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Alemania afila los cuchillos para el debate sobre las nuevas reglas fiscales de la UE
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Alemania afila los cuchillos para el debate sobre las nuevas reglas fiscales de la UE

El Gobierno alemán se está moviendo para reducir la capacidad de maniobra de la Comisión Europea en las nuevas reglas fiscales de la Unión

Foto: Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE/Lavandeira Jr)
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE/Lavandeira Jr)

Alemania está preparándose para una dura batalla en la reforma de las reglas fiscales de la Unión Europea. Mientras la Comisión Europea está preparando sus retoques finales a la propuesta legislativa a partir de la cual habrá de negociarse la nueva gobernanza económica del bloque, desde Berlín la señal que envían es clara: lo que ven por ahora no les está convenciendo para nada y están preparados para dar la batalla durante la difícil negociación política que se lanzara cuando Bruselas ponga su propuesta sobre la mesa.

La última señal la ha enviado Christian Lindner, ministro de Finanzas alemán, en una columna en el Financial Times. En ella, el líder del sector liberal del Gobierno alemán subraya una posición que su ministerio ya expresó en un non-paper circulado a principios de abril: quieren que la reforma cuente con hitos numéricos mucho más claros y reducir la capacidad de maniobra de la Comisión Europea y del resto de los Estados miembros para acordar la senda de reducción de la deuda.

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El origen de la batalla está en la forma de entender la aplicación de las reglas fiscales. La Comisión Europea quiere abrir un nuevo capítulo en el que sean los Estados miembros los que tomen la responsabilidad de marcar sus planes de reducción de deuda siguiendo unos objetivos marcados por Bruselas y en el que los análisis de sostenibilidad de la deuda jugarán un papel fundamental para establecer la senda a seguir. Esas fueron las ideas iniciales lanzadas en noviembre por Bruselas y sobre las que los ministros de Finanzas acordaron un mínimo consenso en marzo para que la Comisión Europea construyera una propuesta legislativa sobre esa base, no sin cierta resistencia de Alemania en el Eurogrupo.

Los técnicos comunitarios saben que los hitos numéricos son fundamentales para Berlín y, de hecho, esa es una de las razones por las que se quedan inmóviles los dos grandes pilares del Pacto de Estabilidad y Crecimiento: que los Estados miembros tengan que tener su déficit por debajo del 3% y la deuda pública por debajo del 60%. Pero la propuesta del Ejecutivo comunitario elimina la polémica norma de la reducción de 1/20 de la deuda pública anual. Alemania está de acuerdo en que pueda eliminarse ese hito de reducción de deuda, pero en su non-paper de principios de mes dejó claro que consideraba necesario un “punto de referencia cuantitativo común”.

Lindner teme que sin los hitos numéricos claros "el tema de la reducción de la deuda" termine "en un asunto de negociación política". Algunos expertos y analistas comparten las dudas del Gobierno alemán respecto a la neutralidad de los análisis de sostenibilidad de la deuda (DSA) que el ministro expresa en la columna. "La comisión ha hecho de la apropiación nacional del marco fiscal uno de sus objetivos de reforma. Pero esto solo se puede lograr si todos los Estados miembros se identifican con unos elementos centrales", escribe en su columna en el periódico británico. "La reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento no puede ser un fin en sí mismo. Solo es aceptable si realizamos mejoras significativas en el marco. De lo contrario, no sería aconsejable cambiar las reglas", lanza Lindner, dejando claro que la batalla política va a ser dura.

Para el Gobierno alemán, ese "punto de referencia cuantitativo común" consiste en una serie de clasificaciones para los países dependiendo del riesgo de su deuda. En el caso de países con un alto nivel de deuda pública, como por ejemplo es España, Berlín solicita una reducción de un 1% del ratio de deuda pública respecto al PIB cada año. Otros Estados miembros que se sitúen por encima del 60%, pero que no tengan una excesiva deuda pública, podrían reducir el ratio en un 0,5% anual. Además, Alemania también propuso que a aquellos países con más de un 60% del PIB de deuda pública se les añada un techo de gasto en el que este “tiene que aumentar más lentamente que el crecimiento potencial”.

La Comisión Europea necesita que los ministros encuentren un terreno común y eviten bloqueos para que las nuevas reglas fiscales puedan ser aceptadas antes de las próximas elecciones europeas de mayo de 2024, ya que, de lo contrario, la Unión se arriesgaría a afrontar un nuevo curso sin claridad respecto a las reglas presupuestarias. Pero el sector de los Estados miembros menos favorables a la propuesta actual del Ejecutivo comunitario nunca han tenido demasiada prisa por avanzar en el debate, sabiendo que el reloj corre a favor de sus intereses.

Alemania está preparándose para una dura batalla en la reforma de las reglas fiscales de la Unión Europea. Mientras la Comisión Europea está preparando sus retoques finales a la propuesta legislativa a partir de la cual habrá de negociarse la nueva gobernanza económica del bloque, desde Berlín la señal que envían es clara: lo que ven por ahora no les está convenciendo para nada y están preparados para dar la batalla durante la difícil negociación política que se lanzara cuando Bruselas ponga su propuesta sobre la mesa.

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