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Vuelta a la normalidad: la desaparición de los 20 céntimos acaba con la prima de las gasolineras
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ESTUDIO DE 'NADA es GRATIS'

Vuelta a la normalidad: la desaparición de los 20 céntimos acaba con la prima de las gasolineras

El diésel se encareció seis céntimos por culpa de la subvención, que acabó en diciembre. Las estaciones capturaron 700 millones y el Estado 200 gracias a la mayor recaudación de IVA

Foto: Foto: EFE/Nacho Gallego.
Foto: EFE/Nacho Gallego.

Se ha escrito mucho sobre la subvención a los combustibles. Y casi siempre con la misma conclusión: es una medida regresiva que ha ayudado a concentrar el mercado y a aumentar los márgenes de las empresas distribuidoras, es decir, de las gasolineras. Hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) recogió esa sospecha en su último informe sobre España, al otorgarle más credibilidad a un estudio del laboratorio de ideas EsadeEcPol que al mensaje oficialista de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Sin embargo, hasta ahora no sabíamos lo que había ocurrido después. ¿Han seguido los márgenes de las compañías por encima de lo habitual tras el final del descuento? El primer artículo al respecto, que publican este miércoles los investigadores Juan Luis Jiménez, Jordi Perdiguero y José Manuel Cazorla-Artiles en Nada es gratis, corrobora que no.

Como si de un mal sueño se tratase, el precio del diésel ha regresado a su trayectoria natural tras el encarecimiento provocado por la ayuda, que finalizó el pasado 31 de diciembre. Durante los nueve meses que estuvo en vigor, el montante que se pagaba en la gasolinera fue, de media, seis céntimos superior al esperado por el modelo de los expertos: casi cinco por el incremento de los márgenes de las gasolineras y poco más de uno por la mayor recaudación por IVA que se llevó el Estado como consecuencia de ese encarecimiento. En otras palabras: las empresas capturaron la cuarta parte del descuento de 20 céntimos que aprobó el Gobierno para embridar la inflación.

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Sin embargo, tras el fin de la medida, los investigadores no aprecian resultados significativos que se desvíen de sus predicciones. Como es obvio, el gasóleo ha subido en las primeras semanas sin descuento, pero justo lo que tenía que subir por la ausencia de esa subvención y las variaciones del mercado. La prima de las gasolineras ha desaparecido, y la evolución de los precios vuelve a ser acorde a la que existía antes del 1 de abril de 2022, cuando entró en vigor. La anomalía de estos nueve meses se ha resuelto, un hecho que, según Jiménez, corrobora que el incremento inesperado de seis céntimos constituye una consecuencia directa de la ayuda.

Para conseguir estos datos, los expertos de Nada es gratis construyeron un grupo de control formado por Austria, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania y Eslovaquia. En estos países no se ha aplicado ningún descuento a los combustibles, lo que permite comprobar hasta qué punto las oscilaciones en los precios en España han estado influidas por el subsidio del Gobierno.

El modelo tiene en cuenta la variación de las cotizaciones del barril de petróleo Brent —de referencia en Europa—, el tipo de cambio y las particularidades de cada mes —lo que se conoce como estacionalidad— y de cada país. Con todos estos controles, y la evolución histórica de los precios que recoge el Boletín Petrolero de la Unión Europea, se puede hacer una estimación de cómo deberían haber fluctuado los precios en España. Y es de ahí de donde sale el sobrecoste de seis céntimos que todos los contribuyentes —consuman o no diésel— pagaron con sus impuestos.

Foto: La presidenta de la CNMC, Cani Fernández. (EFE/Román G. Aguilera)

¿A dónde ha ido a parar ese dinero? De los 4.233 millones de euros que costó la medida —siempre según los investigadores—, 925 se quedaron por el camino. Es decir, jamás llegaron a beneficiar a los consumidores a través de una rebaja del gasóleo. La mayor parte se la quedaron las empresas distribuidoras, que capturaron 723 millones del descuento. Sin embargo, una cantidad significativa regresó al Estado en forma de impuesto sobre el valor añadido.

