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El FMI prevé una subida del PIB del 1,1% para España en 2023, la mitad que Calviño
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RUSIA CRECERÁ MÁS QUE ALEMANIA EN 2023

El FMI prevé una subida del PIB del 1,1% para España en 2023, la mitad que Calviño

España crecerá este año un 1,1% y un 2,4% el próximo. La estimación del FMI supone reducir a casi la mitad la última del Gobierno. El PIB global se recuperará ligeramente y la inflación tenderá a contenerse

Foto: La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

La economía española crecerá este año un 1,1% y el próximo un 2,4%. Esto, al menos, es lo que estima el Fondo Monetario Internacional (FMI), que de esta manera revisa ligeramente a la baja sus previsiones de octubre. En concreto, una décima menos para este año y dos para el próximo. En todo caso, muy lejos de lo que estima la vicepresidenta Calviño, que en el cuadro macroeconómico que acompaña a los presupuestos calculó un avance del PIB del 2,1%, prácticamente el doble. La previsión del Fondo, de hecho, está en línea con lo que estima el Banco de España, que en diciembre pronosticó un 1,3%, una tasa que es idéntica a la que dio el panel de los expertos de Funcas (19 institutos de coyuntura).

La economía española, con todo, seguirá creciendo en ambos ejercicios por encima de la media de la zona euro (un 0,7% y un 1,6%, respectivamente), lo que hay que vincular a que también la recuperación poscovid está siendo más retrasada. En todo caso, de cumplirse las estimaciones del FMI, el crecimiento en 2023 será el menor desde 2013, cuando la economía se contrajo un 1,4%.

El FMI no da detalles de los comportamiento de los distintos componentes del PIB, pero sus datos sugieren que la economía española irá de menos a más a lo largo del ejercicio, hasta acabar el año (cuarto trimestre sobre cuarto trimestre) con un crecimiento del 1,3%. Esto significa que en tasa anual, durante uno o dos trimestres, la economía avanzará por debajo del 1%, cifra que contrasta con el 5,5% que avanzó en 2021 y 2022 en media anual. Algo parecido debería ocurrir en 2024. El FMI estima que el año acabará con un ritmo anual de crecimiento del 2,8%.

La gran novedad de los nuevos pronósticos del FMI se encuentra, sin embargo, en que los economistas del Fondo descartan ahora que Alemania e Italia, hacia donde se dirige buena parte de las exportaciones españolas, entren en recesión en 2023. En el primer caso, se estima ahora que el PIB avanzará apenas un 0,1% (cuatro décimas más que en la anterior previsión), mientras que Italia crecerá un 0,6%, lo que significa ocho décimas más que en octubre.

Renta disponible

Como consecuencia de ello, el FMI revisa al alza el crecimiento mundial hasta el 2,9%, dos décimas por encima de la estimación del pasado mes de octubre. Ahora bien, esa tasa se sitúa todavía muy por debajo de la media desde el año 2000, un 3,9%. ¿La causa? Los economistas del FMI lo achacan al incremento de los tipos de interés, que reduce la renta disponible de familias y empresas, y a la guerra en Ucrania, que aumenta las incertidumbres y, por lo tanto, frena el consumo.

Foto: Operarios realizan trabajos de mantenimiento. (EFE)

La revisión, en todo caso, está muy ligada a la recuperación en China tras el fin de la política de covid cero. También al hecho de que tanto el consumo de los hogares como la inversión privada, favorecida por el ahorro generado durante la pandemia, se han visto beneficiados en un contexto de escasez de la mano de obra y apoyo fiscal de los Estados por encima del previsto anteriormente. El Fondo ha estimado que el apoyo público en Europa a familias y empresas —coste presupuestario neto al margen de los ingresos adicionales— representa nada menos que el 1,2% del PIB.

La parte más positiva es que la inflación en el conjunto del planeta parece haber tocado techo después del 8,8% alcanzado en 2022. Bajará al 6,6% en 2023 y se situará en el 4,3% en 2024, todavía por encima de los niveles anteriores a la pandemia. Esto se debe, fundamentalmente, a que tanto los costes de las materias primas como los del transporte, además de los cuellos de botella, han cedido y se han adaptado, como sostiene el FMI, "más pronto de lo previsto al shock de la invasión rusa de Ucrania". También, como es lógico, al incremento del precio del dinero, y el propio FMI reconoce que ya “hay indicios” de que el endurecimiento de la política monetaria está empezando a enfriar la demanda y la inflación, si bien la totalidad del impacto no se podrá materializar antes de 2024.

Foto: La capital de Estonia, Tallin.

Ahora bien, insiste el FMI, eso no significa que la economía global haya iniciado una clara recuperación. Entre otras razones, porque los datos más recientes, utilizando indicadores de alta frecuencia, muestran que el cuarto trimestre ha sido peor que el tercero. En particular, en EEUU, donde la tasa de ahorro se ha hundido hasta niveles desconocidos en 60 años. Este lunes, por ejemplo, se ha conocido que la economía alemana se contrajo entre octubre y diciembre un 0,2%. Esto explica en parte que el comercio mundial apenas avanzará este año un 2,3%, mientras que podría repuntar hasta el 3,4% el próximo. A la luz de los datos del Fondo, resulta paradójico que en 2023 la economía de Rusia, un país en guerra, vaya a crecer más que la alemana (un 0,3% frente al 0,1%).

Rusia y las materias primas

Todo ello, en un contexto de reducción del precio de los insumos. El FMI estima que los precios del petróleo caerán alrededor del 16% en 2023, mientras que se prevé que los precios de las materias primas distintas de los combustibles desciendan, en promedio, un 6,3%. El descenso del crudo tendrá poco que ver con los topes impuestos al petróleo procedente de Rusia, toda vez que el FMI no prevé que los volúmenes de exportación de crudo ruso se vean “sustancialmente afectados”, ya que Moscú ha reorientado sus ventas hacia los países que no han impuesto sanciones.

Foto: Dos personas pasean con mascarillas por el centro de la ciudad de Valladolid en junio de 2021. (EFE/Nacho Gallego)

Los principales riesgos, lógicamente, se derivan de la evolución del conflicto bélico. Los países consumidores de gas, pero no productores, han almacenado por el momento suficientes reservas para que la escasez sea poco probable este invierno. Sin embargo, advierte el informe, reponer las reservas con los flujos rusos que se han visto notablemente mermados “será difícil antes del próximo invierno, sobre todo si es un invierno crudo y si aumenta la demanda de energía de China”. Algo que puede ocasionar una escalada de precios.

Otro punto caliente es el sobreendeudamiento de algunas economías, en particular las emergentes. Se estima que aproximadamente un 15% de los países de ingreso bajo experimentan tensiones por sobreendeudamiento, que otro 45% está expuesto a un alto riesgo de sobreendeudamiento y que alrededor del 25% de las economías de mercados emergentes también está en una situación de alto riesgo.

La economía española crecerá este año un 1,1% y el próximo un 2,4%. Esto, al menos, es lo que estima el Fondo Monetario Internacional (FMI), que de esta manera revisa ligeramente a la baja sus previsiones de octubre. En concreto, una décima menos para este año y dos para el próximo. En todo caso, muy lejos de lo que estima la vicepresidenta Calviño, que en el cuadro macroeconómico que acompaña a los presupuestos calculó un avance del PIB del 2,1%, prácticamente el doble. La previsión del Fondo, de hecho, está en línea con lo que estima el Banco de España, que en diciembre pronosticó un 1,3%, una tasa que es idéntica a la que dio el panel de los expertos de Funcas (19 institutos de coyuntura).

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