El nuevo método de Escrivá para calcular afiliados dará mejores datos hasta mayo

En julio de 2022 ocurrió un hecho extraordinario que sorprendió a los economistas. En ese mes, España destruyó casi 20.000 empleos respecto al mes anterior, sin embargo, el Ministerio de la Seguridad Social publicó que, en términos desestacionalizados, se habían creado algo más de 9.000 empleos. El dato sorprendió porque España siempre crea empleo en los meses de julio, al menos desde la década de los ochenta lleva siendo así. Sin embargo, para un año que sí se destruía empleo, los datos desestacionalizados del ministerio negaban la mayor, asegurando que había más trabajadores. Para colmo, a BBVA Research, que elabora su propia desestacionalización, le salía que realmente se habían perdido 25.000 empleos.

Ahora, casi medio año después, el Gobierno reconoce que sus cálculos iniciales eran incorrectos —o imprecisos— y que realmente en ese mes de julio no solo no se creó empleo, sino que se destruyeron algo más de 7.000 puestos de trabajo. El ajuste de la estacionalidad de los datos de afiliación se ha convertido en un grave problema desde el final de la pandemia, ya que algunos patrones del empleo han cambiado. Y más desde la entrada en vigor de la reforma laboral. Esto explica que los datos del ministerio diesen grandes saltos mensuales que no se ajustaban a la evolución de otros indicadores. Por ejemplo, en septiembre se crearon 51.000 empleos, en octubre se frenó hasta 16.000 y en noviembre volvió a acelerar hasta casi 79.000.

Estos saltos generaban muchas dudas sobre la calidad de la desestacionalización que hacía el ministerio, pero no ha sido hasta ahora cuando el ente público ha ajustado sus cálculos. Su nuevo cálculo, que ha hecho de forma retroactiva hasta enero de 2019, muestra un patrón algo diferente del empleo en España, más estable a lo largo del año. Esto es, se ajusta mejor los saltos que genera la estacionalidad. Lo que hace, básicamente, es reducir los datos de creación de empleo desde junio hasta noviembre y mejorar los que van desde diciembre hasta mayo. Un nuevo patrón que se aproxima mucho al que tenía BBVA Research.

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Esto significa que, con la nueva serie de desestacionalización, el Gobierno se garantiza mejores datos hasta el mes de junio. Este cálculo no afecta a la serie bruta, que se seguirá publicando con normalidad, pero sí a los datos desestacionalizados que son los que los expertos utilizan para medir la salud del mercado de trabajo.

De hecho, este cambio en el patrón de la desestacionalización ya cambia la fotografía del empleo en diciembre, ya que con el nuevo cálculo no se habrían destruido 8.300 empleos, sino que se habrían creado 7.300 empleos. La nueva serie ya no tendrá los saltos inexplicados del empleo que tenía la serie antigua, lo que permitirá mejorar la calidad de la estadística. Pero para el Gobierno, será de gran ayuda para mostrar una fotografía más favorable del empleo en unos meses que todavía serán complicados por la coyuntura económica.

El ritmo de la afiliación se ha frenado tanto como para que mensualmente se estén creando menos de 20.000 empleos al mes. En este sentido, un cambio en el cálculo de la desestacionalización puede determinar que la variación del empleo salga positiva o negativa. Esto es, que los titulares digan que el mercado de trabajo crece o se contrae. Durante los próximos meses el Gobierno tendrá el auxilio del nuevo patrón de desestacionalización.

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Si se observan los datos de 2021, en enero se destruyeron 198.000 empleos en términos brutos. Con la desestacionalización antigua se habrían creado 58.000 empleos, y con la nueva son 65.000 más. Esto es, una diferencia favorable de 7.000 empleos. Esta distancia entre los dos patrones de desestacionalización fue aumentando a lo largo de la primavera de 2021, hasta dejar nada menos que 61.000 empleos más con la serie nueva en marzo respecto a la antigua.

Esta diferencia se reproduce en toda la serie actualizada por la Seguridad Social (hasta enero de 2019). El ritmo de creación de empleo se acelera en todos los meses de enero hasta mayo (con la excepción de febrero de 2020, por la pandemia) y empeora en los meses de la temporada alta de verano. En ese momento, el Gobierno sufrirá las consecuencias de este cambio en el cálculo del patrón estacional, porque los datos saldrán algo peores. Sin embargo, la coyuntura económica en ese momento debería ser algo más favorable, de acuerdo a las previsiones de los expertos, que concentran los riesgos de recesión en la eurozona en los primeros meses de este año.