Sánchez planteará a la UE recortar los ingresos de renovables y nuclear para tratar de bajar la factura

El Gobierno cree que el actual mercado de fijación de precios de la electricidad en el mercado mayorista no funciona. Tras los récords alcanzados durante el año pasado, cuando la luz superó los 500 euros el megavatio hora (MWh), el Ejecutivo considera que ha llegado el momento de transformar el sistema vigente desde finales de los años 90. El principal objetivo es recortar los ingresos de las renovables y la nuclear para tratar de bajar la factura.

La Moncloa quiere aprovechar el periodo de consultas abierto por la Comisión Europea para poner encima de la mesa una reforma que evite que el gas contamine los precios, como lleva haciendo desde el verano de 2021. Entonces Sánchez ya coqueteó con la idea de sacar los ciclos combinados del mercado mayorista, pero se encontró con una fuerte oposición de los Estados del norte del continente. Finalmente, la propuesta no va en ese sentido, pero, en caso de prosperar, sí ayudará a limitar la montaña rusa que sufren los precios de la electricidad cada vez que las centrales que usan gas son necesarias para cubrir la demanda.

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El Consejo de Ministros ha aprobado una nueva propuesta para transformar el conocido como pool, al que están vinculados directamente la mitad de las facturas en España (la tarifa regulada) y que sirve como referencia para el resto de los recibos de mercado libre.

Tras la reunión del Ejecutivo, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha recordado en rueda de prensa que el modelo vigente se basa en una realidad de hace 30 años, "no está en condiciones de manejar situaciones de estrés como las actuales" y beneficia a los generadores a costa de los consumidores. Por ello, ha asegurado, el Gobierno impulsa ahora una reforma que intentará reducir la volatilidad y encajar mejor la nueva realidad de las fuentes limpias, aunque ha reconocido que el ahorro será paulatino: "Es probable que no tenga efectos inmediatos en una rebaja de precios".

Fuentes de la Secretaría de Estado de Energía explican que el plan consiste en sacar las renovables (eólica y fotovoltaica, fundamentalmente), la hidráulica y la nuclear, conocidas como inframarginales, del mercado diario. En su lugar, se construiría un mercado a plazo a través de contratos de largo recorrido entre el regulador y los generadores que reflejasen sus costes reales. Estos siempre estarían cubiertos: cuando el precio de mercado supere al importe de los contratos, se les compensará, y lo contrario ocurrirá cuando esté por debajo.

El Gobierno entiende que en el pool actual estas tecnologías obtienen unas rentas extraordinarias que van en contra del consumidor, y durante los últimos meses ha impulsado diferentes parches para limitar lo que califica de beneficios caídos del cielo. Ahora, el proceso de consultas lanzado por la Comisión —el Ejecutivo comunitario presentará su propuesta en marzo— abre una ventana de oportunidad para atacar la raíz del problema.

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La idea del Gobierno es dividir el mercado en dos. Junto a esos contratos a plazo, que hasta ahora eran muy poco comunes en España y supondrían extender los precios regulados de algunas renovables a la nuclear y la hidráulica, prevé mantener un mercado diario en el que estén las plantas de gas y aquellas que puedan almacenar la energía —por defecto, la electricidad no se puede guardar y se consume en tiempo real—, además de hacer uso de la gestión de la demanda. Es decir, aumentar la flexibilidad para adaptarse a los picos y valles de consumo con las conocidas como tecnologías de respaldo.

Fuentes de la secretaría de Estado creen que se puede mantener este mercado de corto plazo para dar apoyo al sistema y evitar problemas de suministro. Para ello, también se firmarían contratos de pago por capacidad a través de una subasta competitiva, una forma de promover que las plantas estén disponibles si la demanda requiriese su aportación. De la misma forma, la nuclear y la hidráulica tendrían incentivos a la disponibilidad, es decir, una remuneración extra por estar al servicio de las necesidades de la red en cada momento.

El mercado de renovables y nucleares debe ser transfronterizo, según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica. Es decir, los productores no solo podrán vender su electricidad en España, sino también en otros países. Ribera ha concluido que, con el nuevo sistema, el precio final del mercado y las remuneraciones a las generadoras se aproximarían mucho más a los costes medios de cada tecnología que con el diseño actual.

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El Gobierno de Pedro Sánchez quiere liderar las reformas del mercado energético en Europa, como ha logrado hasta ahora con algunas medidas. Por ello, va a ser el primer Estado miembro que mande esta propuesta a Bruselas, aunque Ribera ha reconocido que no se trata de un documento consensuado: países como Alemania, Dinamarca u Holanda no son tan proclives a romper el actual sistema de fijación de precios. La negociación se prevé dura y la reforma puede tardar años.

Mientras tanto, el Ejecutivo ha pedido extender la excepción ibérica, que establece un tope al precio del gas para la producción eléctrica, hasta finales de 2024. A cambio de aquella medida, el Gobierno se comprometió con Bruselas a reformar la tarifa regulada para reducir la volatilidad actual, pero el proyecto acumula retrasos y ha sido criticado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que considera que va a encarecer los precios. Sánchez vuelve a tomar la iniciativa en ese contexto con una propuesta de reforma del mercado que España impulsará en la segunda mitad del año a través de su presidencia rotatoria del Consejo de la UE.