A diferencia del tributo especial sobre los combustibles, que se mantiene constante en 7,2 céntimos por litro, independientemente de cuál sea el precio en el surtidor, el IVA aplica un tipo del 21% sobre el montante final. Cuanto más caro esté el diésel, más recaudación para Hacienda. De ahí que las arcas públicas hayan capturado más de 200 millones de euros por el aumento de los márgenes como consecuencia indeseada del subsidio.

Las conclusiones de los autores van en línea con lo estimado por otros estudios anteriores, que ya apuntaban a que las gasolineras se habían quedado con una parte del descuento. El informe del FMI tras la visita de los hombres de negro a España, publicado el pasado enero, ya se hacía eco de varios de ellos, con un rango de entre 3,7 y seis céntimos por cada litro de gasóleo A. Más recientemente, un informe de la fundación de las antiguas cajas de ahorros (Funcas) reducía la captura a 2,3 céntimos.

El misterio de la gasolina

Todos estos resultados se refieren al diésel. En cambio, los investigadores no han apreciado alteraciones en el mercado de la gasolina a raíz de la medida: los datos que han obtenido para este combustible no resultan significativos. Esto podría conducir a pensar que la inclusión de la cotización del Brent, y no la de cada uno de los carburantes, introdujo un sesgo en el estudio.

La volatilidad del diésel durante los últimos meses habría encarecido más el gasóleo A de lo que los investigadores supusieron tomando como referencia el barril de petróleo, y sería la responsable de esos seis céntimos que se atribuyen a los márgenes empresariales. Sin embargo, Jiménez aclara que la construcción del estudio se ha realizado por diferencias: si este sesgo se hubiese producido, también habría afectado al grupo de control y, por tanto, la brecha entre ambos —que es la que se explica por los efectos secundarios del descuento— se habría mantenido. No hay trampa ni cartón.

Foto: Un conductor reposta en una estación de servicio. (EFE/Luis Millán)

De hecho, el autor del estudio se muestra sorprendido por no haber podido corroborar la hipótesis de los márgenes también para la gasolina, como ofrecían los datos preliminares. Todos los estudios realizados hasta la fecha indican que las estaciones de servicio han capturado una porción de la ayuda en este combustible, aunque inferior a la del gasóleo. El FMI, por ejemplo, recopila un rango de entre 0,7 y 3,5 céntimos por litro, mientras que Funcas estima que las distribuidoras se han quedado dos céntimos.

Más allá de la cifra concreta, que depende del modelo utilizado en cada investigación, existe un consenso sobre una verdad incómoda: una parte del incremento de los márgenes de las gasolineras, que la CNMC sitúa en máximos históricos, es consecuencia directa del subsidio aprobado por el Gobierno. La medida más controvertida de todas cuantas se han tomado para paliar los efectos de la crisis energética —y la única que ya no se mantiene en vigor— ha supuesto una subvención indeseada a una industria que goza de beneficios históricos al calor de la guerra en Ucrania. Pero al menos no ha generado consecuencias estructurales: el estudio de Nada es gratis certifica que, desde el 1 de enero, la normalidad se ha vuelto a imponer.

Se ha escrito mucho sobre la subvención a los combustibles. Y casi siempre con la misma conclusión: es una medida regresiva que ha ayudado a concentrar el mercado y a aumentar los márgenes de las empresas distribuidoras, es decir, de las gasolineras. Hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) recogió esa sospecha en su último informe sobre España, al otorgarle más credibilidad a un estudio del laboratorio de ideas EsadeEcPol que al mensaje oficialista de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Sin embargo, hasta ahora no sabíamos lo que había ocurrido después. ¿Han seguido los márgenes de las compañías por encima de lo habitual tras el final del descuento? El primer artículo al respecto, que publican este miércoles los investigadores Juan Luis Jiménez, Jordi Perdiguero y José Manuel Cazorla-Artiles en Nada es gratis, corrobora que no.

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