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Fiebre inversora por el biogás: la 'basura' se convierte en el nuevo oro de las renovables
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ESPAÑA DEBE DOBLAR SU CAPACIDAD

Fiebre inversora por el biogás: la 'basura' se convierte en el nuevo oro de las renovables

El tiempo apremia. El objetivo asumido por España para cumplir con el modelo energético europeo en 2030 es alcanzar al menos un 3,5% de la generación a través de biogases. Es un porcentaje menor en comparación con tecnologías maduras

Foto: Planta de biogás del parque tecnológico de Valdemingómez. (EFE/JJ Guillén)
Planta de biogás del parque tecnológico de Valdemingómez. (EFE/JJ Guillén)
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Es la hermana pequeña de las renovables, pero su protagonismo es creciente. La generación de energía a través de gas renovable, en sus vertientes biogás o biometano, empieza a traccionar de manera relevante. Apuestas como las de Goldman Sachs, que ha confiado 1.000 millones de euros al equipo formado por Álvaro Bergasa y Cristina Ávila para el desarrollo en España de Verdalia Bioenergy, demuestran la llegada del dinero institucional como nunca antes.

El gigante financiero estadounidense es el primero en ir a lo grande y lo hace de la mano de dos gestores con experiencia energética, pues hasta el año pasado fueron los primeros ejecutivos de Redexis, una de las cuatro grandes distribuidoras de gas del país (construida sobre la antigua red de gas de Endesa), de la que Goldman Sachs fue primer accionista entre 2010-18. Y no ha tardado en mover el dinero: acaba de comprar cinco plantas de biogás al fondo Aurea Capital.

Hasta ahora, el uso de biogás se ha ceñido al uso industrial de consumidores electrointensivos que a su vez eran proveedores

Como en la fase inicial de la fotovoltaica, lo que en realidad ha adquirido Verdalia Bioenergy son cinco proyectos en desarrollo (listo para construir), con una capacidad total de 150 gigavatios repartidos entre Castilla y León, Asturias, País Vasco y Cataluña. Ante la falta de activos de esta tecnología en producción, representan menos del 1% de la generación, los inversores toman posiciones comprando permisos: suelo, proveedor de residuo y conexión a la red de gas.

El tiempo apremia. El objetivo asumido por España para cumplir con el modelo energético europeo en 2030 es alcanzar al menos un 3,5% de la generación a través de biogases. Es un porcentaje menor en comparación con tecnologías maduras, sobre todo si se tiene en cuenta que eólica y fotovoltaica sumaron el 32,3% de la generación en 2022, pero implica que nuestro país tendrá que multiplicar casi por cuatro su capacidad instalada actual. Ahí está la oportunidad.

Hasta ahora, el uso de biogás se ha ceñido básicamente al uso industrial de consumidores electrointensivos que a su vez eran proveedores de la materia prima: residuos municipales, lodos de depuradora, residuos agrícolas y ganaderos, así como de la industria agroalimentaria. Sin embargo, desde el nuevo mandato de la UE ha cobrado sentido la transformación del biogás en gas enriquecido (biometano) para comercializarse a través de la infraestructura de gas natural (fósil).

El acceso a la red es capital, una vez que el biometano puede transportarse para su venta por el mismo tubo del gas natural

Hace solo unos días, la cotizada Ence anunció su compromiso para desarrollar seis plantas de biometano de la mano de la ingeniería vasca Sener. En total, el grupo energético y papelero, a través de su filial de gas, pretende vender al mercado hasta 300 GWh de energía renovable con este biogás depurado y generar otras 90.000 toneladas de biofertilizante destinado al uso agrícola. Esta partida se sumará a los otros 15 activos que ya tiene en fase de ejecución por toda la Península.

Fuera de nuestras fronteras, algunos gigantes energéticos como Total también dan pasos en esta dirección. La multinacional francesa anunció a principios de marzo la compra del productor polaco Polska Grupa Biogazowa (PGB), especializado en biogás y con una cartera en funcionamiento de 166 GWh gracias a 17 plantas (y otras 23 en desarrollo). Más que por la dimensión, la operación demuestra la apuesta por el potencial del país como referente para esta energía renovable.

Una de las palancas para este desarrollo la tienen los gestores de la infraestructura de gas. El acceso a la red es capital (punto de acceso), una vez que el biometano puede transportarse para su venta por el mismo tubo del gas natural, lo que no ocurre con el hidrógeno. En el caso de Enagás, gestor técnico del sistema y participada por SEPI, no ha querido quedarse al margen de esta fiesta y lleva tiempo apostando por el desarrollo de esta tecnología a través de su filial de gas renovable.

La basura se convierte así en la materia prima de una fuente de energía renovable

Hace solo unas semanas, la cotizada dirigida por Arturo Gonzalo anunció un acuerdo con la ingeniería valenciana Genia Global Energy para promover la producción de biometano a partir de residuos orgánicos. Esta plataforma colaborativa prevé implantar hasta el año 2030 al menos 10 plantas de producción con capacidad para generar hasta 1 TWh de energía renovable cada año y gestionar de manera sostenible más de 1,5 millones de toneladas de residuos.

La basura (deshechos ganaderos, agroindustriales, domésticos y lodos de depuradoras de agua) se convierte así en la materia prima de una fuente de energía renovable. Su uso sirve para el cumplimiento de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 y la Estrategia Energética de la Unión Europea 2030, así como para el Plan de Economía Circular de Europa sobre gestión de residuos. Un círculo virtuoso.

En el último año, los precios disparados del gas natural (topados hasta diciembre de 2023 tras el visto bueno de Bruselas a la excepción ibérica) han provocado que las fuentes energéticas alternativas capten el interés de los inversores y operadores. Sin embargo, más allá de esta coyuntura, la necesidad de cumplir con el mandato de la UE para 2030 y la oportunidad de extraer más valor de la gestión de los residuos hacen de la producción de biometano una realidad.

Nuestro país cuenta con capacidad para desarrollar hasta 170 plantas de generación de manera inmediata

Raúl Suárez, recién nombrado consejero delegado de Nedgia, filial de Naturgy para la gestión de su red de gas, tiene claro también el papel protagonista que puede jugar esta tecnología. En su opinión, nuestro país cuenta con capacidad para desarrollar hasta 170 plantas de generación de manera inmediata, por solo las cinco que hay en funcionamiento, con un impacto económico directo en la economía rural muy relevante (hasta 60.000 puestos de trabajo). Está todo por hacer.

Este horizonte de negocio hace que Sacyr, que ha puesto a la venta su filial de servicios Valoriza, solo se deshaga de un 49% de la parte de Servicios Ambientales (tratamiento y reciclaje de residuos). La operación ha despertado el interés de operadores como Urbaser o fondos de inversión como Apollo. La basura es también energía: el gigante alemán PreZero, del Grupo Schwarz (Lidl y Kaufland), produce desde la planta de Valdemingómez el 2% del gas consumido en Madrid.

Es la hermana pequeña de las renovables, pero su protagonismo es creciente. La generación de energía a través de gas renovable, en sus vertientes biogás o biometano, empieza a traccionar de manera relevante. Apuestas como las de Goldman Sachs, que ha confiado 1.000 millones de euros al equipo formado por Álvaro Bergasa y Cristina Ávila para el desarrollo en España de Verdalia Bioenergy, demuestran la llegada del dinero institucional como nunca antes.

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