encima de los niveles de 2019 en términos reales. Esta gran diferencia era un indicio de que el gran crecimiento de la recaudación no era consecuencia del crecimiento económico y ahora la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha puesto números a esa hipótesis en un documento técnico. La mitad del crecimiento de la recaudación de 2022 y el que está por venir en 2023 es consecuencia de la inflación y la subida de los tipos efectivos del IRPF por el avance de los salarios.

Estos números confirman el incremento de la carga fiscal que están soportando las familias que, con el mismo nivel de renta o levemente superior, están soportando un importante incremento de su factura tributaria. Por ejemplo, en el año 2022 los ingresos de la AEAT crecieron un 14,4% respecto al ejercicio anterior. De esta cuantía, seis puntos porcentuales (el 42% del total) fue consecuencia de la inflación. Esta subida de precios se traduce en mayor pago del IVA, mayores beneficios unitarios para las empresas, o incluso subidas de salarios y prestaciones públicas para compensar el encarecimiento del nivel de vida.

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE/Raúl Caro)

En el caso del IRPF, las subidas de la renta pueden implicar también saltos de tramo hacia niveles con unos tipos impositivos más elevados. Esto se produce principalmente por la llamada progresividad en frío, esto es, la subida de impuestos que implica saltar de tramo aunque el salario real sea el mismo o incluso inferior (una vez que se deflacta). También tiene un efecto marginal el efecto composición del mercado laboral por la entrada de trabajadores con mayores salarios que soportan un tipo efectivo superior.

Este efecto de mayor carga impositiva por la subida de los tipos efectivos que pagan los trabajadores y los pensionistas provocó un incremento de la recaudación total (de todos los impuestos) del 1,4% en 2022, lo que equivale a casi el 10% del incremento de la recaudación de ese año. En definitiva, la suma de la recaudación extra que aportó la inflación y las subidas de salarios suponen algo más de la mitad del incremento de los ingresos tributarios (un 51%).

Y para 2023 este porcentaje será incluso superior, según las previsiones de AIReF. El motivo es que la inflación se está trasladando intensamente a los salarios, lo que dispara así la recaudación del IRPF. La Autoridad Fiscal estima que la inflación aportará el 47% del incremento de la recaudación, mientras el incremento de los tipos efectivos por la subida de tramos en el IRPF será responsable de casi el 17%. En total, la inflación y su efecto sobre los salarios serán responsables de casi el 65% del incremento de la recaudación de la Agencia Tributaria este año.

Por el contrario, el crecimiento económico aportó el 40% del incremento de la recaudación en 2022 y en 2023 se reducirá al 26%. De esta forma, la desaceleración de la economía no impedirá que los ingresos tributarios sigan creciendo rápidamente, dando margen al gobierno de turno para elaborar presupuestos cada vez más cuantiosos. E incluso creando espacio fiscal para bajadas de impuestos en el futuro.

La incógnita

La AIReF también señala que hay una parte de la recaudación que no viene explicada por los indicadores económicos. El buen desempeño de los impuestos excede incluso al crecimiento económico y a la inflación. Es lo que la Autoridad Fiscal denomina "variación no explicada" y su origen sigue siendo una incógnita: afloramiento de economía sumergida, mala medición de la contabilidad nacional, cambios temporales en el comportamiento de los contribuyentes, etc. Lo que es cierto es que esta recaudación ha sido clave en el control del déficit público, pero hay una gran incertidumbre sobre su evolución futura: ¿se trata de un incremento estructural de la recaudación o se volverá a perder a medida que la situación económica se normalice?

Esta variación no explicada tuvo un papel clave en la recaudación de los años 2021 y 2022, ya que aportó algo más del 15% de los ingresos tributarios extra de cada año. Si se compara con el año 2019, este incremento no explicado ha aportado casi un punto del PIB a la recaudación pública (un 0,8%), cuatro veces más que el efecto del crecimiento económico real.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Bruselas. (EFE/EPA/Stephanie Lecoq)

La AIReF calcula que este incremento de la recaudación se consolidará en el tiempo, aumentando así el peso de los ingresos públicos sobre el PIB. Por ejemplo, como consecuencia de economía sumergida que haya aflorado ya de forma permanente. Sin embargo, no prevé que se vaya a mantener la progresión de los últimos dos años, esto es, que no vaya a seguir aflorando economía en B. Esto significa que esta variación no explicada se estancará y ya no generará mayor progresión que los cambios que se generaron durante la pandemia.

En estos años también se han aprobado importantes rebajas de impuestos para ayudar a las familias a superar la crisis inflacionista. Estas medidas tuvieron un coste recaudatorio equivalente a 0,1 puntos del PIB en 2021 y de 0,3 puntos del PIB en 2022, mientras que en 2023 ya tendrán un efecto negativo marginal por su paulatina desaparición. Esto significa que, en suma, las ayudas fiscales tendrán un impacto similar a la subida de los tipos marginales del IRPF por la no deflactación de los tramos en estos tres años. Pero la diferencia es que el efecto del IRPF seguirá vigente hasta que un gobierno deflacte los tramos, mientras que los beneficios fiscales de la crisis inflacionista están ya desapareciendo.

Estas medidas tuvieron un coste recaudatorio equivalente a 0,1 puntos del PIB en 2021 y de 0,3 puntos del PIB en 2022

A largo plazo, la AIReF considera que la elasticidad de la recaudación al crecimiento del PIB es próxima, aunque un poco superior, a la unidad. Esto significa que los ingresos públicos avanzan a un ritmo levemente superior al de las bases macroeconómicas, generando así un incremento de la presión fiscal en el tiempo, aunque muy reducido. En concreto, esta elasticidad es de 1,04 sobre un 1% de crecimiento económico. Esta elasticidad es ligeramente superior a la unidad en el caso de los impuestos directos (en buena medida por la progresividad en frío del IRPF) y ligeramente inferior a la unidad en el caso de los impuestos indirectos. De esta forma, a largo plazo y en ausencia de otras medidas, el peso de la imposición directa tiende a ganar peso frente a la indirecta, algo que se ha observado claramente desde que comenzó la pandemia. Esto genera una mayor progresividad fiscal, pero aleja a España de los estándares de la Unión Europea.

Una de las características más reseñables de la crisis económica provocada por la pandemia y la inflación ha sido el excepcional comportamiento de los ingresos tributarios. Históricamente, España sufría un fuerte desplome de la recaudación cuando la situación económica se complicaba, pero en esta ocasión ha salido de la crisis con unos ingresos públicos récord. En el año 2021, la Agencia Tributaria ya había superado los niveles de recaudación de 2019, y en 2023 estará ya casi un 30% por encima de los niveles prepandemia.

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