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El 'ranking' de la gestión económica de las CCAA en la legislatura de las dos crisis
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Radiografía de los cuatro años

El 'ranking' de la gestión económica de las CCAA en la legislatura de las dos crisis

A nivel autonómico se cierra una legislatura de gasto público disparado, con el crecimiento concentrado en las regiones más ricas y turísticas y las más retrasadas, reduciendo su tasa de pobreza

Foto: Centro logístico para las elecciones locales y autonómicas. (EFE/Chema Moya)
Centro logístico para las elecciones locales y autonómicas. (EFE/Chema Moya)
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En medio de una campaña marcada por los debates populistas, los presidentes de las distintas comunidades autónomas se juegan su reelección ante un electorado que también pasará la factura a la gestión económica realizada, que marca el bienestar de su población. Este análisis se centra en cinco indicadores clave: el gasto sanitario y educativo (las dos competencias clave de las CCAA), el déficit público como medida de la responsabilidad fiscal, la creación de empleo como aproximación al crecimiento económico y la tasa de pobreza.

Una de las particularidades de la legislatura que se termina es el gran incremento del gasto público que han realizado las regiones como consecuencia del incremento de la recaudación y de las transferencias extraordinarias que ha realizado el Gobierno central a las regiones. Los presidentes autonómicos han contado con un presupuesto más elevado, lo que les ha permitido incrementar el gasto sanitario (en un 1% del PIB de media aritmética) y en educación (un 0,3% del PIB). Aunque hay grandes diferencias entre regiones, todas ellas han elevado su gasto.

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Otra de las claves de la legislatura es que el crecimiento económico se ha concentrado en las grandes ciudades, con Madrid a la cabeza, y en los destinos turísticos, especialmente en las islas. El peor desempeño se ha producido en las comunidades del interior y el norte del país, en toda la zona de la España vacía, desde Aragón hasta Castilla y León. Una de las comunidades que más destaca es Canarias, que tras el nuevo convenio económico firmado por el Gobierno de Mariano Rajoy, ha contado con más recursos que ninguna otra región para elevar el gasto y reducir el déficit.

En paralelo se han desplegado medidas sociales de calado, como la subida del Salario Mínimo Interprofesional, la creación del Ingreso Mínimo o la activación del escudo social. Estas políticas han posibilitado apuntalar la renta de los hogares situados en el tramo más bajo de la distribución. Lo que ha permitido reducir significativamente los niveles de pobreza en las comunidades peor situadas, como son Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía o Canarias.

Para este análisis se ha tenido en cuenta la situación económica de todas las CCAA, aunque las elecciones autonómicas sean solo en doce de ellas. Los datos de ejecución presupuestaria de 2023 se obtienen a partir de las previsiones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) elaboradas a partir de los presupuestos autonómicos aprobados, por lo que no están disponibles los datos para el País Vasco.

El crecimiento económico

La legislatura de la pandemia es también la de los grandes contrastes. Las regiones más dinámicas, las más dependientes del exterior (por las exportaciones y el turismo) fueron las más afectadas por los confinamientos, mientras que las volcadas en el interior de España y en la agricultura fueron inmunes a la crisis económica. En mitad de la pandemia destacaban Extremadura, Castilla-La Mancha, el norte de Andalucía y Murcia como los motores del empleo.

Sin embargo, con la vuelta a la normalidad sanitaria, las regiones con más músculo económico volvieron a recuperar su posición preponderante. Madrid destaca por encima de las demás regiones, ya que ha aumentado el empleo un 10% durante la legislatura (desde el primer cuatrimestre de 2019 hasta el primero de 2023), siendo la única CCAA que alcanza un avance de doble dígito. En total, ha creado uno de cada cuatro empleos nuevos de España, lo que suponen 31.000 nuevos ocupados. Madrid sale de la pandemia con una posición todavía más favorable que con la que entró, ya que está concentrando la actividad de las empresas más innovadoras. Esto es, los sectores de futuro están aglutinados en Madrid, en buena medida porque es donde se instalaron las multinacionales al llegar a España.

El otro motor del empleo ha sido el turismo, renacido tras la pandemia. Los principales destinos nacionales han recuperado su máximo esplendor, especialmente en los destinos de sol y playa. Además, este año de altas temperaturas durante la primavera ha permitido a estos destinos comenzar su temporada antes de lo habitual. Esto explica que Valencia, Murcia, Canarias, Baleares y Andalucía figuren entre los territorios que más empleo han creado en los últimos cuatro años.

Foto: Fotografía de la Barceloneta al atardecer. (Reuters/Nacho Doce)

En el extremo opuesto se sitúan las comunidades de la España despoblada. Los peores registros vuelven a darse en Asturias, una región que lleva más de dos décadas en continuo declive. Su empleo apenas ha crecido un 2,8%. Le siguen, por delante, Extremadura, Castilla y León y Galicia, que no llegan al 4% de creación de empleo. Estas zonas, con mayor peso del sector primario, sufrieron menos la pandemia, pero su rebote tras la misma también ha sido inferior, volviendo a colocarse a la cola del país en términos de crecimiento.

Gasto sanitario y educativo

A pesar de la difícil gestión que han tenido que realizar las comunidades autónomas como consecuencia de la pandemia, su tarea ha sido más sencilla gracias a los ingentes recursos públicos de los que han dispuesto. En un primer momento fue el Estado quien asumió el déficit de las CCAA para que no sufrieran la merma de ingresos que provocó la pandemia. Posteriormente, la crisis inflacionista disparó la recaudación de algunos de los principales impuestos que nutren las arcas autonómicas, incluyendo el IVA y el IRPF.

El resultado es que todas las CCAA han aumentado el peso del gasto sanitario y educativo en el PIB. En promedio, las regiones han elevado en 1 punto el gasto en sanidad y en 0,3 puntos el educativo si se comparan los presupuestos aprobados para 2023 con el gasto realizado en 2018. A la cabeza del incremento del gasto se sitúa Canarias, con 2,2 puntos adicionales de gasto sobre el PIB, de los cuales, 1,5 puntos son de sanidad y 0,7 puntos, de educación. Si esta comunidad ha podido aumentar tanto el gasto es porque comenzó la legislatura con un gran superávit, del 2% del PIB, gracias a la mejora del convenio que se firmó durante los años de Mariano Rajoy.

Las comunidades que ya tenían un peso elevado del gasto sobre PIB en educación y sanidad son las que más lo han elevado. Canarias se sitúa ya en tercera posición a nivel nacional, por detrás de Extremadura y Murcia, tras elevar su gasto en 1,3 puntos del PIB.

En el extremo opuesto se sitúa Madrid, que sigue agrandando la brecha de gasto sanitario y educativo con el resto de España. En esta legislatura, solo Aragón ha aumentado en menor porcentaje el gasto en estas dos partidas. En concreto, Madrid ha gastado 0,6 puntos del PIB más en sanidad y 0,2 puntos en educación. Se queda, por tanto, a menos de la mitad del esfuerzo de gasto que las comunidades líderes: 6,8 puntos frente a los 15,5 puntos de Extremadura.

Cataluña también se encuentra entre las CCAA que más ha elevado su gasto sanitario y educativo durante la legislatura, alejándose de Madrid y aproximándose a la media nacional. En concreto, es la tercera que más ha incrementado su gasto con 1,7 puntos adicionales, 1,3 puntos para sanidad y 0,4 para educación.

Déficit público

El incremento del gasto público no ha provocado un aumento del déficit generalizado, ya que la recaudación también se ha disparado en este periodo. En 2018 los recursos de las CCAA eran equivalentes al 14,9% del PIB y en 2023 alcanzarán el 15,6% del PIB, según las previsiones de la AIReF. Y eso teniendo en cuenta que el PIB será un 18% superior. En definitiva, los ingresos de las regiones habrán aumentado en nada menos que un 23%. No ha sido necesaria una actualización del sistema de financiación autonómica para dotar de más músculo presupuestario a las regiones, ha sido suficiente con la recaudación gracias al crecimiento y a la inflación.

Aún así, diez comunidades autónomas seguirán en déficit público este año, según las previsiones de la AIReF a partir de los presupuestos ya aprobados. Y hay siete CCAA que han empeorado su saldo fiscal en esta legislatura. El peor saldo es el de Canarias, que ha dado salida a casi todo su superávit, pasando del 2% al 0,5% previsto para este año 2023. Otras, como Galicia o Navarra, han pasado de tener superávit a un pequeño déficit público.

Una de las comunidades que destaca en esta categoría es Murcia. Como se ha visto en el apartado anterior, es una de las regiones que más ha elevado su gasto en sanidad y educación, pero lo ha hecho agravando aún más su déficit público. En 2023 la AIReF espera que cierre con un saldo negativo del 1,6% del PIB, lo que la colocaría como la peor comunidad de España, por delante de la Comunidad Valenciana.

Cuatro comunidades autónomas cerrarán con superávit este año: Baleares, Canarias, Asturias y Andalucía. Son la excepción en un sector que todavía tiene los deberes por hacer para equilibrar sus cuentas y reducir la deuda pública que han acumulado.

Tasa de pobreza

Uno de los hitos de la economía española durante los últimos cuatro años es la reducción de la tasa de pobreza a nivel nacional. Se ha conseguido en un contexto difícil, el de la pandemia, que multiplicó la desigualdad de mercado (previa a la redistribución pública). Las medidas del escudo social, la creación del Ingreso Mínimo Vital o las subidas del Salario Mínimo Interprofesional, han permitido mejorar la renta de los ciudadanos situados en los tramos más bajos de la distribución. Son medidas que poco tienen que ver con la labor de los presidentes autonómicos, pero de las que se pueden beneficiar, ya que una buena parte de su población ha visto cómo mejoraban sus ingresos.

El resultado es que la tasa de riesgo de pobreza se ha reducido en las comunidades autónomas más retrasadas, acercándolas a la media nacional. En Extremadura la tasa de pobreza desde la encuesta de 2018 hasta la de 2022 del INE se redujo en 7,6 puntos porcentuales. Aún así, su tasa de pobreza sigue por encima del 30%, 10 puntos por encima de la media nacional.

Los niveles de pobreza también se han reducido de forma significativa en Cantabria, Castilla-La Mancha, Valencia o Andalucía. Por el contrario, se han incrementado en Asturias, Navarra, Castilla y León o Cataluña.

En casi todas las CCAA se redujo el número de personas que declaran llegar con dificultad a final de mes. Destaca Cantabria por encima de las demás, con un descenso de 19 puntos porcentuales, seguida de Murcia y Baleares, con una caída de 15 puntos. Este indicador solo empeoró en Aragón, con un aumento de 2 puntos porcentuales.

Inflación

La inflación es otra de las claves de la legislatura que se acaba. Los hogares han perdido renta disponible real de forma acelerada por la subida de precios en el tramo final de la legislatura. Ninguna CCAA ha registrado un incremento de sus precios inferior al 12%.

El mejor dato lo obtiene Madrid, con una inflación acumulada desde el inicio de 2019 hasta el inicio de este año del 12,8%, seguida por Cataluña, con un 13,9%. En el extremo opuesto se sitúan las dos Castillas, en Castilla-La Mancha los precios se han disparado casi un 17% y en Castilla y León, un 16%.

La subida de los alimentos ha sido incluso más intensa, con un alza que va desde el 25% de La Rioja, hasta el 30% de Extremadura. En definitiva, ninguna comunidad se ha librado de sufrir la crisis inflacionista.

En medio de una campaña marcada por los debates populistas, los presidentes de las distintas comunidades autónomas se juegan su reelección ante un electorado que también pasará la factura a la gestión económica realizada, que marca el bienestar de su población. Este análisis se centra en cinco indicadores clave: el gasto sanitario y educativo (las dos competencias clave de las CCAA), el déficit público como medida de la responsabilidad fiscal, la creación de empleo como aproximación al crecimiento económico y la tasa de pobreza.

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